3: Confort

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Su vista se nublaba mientras caminaba hacia la banca. El ardor en sus ojos se sentía más intenso por cada paso, las lágrimas amenazaban con salir. 

Cuando Carre lo vio, su rostro cambió a uno de preocupación y pena. 

Spreen como pudo se secó las lágrimas con su mano, no quería que Carre lo vea en ese estado. Se sentía débil, era en esos momentos en donde prefería desaparecer, estar solo, él y sus pensamientos.

En su mente, seguía caminando sin rumbo. Ni se había percatado de los brazos rodeando su cuerpo, ni de su cara hundiéndose en el cuello del más bajo, mojando su remera con sus lágrimas.

"¿Querés ir al depa?", susurró Carre, para no dañar el oído de Spreen que se encontraba tan cerca de su boca.

"Quiero estar solo", su voz estaba ronca y más grave de lo normal, a causa del llanto y del nudo en su garganta, que cada vez se hacía más grande.

"Nunca es bueno estar solo, Spreen. No vas a pasar por esto sin compañía, no de nuevo. Ya no estás solo. Estaré aquí para vos, siempre".

Spreen nunca fue la clase de persona que le gusta expresar sus emociones. Nunca le enseñaron a decir "te quiero", ni a responder a un cumplido. Por eso, cada vez que alguien le decía algo lindo, se ponía tan emocional. Claro, un cumplido de cualquier persona no le causaría tal efecto, pero Carre se había convertido en su pilar de soporte, en la persona más importante de su vida. No sabría qué hacer sin él. 

El santafesino, aún con su cara hundida en el cuello de Carre, asintió y sonrió levemente. Se separaron, Carre llevó su mano a la mejilla de Spreen y pasó su pulgar por debajo de sus ojos, secándole las lágrimas. Spreen reaccionó, soltando una leve risa y murmurando incoherencias.

Sin decir más, ambos empezaron a caminar hacia el departamento del más bajo. Mientras caminaban, sentían el roce de sus manos, al estar tan pegados uno del otro. A medio camino, Carre tomó la mano de Spreen, quien la recibió sin protestar.

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El tiempo pasó más rápido de lo esperado. En unos minutos, Carre ya estaba abriendo la puerta de su departamento, saludando a Barry, quien estaba descansando en una silla cercana a la puerta. 

"Ve a lavarte la cara, voy a preparar algo", dijo Carre y fue hacia la cocina.

Mientras que Spreen se aseaba en el baño, Carre estaba preparando una chocolatada caliente y pochoclo (palomitas de maíz). Dejó la bolsa en el microondas y fue a su pieza, sacando una manta polar de su armario. La estiró en su cama y llamó a Spreen.

"Ponete ahí". Spreen no tenía fuerzas para protestar, así que cedió y se echó encima de la manta. 

En un rápido movimiento, Carre enrrolló a su amigo con la manta. Parecía un burrito.

"Qué hacés", preguntó Spreen. 

"Vamos a ver una peli. Dejá traigo comida, banca".

Carre se fue a la cocina de nuevo mientras Spreen se acomodaba en la cama. 

Un minuto después, el bajo volvió con un pote lleno de pochoclo y se tiró en la cama al lado de Spreen.

"¿Qué querés ver?", preguntó Carre mientras prendía la tele y abría Netflix.

"Cars"

Carre rió, "sos un boludo", y puso la peli en la pantalla.

Pasaron unos 30 minutos, ya se habían acabado el pochoclo y la chocolatada. A Spreen se le veía mejor, aunque sus ojos, nariz y orejas seguían rojos e hinchados. Poco a poco se empezaba a sentir más cansado, hasta que su cuerpo se rindió y su cabeza se apoyó en el hombro de su amigo, cerrando los ojos y adentrándose a un profundo sueño.

Carre, al notar la acción, apagó la tele y las luces de su pieza. Cuidadosa y silenciosamente, acomodó a Spreen en su cama y lo tapó con las sábanas, para luego retirar el cabello que tapaba sus ojos y caminar hacia la puerta para dormir en el sillón de la sala. 

"Carre", escuchó una voz detrás suyo llamándolo. Se acercó a la cama nuevamente y se encontró con un par de ojos oscuros y dormilones mirándolo fijamente.

"Quedate". A tal petición, los ojos de Carre se abrieron como platos. Si Spreen siempre protestaba cuando Carre le pedía dormir con él...

"¿No preferís que duerma en el sillón?"

"No", Spreen se hizo a un lado, dejando un espacio en la cama para Carre. "Vení".

"Bueno, conste que vos lo pedís". Carre se acostó al lado de Spreen y se tapó con las sábanas. El mencionado anteriormente se volteó para quedar cara a cara con Carre. 

Se miraron a los ojos por varios segundos, hasta que el más alto de los dos rompió el silencio.

"Gracias", susurró.

Carre levantó una ceja, "¿por?".

"Por estar", susurró Spreen y se acercó, apegándose al cuerpo de su amigo, escondiéndose en su cuello. Carre apoyó su mentón encima de la cabeza de Spreen y rodeó su cuerpo con un brazo.

"Nunca había estado tan cariñoso", pensó Carre.

Le iba a responder, cuando vio que nuevamente se había quedado dormido. Soltó una leve risa y con una sonrisa involuntaria en su rostro, cerró los ojos y se adentró a un profundo sueño, sintiendo siempre la presencia de su mejor amigo a su lado.

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A/N: Perdón por desaparecer gente :'), se me re fue la motivación. Ya tengo un par de ideas para los próximos capítulos, así que voy a actualizar más seguido :)

Gracias por el apoyo <3

Nadie como vos (spreen x carre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora