𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 O1

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Yuta Aoi, un joven de temprana edad, unos 15 - 16 años aproximadamente. Cabello corto y anaranjado, tez pálida junto a unos ojos verdosos. Tales eran los datos que describían al menor.
Se encontraba situado en su propia habitación, más concretamente, sobre su cama. Podía notársele algo incómodo y nervioso, claros signos de verse sumergido en una pesadilla. No era una novedad, esas pesadillas lo acompañaban incansablemente a lo largo de gran parte de su vida.
Dentro de su mente, permanecía dentro de la misma habitación, pero con ligeros cambios en su cuidado y ambiente. Grietas, agujeros, bichos, irregularidades y sangre eran lo que predominaba en su cuarto de pesadilla. Le desagradaba, como siempre, pero eso ya no le sorprendía.

— . . . — no articulaba palabra. Siempre lo mismo, estaba harto, pero no podía hacer nada.
Se levantó de la cama con cuidado, observando atentamente el suelo donde pisaba. Sin grietas peligrosas o asquerosos insectos, se aseguraba de poder pisar en aquellas zonas con dicha característica.

— . . . — suspiró. ¿Por qué siempre era igual? ¿Qué debía hacer para deshacerse de esos incesantes sueños? No encontraba respuesta y eso lo irritaba aún más.


Tomó aire y se dispuso a salir de la habitación. Visualizó su entorno, un largo pasillo. El aspecto y ambiente eran similares al de su respectivo cuarto, todo destruido y mal cuidado. Una puerta no muy lejana captó su atención. ¿Qué hacía eso ahí?

— ¿Huh? ¿Y esa puerta? No recuerdo que tuviéramos una aquí. . .

Sus pensamientos se llenaron de dudas al respecto. Debido a ello, fue incapaz de no aproximarse al pomo de ésta para comenzar a abrirla con lentitud. La curiosidad fue superior a sus instintos de seguridad.

Una vez dentro, no vio absolutamente nada en especial. Había un pequeño mueble con cajones y otra puerta al lado contrario del que había entrado. Se acercó al mueble y buscó en los cajones. No había nada. Suspiró con una mezcla de alivio y decepción por el hecho de no haber descubierto nada en el interior del mueble.

Clavó la vista en dirección a la otra puerta. No tenía mejor opción que intentar ver qué había tras ella. Antes de siquiera poner la mano sobre el pomo, unas voces desconocidas y lejana comenzaron a hacerse ligeramente sonoras.

— "Todo estará bien mientras estemos juntos. Seré fuerte, seré valiente. . ."
— "¡Maravilloso, así me gusta!"

Los comentarios cesaron sin más. Qué extraño, ¿habrá alguien aquí? Trató de mover la puerta. Estaba cerrada por completo. Tomó una de sus pinzas de pelo caracterizadas por su color azulado y la utilizó como llave para desbloquear el paso. Le costó un poco, pero finalmente lo logró. Sintió un pequeño sentimiento de victoria ante ello, y se adentró a través de la puerta tras conseguir abrirla.
Al otro lado, encontró otra habitación similar a la anterior, por no decir que era exactamente igual, con la diferencia de que un montón de papeles estaban esparcidos por todo el suelo.

Una vez más, un mueble con cajones resaltaba como único objeto visiblemente útil. Se acercó y también lo abrió, encontró una especie de llave. Supuso que sería para la siguiente puerta. Dirigió su vista hacia el mencionado objeto con intención de usar la llave ahí. Nuevamente, antes de poder llevar a cabo la acción, regresaron las voces.

"É - Él se volvió a enojar. Se enojó con nosotros y es por mi culpa, ¿verdad?"
— "¡No, eso no es cierto! Él solo está teniendo un mal día, probablemente mañana se le pase."

Se callaron. Introdujo la llave en la cerradura. La puerta se abrió y pasó a la siguiente habitación. Llegó a la conclusión que todos los cuartos eran iguales, pero cada vez peor y más desalineados. Este en concreto, mantenía los papeles en el suelo y el mueble con cajones. Pero, además, hicieron aparición las grietas y agujeros tanto en las paredes como en el suelo.

Ya sin ninguna duda, abrió el cajón. En su interior, había una pequeña tarjeta que Yuta enseguida reconoció.

— ¿Eh? ¿Qué hace mi tarjeta del médico aquí dentro. . .?

No podía comprenderlo, ni siquiera conocía el lugar donde estaba, era imposible que él la hubiera dejado allí.
Siguiendo el procedimiento anterior, se aproximó a la puerta y se repitió lo mismo de nuevo.

"Estará bien. . . Estará bien. . . ¡Oh, no había visto que estabas ahí! Estábamos a punto de irnos. . ."

Esta puerta también estaba bloqueada y la llave no parecía corresponder a ella. Así que utilizó la tarjeta recientemente obtenida para manipular el bloqueo y conseguir abrirla. Tuvo éxito y la tarjeta desapareció en el momento.
La abrió con ya más rapidez, ¡otro cuarto igual! Pero este se veía mucho peor que el resto. El peli - anaranjado empezaba a sentir algo de temor por lo que se podría encontrar una vez llegara a la última puerta.

En el cajón esta vez había un pequeño objeto de metal que tintineaba en la oscuridad. No le dio demasiada importancia, tampoco sabía lo que era. Prefirió fijarse más en la próxima puerta, acercándose a esta lentamente. De nuevo, escuchó las voces.

"Está oscuro. . . Da miedo. . . En todas partes. . . Están en todas partes. . . Q - Que alguien me ayude, por favor."
— ". . . Mi culpa. Es todo. . . mi culpa."

Tras las voces, un sollozo de niño podía escucharse al otro lado de la puerta. Yuta se preocupó y se asustó en partes iguales. Golpeó un par de veces la textura de madera con los nudillos esperando una respuesta ante ello. El llanto cesó y el joven peli - anaranjado entró a gran velocidad en la siguiente habitación.

Por fin un cuarto distinto, no había más puertas al otro lado. Se veía más como un almacén y no como un simple lugar vacío. Pero aquello no fue lo que le sorprendió. A pesar de estar seguro de que escuchaba un llanto al otro lado, allí no había absolutamente nada. Sin embargo, las voces regresaron.

"Lo siento. . . Lo siento mucho. . ."

No mencionó nada al respecto. En el medio del lugar había una caja que llamaba más su atención. Se aproximó y se asomó a su interior. Metió la mano y sacó un pequeño espejo.

— ¿Eh? ¿Qué es esto?

Cerró los ojos, cansado de todo lo que estaba sucediendo y sus malditas pesadillas. Solo quería poder dormir tranquilo y, por mucho que intentara evitarlo, terminaba siempre en situaciones así.

— Creo que será mejor que me vaya a mi habitación y espere a que todo esto termine. . .

Se dijo a sí mismo. Iba a volver por donde vino, pero se detuvo en seco al escuchar unos pasos que provenían de fuera.

— ¿. . .?

Se alejó poco a poco de la puerta. Le aterrorizaba quién podía estar al otro lado. Entonces, la respectiva persona comenzó a hablar aparentemente con alguien.

— "Hmm.~ El Sol fue bastante débil hoy, eso me permitió descubrir muchas cosas nuevas sin demasiados problemas. He traído un acompañante, seguro puedes recordar este rostro."

— ¿. . .?

— "Oh, oh. . . Tú no eres Hinata, ¿cierto?"

Repentinamente, el joven Yuta despertó de su largo y confuso sueño de aquella noche.

[. . .]

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⏰ Última actualización: Apr 20, 2022 ⏰

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