Con los ojos medios abiertos, queriendo dormir otros 5 minutos más, me senté al borde de la cama, me puse las botas y fui rumbo a la cocina donde mis otros 9 hermanos ya se encontraban tomando el té. Agarre mi taza, preparé mi desayuno y fui al sótano a buscar un poco de manteca para untar en mis tostadas.
Era verano asique mientras me preparaba para arrancar a trabajar, veía el amanecer (Ya que nos levantábamos a las 4am). Muchos odiaban el campo ya que requería de una fuerza muy bruta, pero mi familia y yo éramos muy felices haciendo nuestras tareas, pero ese día fue diferente. Estábamos en guerra, corría el año 1976, y uno de mis hermanos fue llamado para ir a manejar camiones militares.
Mientras el hacia su labor (que desconocíamos porque no teníamos teléfono)nosotros seguimos nuestra vida en el campo, mis tías se dedicaban a hacer mantas con los telares, mis hermanos mas chicos y yo íbamos a los fruteros a juntar los duraznos, higos, frutillas, ciruelas, naranjas, para luego hacer mermeladas, una vez al año carneábamos un cerdo y hacíamos jamón crudo y tocino, teníamos nuestro propio almacén.
Disfrutábamos mucho de esa vida, mis padres estaban totalmente enamorados y tenían una historia de amor de película, pero un día nos dieron la noticia de que los Montoneros habían asesinado a mi hermano y sus 17 compañeros militares. Sabíamos que esa noticia desbastaría a nuestra madre, asique ninguno de mis hermanos se animo a contarle. Teníamos 4 días antes de que nos entreguen su cuerpo, asique no tuvimos mejor opción que ir con el cura para que sea el quien se lo cuente.
Desde ese día, todo empezó a cambiar, pero si me preguntan, La vida en el campo era feliz.