Mire la mujer en mi cama dormida, una sabana solo cubría parte de su cuerpo, me acomode el sombrero y tomé mi bastón para salir de mi residencia de soltero, la conservaba para llevar a mujeres y tener sexo, desde que había adquirido el Ducado mi madre me había advertido la total prohibición de llevar una mujer a mi residencia principal donde vivía con ella, a menos que fuera la mujer que sería mi esposa. Se supone que soy el Duque de Devonshire tengo mas autoridad que nadie, pero conociendo a mi madre me casaría aunque fuera una mujer de burdel si rompo sus reglas. Mi madre era de un carácter muy fuerte, siempre dicen que detrás de un gran hombre hay una gran mujer y ella lo fue para mí padre, sin ella el ducado no gozaria de la buena reputación que tiene.
Subí al carruaje para dirigirme a Green Hills, un pequeño pueblo en el campo, quería hacer unos negocios con el duque de York, pero su abogado me había informado que el duque había salido a su residencia en el campo, era un hombre mayor que nunca se había casado, su reputación era de un hombre sin vergüenza como lo llamaba la sociedad, no le importaban las reglas ni el que dirá de la gente, asistía o no a fiestas, jamás se le vio cortejando o saliendo con mujeres, era un hombre alegre pero fuera de lo que dicta la sociedad, como en estos momentos, la temporada estaba en pleno apogeo y él simplemente decidió irse al campo, aunque creo que esa confianza viene de su gran amistad con el Rey, es un consejero de la corona y tiene gran influencia en la cámara.
El carruaje se detuvo después de 12 horas de viaje, estaba muy cansado y el sol apenas se empezaba a ocultar, en cuanto baje del carruaje pude vislumbrar al Duque, estaba en una silla mirando el gran área verde junto a su casa, aunque más bien parecía una mansión, el mayordomo recibió mi saco y mi sombrero y me llevó hasta el Duque.
- Señor, su invitado ha llegado. - él me sonrió, era algo característico en él, siempre feliz
- Bienvenido Henry- otra característica de él, jamás respetaba los protocolos, a todos los llamaba por su nombre, sin importar su título.
- gracias Duque.
- Oh, por favor, llamame Simón, si vamos a hacer negocios debemos olvidar las formalidades.
- La cosecha ha terminado por hoy fue muy productiva - un hombre de unos 25 años, dijo mientras se secaba el sudor con el brazo y con una sonrisa en el rostro, su ropa llena de tierra y lodo.- Oh, disculpe la interrupción.
- Henry, te presento a mi sobrino Leonardo, el futuro Duque de York. - que? Este niño iba a heredar el título.
- Tío! - los tres giramos para ver a una mujer con un sencillo vestido gris cubierto de tierra y lodo, su cabello enmarañado y sin zapatos y una enorme canasta llena de zanahorias, una enorme sonrisa en su rostro y unos hermosos ojos azules iluminaban su mirada, comenzó a correr en nuestra dirección, y por alguna razón el hecho de sentir que corría hacia mí me hizo sentir nervioso, la sentí pasar a mi lado y cuando gire ella estaba en los brazos del Duque- viniste! Todos estarán tan felices cuando lo sepan.- cuando se alejo la ropa del duque ya estaba sucia por el lodo pero el no parecía enojado por ensuciar su ropa costosa, tenía una sonrisa en sus labios que lo hacía verse más joven.
- No podía faltar a la cosecha, hija dejame presentarte a Henry- ella fijo su azulada mirada sobre mi con curiosidad lo cual me hizo sentirme nervioso nuevamente y perdido, sentí la mirada de todos y trague saliva antes de hablar.
- Un gusto señorita, soy Henry Cavill Duque de Devonshire. - tomé su mano para darle un beso como lo dicta el protocolo pero ella no me lo permitió al sacudir mi mano en un saludo muy masculino.
- Eloise Williams, un placer Henry- su omisión de mi título me dejó sorprendido, era la primera vez que nos veiamos y ya se daba el privilegio de llamarme por mi nombre. - iré a prepararme para la cena, nos vemos en el comedor en 3 horas- ella tomo su canasta y se perdió dentro de la gran mansión.
- Ve a prepárate también tu hijo, yo daré un pequeño paseo con Henry.
