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Estaban sentados encima del porche de un auto negro, bebiendo unas cervezas mientras reían de cualquier tontería que el lobo decía y recordaban anécdotas.

¿Cómo terminaron haciendo eso? Bueno, un día con sus amigos en una fiesta por ahí les había dado un tiempo a solas.

—¡No recordaba que aquella vez tuvimos que aventarnos a una piscina para que no nos vieran! Y tanto que odiabas el agua —Rió el reptil.

—Ahora hasta la disfruto —Lo miró con gracia y le tomó a su cerveza— Estaría bien salir con los chicos a la playa. Una de las grandes ventajas de ser ciudadanos que no van contra las leyes: ¡salir a donde queramos! ¿Vamos este domingo?

—Sí, me vendría bien algo de sol para que mi piel brille más y se vea mejor.

—Hey, tus escamas se ven lindas, no tienes que preocuparte por eso igualmente —Hizo el cumplido y desvió la mirada mientras daba otros tragos a la botella de vidrio.

La serpiente abrió los ojos como platos y carraspeó la garganta.

De nuevo ese calor en sus mejillas que lo ponía nervioso.

—La noche es maravillosa, ¿no lo crees?

El de sangre fría miró el cielo, y de hecho si era agradable el ambiente, la brisa estaba fresca, las estrellas titilaban, todo en completo silencio. Solo estaban ellos dos, como siempre había sido.

"Somos los dos contra el mundo"

Recordó con melancolía la frase que su mejor amigo decía cada vez que algo iba mal o tenían más posibilidades de tener serios problemas.

—Si, si lo es. —Lo miró directamente a los ojos y sonrió.

El peli castaño tenía unas ganas tremendas de besarlo, pero por respeto, no lo hizo. En cambio, dió unas palmaditas a su cabeza y miró la botella vacía.

—Lástima que en la cárcel nos pusieron en celdas separadas, hubiéramos tenido muchas noches iguales a esta. Pero en fin. —Miró su reloj— Wow, ya es tarde, seguro ya llegaron los demás, deberíamos entrar —Bajó del porche y esperó que su amigo hiciera lo mismo.

Entraron a su hogar y fueron por el pasillo para entrar a sus respectivos cuartos, que por cierto, estaban uno en frente del otro.

Pero antes de entrar a su habitación, el reptil detuvo al de sangre caliente.

—Hacía falta una charla así, para despejarnos. Me divertí, gracias Lobo —Sonrió leve.

—Yo también me divertí.. Serpi, siempre me divierto cuando estoy contigo —Colocó su mano en su nuca y unos segundos después, se acercó rápidamente y le dió un beso fugaz en la mejilla.

El de piel escamosa ocultó un poco menos de la mitad de su cola detrás de la puerta para que su mejor amigo no viera que esta se estaba moviendo con intensidad.

—Si, si.. hasta mañana —Desvió la mirada y entró rápido a su cuarto.

Sintió un cosquilleo por todo su cuerpo e intentó hacer que su cola se detuviera, pero simplemente no pudo.

Si antes le molestaba que sus mejillas se sintieran calientes, ahora le molestaba más, pues su cara hervía completamente.

Se recostó con velocidad en su cama y se cubrió por completo con las sábanas.

—Estúpido imbécil..— Susurró con voz temblorosa.

Odiaba sentirse así.

Odiaba que él lo hiciera sentir así.

Pero odiaba más no saber porqué.

Pero odiaba más no saber porqué

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Espero que este capítulo haya sido de su agrado.

En fin, ¡nos vemos después! <3

¡Ese imbécil! | WolfnakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora