Prólogo.

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Los dos niños se encontraban jugando en el patio de la gran mansión, el mayor estaba sentado al lado de su hermana, tenían muñecos de plástico cada uno, el con su clásico Spider-Man y ella con una Barbie su madre salió a buscarlos.

- Hijos míos, vengan vamos a comer. -

- Ya vamos. - Respondieron al mismo tiempo.

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El par de jóvenes se encontraban en el cuarto de estudio, cada uno con su respectiva computadora y libretas, ambos con lentes, el estudiando matemáticas, ella viendo fundamentos de administración.

Su madre los vió, ya no eran los niños de antes, el se convirtió en un gran hombre, un caballero, hacia tiempo que conocieron a su novia, Iris, una muchacha que estudiaba medicina, el por su parte estudiaba una ingeniería, en la UNAM y el Politécnico nacional, respectivamente.

No había encontrado mucha gracia en ser el heredero de la empresa, esta había iniciado con su abuelo, a pesar de no ser el mayor, había sido quién le caía mejor y el más capacitado para el puesto.

¿La demás familia? Dos de sus primas estaban embarazadas, una de 18 y la otra de 16 del mismo tipo que no parecía hacerse responsable, las primas mayores los abandonaron cuando el divorcio de su tío se dio, la familia con el hombre mayor se alejó, estaba más influenciada por su tía que tío.

Quedaban ellos, los únicos que podían presumir estar en escuelas de calidad alta sin tener que sobornar a los demás, todo fue gracias a su esfuerzo y capacidades, las cuales no eran pocas.

La menor, concentrada en una página web, era una muchacha extrovertida, mucho más que su hermano, pero igual de seria, era una líder natural, de hecho, ambos hermanos nacieron siendo alfas, aunque a sus padres les haya encantado que su hijo lo fuera no era lo mismo con su hija.

Aunque ¿Qué esperaban de un alfa y una omega que venía de ambos padres alfa?

Ella no tenía parejas, se rindió antes de empezar, era la segunda opción para heredar la empresa, aunque se preparaba para un puesto de administración general, no pensaba en pelear con su hermano por llevar la batuta, con que ella pudiera ahorrar para su futuro estaría bien.

Estudiaba en la UNAM, se pudo dar el lujo de pasar del CCH con pase reglamentado y un asombroso promedio de 9.8 arrasando con su generación, ni siquiera su hermano lo había logrado, a penas pudo sostener su 8.8.

El con 21, ella con 19 ya estaban casi listos para heredar lo que les correspondía.

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- ¿Estas seguro? - La joven lo miraba desde su silla.

La relación entre los hermanos no era mala, todo lo contrario, se ayudaban y apoyaban en lo que podían, eran la persona de máxima confianza para el otro.

- Es que, estoy inseguro, ¿Podrías llevar todo tu? - La miró, llevaba una playera roja con cuello y pantalones de mezclilla azules, su cabello oscuro iba a juego con su piel bronceada.

- No lo sé, he llevado equipos, lo sabes, pero estamos hablando de cosas diferentes. - Vio sus manos, estaba algo nerviosa, tenía un vestido verde claro, sus zapatos de pequeño tacón apenas se notaban, su cabello largo pintado de morado en las puntas resaltaba su piel clara.

- Enserio yo no quiero. - Se sentó en un sofá oscuro, la sala de estudio se encontraba hasta el fondo de la sala de estar, se podían ver entre ellos sin necesidad de moverse.

- Hay que decirle a mamá. - Regresó la vista a su hermano.

- ¿Y si dice que no? - Veía el techo, blanco.

- Entonces tendremos que convencer al abuelo. - Se recargó por completo, cruzando los brazos.

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- Entiendo tu decisión, hijo. - Su madre lo miraba con orgullo, estaban en el comedor, solo 3 personas sentadas. - Y sé que tú padre lo estaría. -

Ambos jóvenes sonrieron melancólicos, su padre falleció cuando ellos tenían 7 y 5 años, no fue fácil para su madre las noches en las que sus hijos lloraban buscando a su padre, pero habían terminado, sus hijos lo entendían, no fue su culpa, no era culpa de nadie, ese es el ciclo de la vida.

- Supongo que ustedes ya hablaron. - La mujer los miró, sabía de la su buena relación entonces no era de sorprenderse que el mayor haya discutido con su hermana.

- Si. - Respondieron ambos.

- En ese caso. - Miró a su hija, con una cara de "perdoname", el trabajo no era fácil, la sociedad no era fácil ¿Cómo podría? Una mujer no es capaz de llevar una empresa tan importante. - Ya sabes a qué te vas a enfrentar ¿Verdad? -

Le preguntó más a su mente que a su hija, no quería que ella lo viviera, su madre estuvo cerca de heredar la empresa, antes de que su esposo muriera, pero aún recuerda las palabras de los colaboradores de su padre.

- Sirve más para limpiar una casa, no para firmar contratos importantes. - La mirada de su padre expresaba la furia más grande que había visto.

- ¡Largo! -

Pero ella en el fondo pensaba que era un buen cambio, ¿Una mujer al mando? Sería algo que su padre ya había intentado, pero ahora ella lograría.

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La noticia alegro al hombre, ¿Esperaría 3 años para que su nieta, la única que no cometió locuras tomara las riendas de la empresa? ¡Claro que sí!

Estaban en una gran reunión, con un brindis se alegraron por la joven.

Empezó a asistir a galas con su abuelo y abuela, conoció a muchos inversionistas y con la mayoría se llevaba bien, tenía una simpatía sin igual, incluso con algunos enemigos de su abuelo empezaron las charlas de negocios.

- Definitivamente es la mejor para llevar la empresa. - Le comentó el abuelo a la abuela, bailaban muy lentamente, la edad no los perdonó, veían de reojo a su nieta con una copa de lo que parecía vino blanco o vodka.

La heredera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora