Anya, y viendo su programa favorito de espías desde el sofá, continúa dándole vueltas al suceso de la mañana, ese en el que se ve a sí misma tumbada en el suelo con ambas manos puestas sobre su cabeza, esperando el pelotazo de Bill que nunca llegó.
Pudo jurar que su sorpresa y desconcierto fueron palpables para todos al observar de reojo cómo Damian Desmond -aquel niñato que con frecuencia se burlaba de ella, acompañado siempre de sus lamebotas- recibía el golpe en su lugar, sin darle ninguna explicación más que sus recurrentes insultos, mostrando una expresión y un sonrojo que claramente no logró descifrar ni siquiera con su invaluable habilidad de leer las mentes de los demás.
Sus caminos se separaron a partir de ahí, con Becky acarreando toda su atención y perdiendo casi en un parpadeo a Damian de vista, sintiéndose aún ahora confusa por la situación. Definitivamente no había sido su responsabilidad protegerla -porque viendo por cómo iban sus interacciones, no lo habría esperado nunca de él- y menos salvarla de un descuido por un sencillo tropiezo de su parte, además de haberse confiado como una tonta de que lograría ver a través del siguiente movimiento de Bill.
Aquello lo había tomado a todas luces como una lección.
A lo lejos era consciente de que un momento crucial se desarrollaba en relación al espía ficticio de la televisión junto con el adversario a aplastar, sin embargo Anya había dejado de prestarle atención hacía tan solo unos segundos. Sus pies se balanceaban sobre el sofá, a su caótica memoria regresando una y otra vez el rostro sudado y sonrojado de Damian, acompañado de su espalda cubriéndola y pudiendo oír todavía el sonido seco del impacto de la pelota contra su pecho.
─Anya─una voz distante se coló entre sus pensamientos, sin poder atender de inmediato al llamado─. Anya?─era normal estar tan absorta en un sólo individuo?─ Anya!
Al parecer no.
─Qué sucede?!─se volteó de sopetón, chocando con la expresión preocupada e intrigada de su má sustituta, Yor.
─Eso debería preguntarlo yo, cariño─la mujer de doble identidad miró hacia el televisor por un momento, preguntándose qué tan sumergida estaba la menor en aquella famosa serie de espías─. No me escuchabas y pensé que...
«Ya lo sé, y ojalá se tratara de un simple programa, má...» acertó Anya con cierto pesar, abandonando el sofá y reparando tardíamente en el delicioso aroma que intuía, venía de la cocina...
Esperen. Delicioso aroma viniendo de la cocina?
─Aprendiste a cocinar?!─no contuvo su entusiasmo, ganándose una expresión abochornada de vuelta.
─Sí... bueno, algo así─Yor le restó importancia con un gesto de mano, algo totalmente inútil si consideramos que la niña de cabello rosa podía oír perfectamente a su voz interna tirándose flores─. La cena ya está lista, así que lávate las manos antes de sentarte a la mesa.
Anya obedeció sin rechistar, con la incertidumbre de probar algo nuevo persiguiéndola incluso después de estar ya ubicada en una de las sillas. Desde su punto notaba los nervios de su má al servir una justa porción en uno de los platos, averiguando que el aspecto de la comida no era del todo mal; la prueba final llegó en cuanto tuvo el mismo plato enfrente suyo, destilando un aroma que ahora percibía medianamente agridulce por la escasa distancia.
Yor ocupó la silla de enfrente con su propio plato, aguardando con las emociones casi a raya por el posible dictamen de su pequeña hija. Anya se llevó una razonable cucharada con comida a la boca, esperando desmayarse o ceder al acostumbrado mal sabor de los componentes, no obstante una bomba de sabores agradables estalló en su paladar, haciendo que la tensión en sus facciones se suavizara y sonriera para el absoluto alivio de Yor.
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Incompatibles | Spy x Family
FanfictionLibro de one-shots enfocados en las parejas "Anya Forger x Damian Desmond" y "Loid Forger x Yor Briar". ❥Créditos de las imágenes puestas a lo largo de la historia a sus respectivas autoras/autores.