- Claro tio- sin decir más entró también.
- Vamos Henry- comencé a caminar con él, a todo empleado que se encontraba lo saludada con tanta familiaridad, sabía su nombre y el de su familia, recibió muchos abrazos de los hijos de sus trabajadores, su ropa estaba totalmente arruinada por el lodo. - Debes haberte dado cuenta que el futuro duque y su hermana no usan tantas formalidades como estas acostumbrado
- Créame que ninguno en esta área usa el protocolo. - él rió.
- Si así es, mis padres eran humildes trabajadores de campo, teníamos una pequeña granja, un día mi padre heredó el título y debe saber que fue una sorpresa para todos, pero para mí padre conocer todas esas formalidades y navegar en esa sociedad fue un cambio radical, el amaba a su familia y vivir un matrimonio como lo hacen la mayoría de los nobles no era una opción, así que seguimos trabajando el campo, unidos como familia y es lo que mi hermano y yo hicimos, hasta que su esposa y él murieron dejándome a sus hijos a cargo, he tratado de criarlos para un día tener que enfrentar al cruel escrutinio de los nobles pero ante cualquier desplante ellos saben que se tienen uno al otro. Deseo que ambos encuentren un amor con el que puedan ser ellos mismos y tener una familia.
- Pero, su sobrina parece mayor, no debío haber debutado? - él sonrió.
- Eloise tiene un herencia bastante considerable, quiero que elija con quien casarse, no importa si tiene título o no, quiero que ella sea feliz. - que? Una noble casada con un jornalero? O alguien sin título? - todo esto te debe parecer una locura, pero quiero lo mejor para mis sobrinos.
- Si me imagino, pero el futuro duque necesitará mucha ayuda cuando tenga que enfrentarse al juicio de los nobles.
- y espero que después de unos días con nosotros usted sea esa ayuda que mi sobrino necesite- seguimos caminando de regreso a la mansión. Subí a mi habitación asignada para prepararme para la cena, cuando baje al comedor espere una gran mesa con los tres habitantes de la casa pero no había nadie, el mayordomo me invitó a salir y fuera había dos grande mesas en el jardín, todas llenas de gente y al parecer yo era el único con ropa formal, el duque utilizaba una vestimenta de lana, igual que sus sobrinos, camine hasta el duque y me senté a su lado en un espacio que me hizo su sobrino, durante la cena la conversación no faltó, me sorprendí riendo y olvidando todas la formalidades, ayude a su sobrinos en el campo, cambie mi vestimenta por lana, era áspera pero cómoda para trabajar, conocí las tierras del duque y pude conocer mejor a sus sobrinos, ambos tenían un carisma innegable, Eloise era ingeniosa y muy inteligente, conocí su biblioteca personal, era enorme y todos los libros habían sido leídos por ella, además amaba trabajar en el campo, tenia pecas en su rostro producto del sol y le gustaba montar a caballo o nadar en el lago, Leo era más reservado con sus aficiones pero muy atento y responsable con sus deberes, tenía carácter para organizar y mandar, era un líder innato.Después de dos semanas en Green Hills tenía que regresar a Londres, mis responsabilidades me esperaban y no podía seguir en el campo aunque lo deseara, todos los trabajadores fueron a despedirme.
- Da por hecho nuestros negocios Henry, y espero vuelvas pronto.
- Gracias por todo Sr. Simon, igual espero volver pronto. - y así fue, cada año regresaba a Green Hills para la cosecha, incluso yo me involucre en el trabajo de mis tierras, algo que sorprendió sobremanera a mi madre y a todos mis empleados, conocer a los Williams me había cambiado.- Señor, una carta llego para usted- mi mayordomo me la dio y me sorprendió leer el nombre de Leonardo Williams, rompí el sello del duque y comencé a leer, en cuanto termine de leer me puse de pie y ordene un caballo, salí a todo galope de Londres a Green Hills, el Señor Simon había fallecido. A mitad del viaje comenzó a llover pero no me detuve, Eloise debe estar devastada, ella adoraba a Simon y Leo estará desconcertado por el sin fin de responsabilidades que conlleva llevar un título, los preparativos funerales, lo se porque yo pase por eso con la muerte repentina de mi padre, todos quieren que tomes decisiones y tu solo sientes que el mundo se parte en dos. En cuanto llegue estaba completamente empapado pero una figura bajo la lluvia al lado de la mansión llamó mi atención, fui hasta ella, era Eloise con un ramo de flores, completamente empapada, ella lloraba desconsolada junto a la tumba de Simon, me senté a su lado y ella me abrazo.
- Se fue Henry, me ha dejado sola.
- claro que no cariño, tienes a Leo y a mi. - la tomé en brazos y la lleve a dentro donde varios empleados la esperaban para ayudarla a secarse, la lleve hasta su habitación y la deje con una doncella, baje al despacho de Simon y ahora de Leo, él estaba en su escritorio mirando unos papeles y la mirada perdida, me acerque a su lado y puse mi mano en su hombro.
- Henry, no se que hacer, mi tío... Murió.
- Vamos Leo, necesitas descansar, mañana te ayudaré con esto, todos están preocupados por ti, a partir de mañana serás la cabeza de familia, por hoy yo me encargo. - lo acompañe a su habitación, me asegure de que durmiera y baje a poner todo en orden, a media noche por fin había tomado un baño para sacar el frío de mis huesos, no quería enfermar, menos en estos momentos.La última semana había sido un caos, entre la modista, los preparativos para nuestro viaje a Londres y dejar todo en orden en la mansión, Eloise se había rehusado de ir a Londres pero la convencí diciéndole que tenía que apoyar a Leo en esto, a regañadientes aceptó ir a la modista para renovar su guardarropa, en Londres la residencia estaba lista para ellos según me informó el abogado.
- No quiero! - Eloise entro corriendo usando solo ropa interior, me gire en cuanto la vi y la sentí tomar mi brazo. - No quiero utilizar ese método de tortura- le puse mi saco y mire el corset que la doncella tenía en sus manos.
- Eloise, las señoritas lo utilizan, además salimos a Londres en media hora podrías apresurarte, y las señoritas no se presentan en ropa interior frente a un hombre.
- Henry, tu no eres un hombre para mi, eres como un hermano, y no pienso ponerme esa cosa.
- Te comprare los libros que quieras en cuanto uses ese corset.
- uno cada vez que lo use?
- Si.
- Espero que cumplas tu palabra- me dio un golpe en el brazo y me dio mi saco para salir de mi habitación. Sería un verdadero reto para los Londinenses.- Puedo montar con ustedes?! Estoy muy aburrida aquí dentro- grito Eloise desde el carruaje.
- Hay una sorpresa para ti bajo el asiento- dije con una sonrisa, ella regresó a su asiento y Leo me miró con curiosidad. - le compre un libro que le gustó cuando fuimos al pueblo, además le prometí comprar un libro cada que usará corset.
- Vaya, creo que si se casa mi hermana contigo no pondré ninguna objeción.
- Tu hermana me ve como un hermano.
- Pero tu no la ves así. - lo mire sorprendido. Me aclare la garganta y volví a hablar.
- Será mejor que no hagamos del conocimiento de la generosa fortuna de Eloise, hay muchos caballeros en bancarrota que buscarán casarse con un mujer con buena dote, y tu tío quería que ella se casara por amor, además hay que estar listos para apoyarla porque para los londinenses ella es oficialmente una solterona, no quiero que la hagan sentir menos.
- Gracias Henry por cuidar de nosotros.
- No tienes nada que agradecer, para mí es un honor contar con su amistad.Llegamos a Londres a media noche, todas las calles estaban vacías y sólo se escuchaban los casacos de los caballos, al llegar frente a lo propiedad bajamos del caballo, Eloise no bajaba del carruaje, me acerque para ver si todo estaba bien, iba a abrir la puerta pero ella grito.
- espera! - el chófer también me miró interrogante, la puerta se abrió segundos después, Eloise bajo, traía el corset bajo el brazo, el cabello enmarañado y su libro en la mano. - me tuve que quitar esa cosa del infierno, para que me hiciste usarlo si eran 12 horas de viaje.- me miro mal y camino a la entrada junto a Leo.
- Esa mujer me va a volver loco- fui con ellos para que se instalarán en su recidencia, esta temporada sería una locura para los Londinenses, conocerían a los Williams.