•°𝙋𝙖𝙧𝙩𝙚 𝙪́𝙣𝙞𝙘𝙖°•

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Es precioso, es de color negro, tiene tiras delgadas que se ven aterciopeladas y rodean el busto del maniquí de una manera estéticamente agradable. También trae un chocker mediano con un corazón plateado que brilla por la luz en el medio, cadenas delgadas que cuelgan a sus costados. La parte inferior es tan bonita también; es sencilla y ligera, correas que se ajustan a la cintura, los muslos y por encima de la rodilla, con una tanga delgadita que apenas cubre lo necesario, la parte de atrás hecha con encaje.

Los ojos le brillan, siente las mejillas calentarse con tan solo verlo y luego se encuentra a sí misma entrando a la tienda para comprarlo. Ni siquiera se detiene un segundo a ver el precio, su trabajo le paga lo suficientemente bien como para darse ese tipo de lujitos. Así que, sintiéndose ligeramente húmeda en los muslos y la emoción de su omega más que obvia en su olor afrutado, Dahyun sale campante con la bolsa negra en sus manos.

Cuando llega al departamento que comparte con su novia alfa, escucha el ruido del televisor venir desde la sala. Emocionada y, no iba a mentir, bastante cachonda, se apresura a quitarse los zapatos y corre descalza por el pasillo hasta llegar a la sala principal. Momo está echada en el sofá con la atención puesta en la pantalla frente a ella, bastante sumida en su propio mundo como para reparar en la presencia de su omega, y no es hasta que escucha a Dahyun gritar:

— ¡Cielo, mira lo que compré! — para luego sentir el repentino peso de la omega sobre ella que se da cuenta que ha llegado.

La alfa se queja ante el pequeño codazo que la omega le da en las costillas sin querer y, dejando que la pequeña mujercita se acomode contenta en sus muslos, Momo le sonríe mientras se soba disimuladamente. Dahyun está bien sentada ya, cada gruesa pierna a los costados de la alfa, una mano sosteniéndose de su hombro y la otra mano haciendo enfásis en la bolsa negra que cruje ante los bruscos movimientos.

— ¿Qué compraste, mi amor?

— Algo que te va a encantar — su voz suena adorable, como un cachorro emocionado. Momo puede sentir a la loba omega juguetear, moviendo la cola y gimiendo con entusiasmo.

La bolsa cruje cuando la menor revisa su interior y luego saca una pequeña caja roja que se la enseña con orgullo. La alfa enarca una ceja, sonriendo con sospecha, luego acepta la caja y la abre con curiosidad. Dentro el papel blanco se asoma protegiendo lo que sea que haya dentro así que lo hace a un lado, notando entonces correas, cadenas y encaje.

— ¿Compraste lencería? — de pronto siente a su alfa gruñir con emoción.

Sus mejillas se calientan un poco, su vientre bajo haciendo cosquillas al imaginarse a la omega usando lencería. Han hecho esto antes, en multiples ocasiones, la omega disfruta mucho de comprar lencería bonita que luego le modela a la alfa antes de que Momo decidiera que fue suficiente y, aunque los conjuntos se ven malditamente calientes en el cuerpo de su novia, no desea más que arruinarlos al joderse a la omega con ellos puestos. No han experimentado mucho con las correas o las cadenas, en realidad apenas han husmeado entre la sección más atrevida de la sex shop, optando por comprar de encajes más convencionales. Pero sin duda la alfa adora verla con correas adornando sus gruesos muslos, solo haciéndolos más llamativos de lo que son.

— Ujúm, ¿te gusta, cariño?

Momo asiente, sintiendo a su lobo jadear con gusto. De pronto caliente. — ¿Por qué no te lo pruebas, preciosa?

Dahyun se ríe traviesa, negando con su cabeza. Le quita la caja, se levanta de sus muslos y con toda la confianza que tiene le dice: — Lo compré para nosotras, pero no para que yo lo use.

La mayor parpadea confundida, sus grandes ojitos de ciervo la observan atentos. Traga saliva con nervios al darse cuenta de lo que la omega está implicando. Es decir, están familiarizadas con la ropa sexy durante la intimidad, pero muy pocas veces, sino es que en escasas ocaciones, han comentado sobre un pequeño cambio de roles. Momo no está completamente cerrada a la idea, pero no deja de ser un poco extraña siendo alfa. Aunque la omega ha traído a colación el tema tantas veces, vociferando lo mucho que le prende imaginar a su alfa con algún conjunto de lencería, algo distinto a las habituales tanguitas que contornean el grueso nudo y las musculosas nalgas de Momo, nunca había comprado algo para que ella lo use de verdad.

Al parecer será la primera vez.

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— Uhm... me siento rara, me aprieta un poco.

Dahyun siente a su omega emocionarse muchísimo más al escuchar a la alfa decir desde el baño, casi puede verla saltar de un lado a otro en un arranque de efusividad. Pero su lado humano solo sonríe en grande, esperando del otro lado de la puerta a que su novia salga finalmente.

— Sal para que Dahyunie te vea, bebé alfa — le pide con voz dulce, buscando persuadirla.

Siente a la alfa un poco abrumada en su lazo, pero no de una forma incómoda, quizás solo un poco fuera de su zona de confort. Es la primera vez que prueban esto en la alta, así que la omega entiende a la perfección que no es del todo fácil para su alfa. De todas formas, escucha a Momo suspirar con resignación antes de quitar el seguro del baño y abrir la puerta, entonces Dahyun contiene la respiración al verla.

Los senos voluptuosos de la alfa están bien contorneados por las ligas del top, solo remancarnado lo grandes que son, el chocker se ajusta perfectamente a su cuello, el corazón acomodado en el espacio de la unión de sus clavículas, las cadenitas cuelgan sueltas por los lados, acariciando la piel descubierta. Su marcada cintura está siendo abrazada por el cinturón, las correas tratan de aferrarse al grosor de sus muslos y la tanga apenas cubre la prominente erección húmeda de la alfa. Dahyun se lame los labios al ver los músculos y los piercing de pezón combinando tan perfecto con el resto del conjunto, solo prendiendo a su omega de inmediado. Esa enorme, musculosa la mira con sus bonitos ojitos de ciervo bien abiertos, completamente avergonzada, con las mejillas enrojecidas junto a las orejas y sus manos intentando tapar le evidente erección.

Tomando un segundo, Dahyun se cubre la boca, respirando fuerte por su nariz, sin dejar de escanear con hambre el precioso cuerpo de su alfa. Se queda en silencio por largos segundos, solo observando, hasta que finalmente asiente, da un aplauso y luego dice:

— Me vas a joder con eso puesto.

No le da tiempo de responder, solo agarra una de las correas del top para jalarla hacia ella, guiándola por el pasillo hacia la habitación.

Si la loba alfa movió la cola con expetación, si le puso cachonda ser manejada como un perro por las correas, Momo no lo dijo en voz alta.

Pero no fue necesario, Dahyun no solo lo sintió en el lazo, el olor espeso de la alfa también la delató.

...

muy necesario decir que Dahyun la llenó de chupetones y mordidas, marcando a su bebé alfa como suya.

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Hola y adiós.

Gracias a @chxbbyface

𝑳𝒊𝒏𝒈𝒆𝒓𝒊𝒆 / ⊱𝑫𝒂𝒉𝒎𝒐⊰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora