|Capítulo 37|

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-Es importante que lean las notas que se encuentran al final del capítulo, gracias-

|Avísenme de errores ortográficos|

Capítulo +18

Lea

Frente a mí se encontraban dos enormes puertas corredizas de vidrios obscuros. Las puertas se abrieron y mi boca se abrió casi completamente al ver una de sus supuestas sorpresas.

Una enorme alberca cuadrada de aguas termales con una luces rojas encendidas, a sus alrededores por dentro de ésta misma, se encontraba completamente llena de pétalos. A su costado se encontraba un jacuzzi con la misma luz de la alberca y al lado de éste habían botellas de vino y, por lo que alcanzaba a ver, de Vodka.

En una mesa al costado se encontraba una fuente completamente llena de frutas y otros alimentos decoraban la enorme bandeja, además de más bebidas.

Tapé mi boca con las palmas de mis manos y solté un sollozo ahogado cuando me percaté del enorme cartel que se encontraba en lo más alto de una de las paredes. Eso no fue lo que me hizo llorar, sino lo que estaba escrito en él.

"¿Quieres ser nuestra novia?"

Era la pregunta que estaba escrita con letras grandes, doradas y brillosas en un enorme cartel de color negro.

-¿Qué dices, cielo? ¿Aceptas?- preguntó un nervioso Bruno detrás de mí. Me volteé para darles una respuesta y detallé el rostro de cada uno de ellos. Y aunque todos tenían distintas expresiones, sus ojos tenían el mismo brillo.

-¡Sí, joder, claro que sí!- chillé emocionada y todos soltaron un sonoro suspiro lleno de alivio. Bruno sonrió en grande y se acercó rápidamente a mí para besarme. Sus manos se posaron en mis mejillas y sus labios se movían con dulzura encima de los míos.

Luego de unos segundos se separó y Lucca fue quien se acercó; rodeando mi cintura con sus manos y pegándose lo que más podía a mí, me dio un beso cargado de emociones, el cual transmitía dos de los mejores sentimientos que un ser humano podía sentir y transmitir: amor y felicidad.

Dante fue el último de los hermanos en acercarse y al igual que sus hermanos, él no tardó en besarme como solo él sabía hacerlo: tierno y delicado.

Rodeé su torso con mis brazos cuando posó sus enormes manos en mi trasero y lo apretó a su total gusto.

A su antojo comenzó a apretarlo mientras el beso iba subiendo de intensidad a cada segundo que transcurría. Nos separamos luego de casi dos minutos y ambos sonreímos.

-¿Te gustó?- preguntó con la respiración acelerada, refiriéndose a la sorpresa.

-Me encantó- respondí igual de afectada que él por la falta de oxígeno luego de aquel exigente beso.

Lucca

Ver los ojos de nuestra novia brillar nos inflaba el pecho de orgullo al saber que fuimos los causantes de ello y de la enorme sonrisa plasmada en su rostro. Sus mejillas estaban decoradas con un precioso color carmín, y a larga distancia nos podríamos dar cuenta de que la vergüenza estaba tomando el control de su cuerpo.

-¿No fueron a trabajar hoy, verdad? Vinieron aquí para preparar esto- con su dedo índice señaló a su alrededor y nos miró con los ojos entrecerrados a los tres.

-Chica lista- carraspeé luego de hablar.

-Lloré casi todo el maldito día como una estúpida- confesó. Fruncimos el ceño y ella abrió la boca indignada- Prometieron que pasaríamos el día juntos y de la nada me dijeron que tenían una importante junta ¿Creyeron que me pondría a bailar feliz por pasar todo el día sola?- alzó una ceja y no pude evitar la carcajada que brotó de mi garganta sin poder contenerla.

Lea [SUSPENDIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora