El Secreto Para Proteger

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–La mañana era abrazadora como de costumbre, solo se escuchaban quejas sin cesar a las afueras de la celda– Mmhh... Ah, estoy preparado para otro día horrible–Edgar se propuso a estirarse y con el movimiento trono su espalda– Auch...! Ah... Se me olvida que ha ni soy la misma persona de antes... Ah, que lastima que cambiaron a Sam de grupo, realmente extraño hablar y bromear con el.

–Abrieron las puertas de las celdas para comenzar la jornada del día, me tocó la lavandería junto a unos jóvenes–

Ah... Me todo contigo, cierto? – Preguntó uno de ellos, se notaba bastante inseguro y confundido. Aposté a qué era nuevo– Eh... Si, seguro eres nuevo, acompáñame–Respondí mientras pensaba por qué mierda estaba actuando tan amable.

Ah... Disculpe, no me presente... Eh, mi nombre es Samuel, mucho gusto–Dijo el niño con una sonrisa nerviosa– Ah, esta bien ntp. Normalmente uno aquí no se presenta por que no sabes cuando puedes morir– Dije que manera sarcástica, aunque la cara del chico reflejaba mucho miedo por lo que dije– Ah... Chico, era una broma, relajate, y... Mucho gusto, yo me llamo Edgar

Ah, por un momento creí que lo decía en serio, yo... Creí que en verdad corríamos riesgo aquí... JA... Estúpido–Dijo mientras mantenía sus manos en su cabeza– Yo... Edgar, espero que esto sea un sueño... Un horrible sueño, del cual despertar pronto–Dijo el chico mientras caminaba, sus piernas temblaban, al parecer no me equivoque y realmente era nuevo.

Si... Me recuerdas a alguien, de hecho sus nombres son casi idénticos... –Samuel levantó la mirada mientras se tallaba los ojos– Ah...? Como es eso posible?–Preguntó desconcertado– Si, verás, hace tiempo llegó alguien a mi celda, alguien nuevo, yo creí que no sería diferente al resto de personas que conocí allí... Incluso pensé que desaparecería rápido igual que los demás. Se supone que no estaba interesado en conocerlo, hacernos amigos... Pero el poco a poco fue acercandose a mi, me ve como un amigo y yo a él... Como un hijo.

Señor?–Interrumpió Samuel mientras me veía a la cara preocupado– Que sucede Samuel–Pregunté– Es que usted... Esta llorando.

Yo que...? –Confundido repose mis dedos bajo mis ojeras y se sentía como no paraban de salir lágrimas, al mismo tiempo sentía un profundo pesar– Señor... He, esta bien, necesita algo? Ah... – Samuel se veía preocupado, no pude evitar ver a Sam reflejado en el, realmente eran iguales– Yo estoy bien chico, no te preocupes, soy viejo, pero soy mas fuerte de lo que piensas–Le dije mientras mantenía una mirada abrazadora y una sonrisa feroz... Que mal que... Fue solo una fachada–

El día en la lavandería fue normal, lavando aquí y lavando allá, el chico se acercaba mucho a hablar. Pero le pedía que se retirara para evitar que se metiera en problemas... Aunque no para a de pensar ¿desde cuando soy así? ¿Por que me importe por ayudar a este muchacho? ¿Me he vuelto más blando? ¿O es por que me recuerda a Sam? Bueno, eso no impo– Mis pensamientos fueron interrumpidos por un estruendo en el cuarto de prendas– Ahora que pasó? –Todos los prisioneros quedaron en silencio mientras en el cuarto de prendas se sentía una vibra pesada.

Lo-Lo siento... No sabía que
–Esa era la voz de Samuel, mi cuerpo se comenzó a mover solo hacia el cuarto de prendas, mientras mi corazón comenzaba a latir tan fuerte como los pistones de un auto fórmula Uno– TU...!... Alma insolente...! – Reclamo un guardia furioso– Yo... Lo siento, Lo siento mucho, tendré más cuidado, lo-lo juro... –La voz de Samuel rebozaba un miedo y una tristeza profunda. Por alguna razón el saber que ese chico podía salir herido, me hacía hervir la sangre

Samuel... Relajate– Le susurre mientras veía a la distancia, apretando el puño de impotencia– Sa-Muel...! Con que ese es tu nombre...! –El guardia se acercó y comenzó a poner uno a uno sus dedos entre el cuello de Samuel– Tu... Eres nuevo, justo hoy llegaste... Que pena... No he comido... No tengo paciencia... Tu cometiste un error... Y tu estúpida cara me molesta...! –El estrés en Samuel era tan que comenzó a soltar lágrimas, su cara pedía ayuda a gritos

"Sabes Edgar? Tengo la esperanza de que esto solo sea una pesadilla, de la que me despierte pronto"

Recorde esa frase de Samuel, mientras miraba su cara lleno de lágrimas, miedo y confusión... Después fueron las palabras de San.

"Edgar, se que no soy igual de fuerte que ellos, pero si no me opongo a que lastimen a personas igual de confundidas como yo..."

Maldita sea...!–Susurre mientras me mordía el labio– Por favor... Perdóneme guarda...! Yo... Necesito volver con alguien

"Necesito volver con alguien"
"Necesito volver con alguien!"
"!NECESITO VOLVER CON ALGUIEN!"

Y yo... Debo encontrarme con alguien...

SUELTALO BASTARDO MAL NACIDO– Grite mientras corría hacia el guardia– JA... MAL NACIDO YO...!?– Respondió– Y... Que vas a hacerme idiota!?

Lo divertido... ES QUE NO LO SÉ–grite mientras me perdía en mis pensamientos–

Realmente no sé por qué lo hice, me he estado comportando muy raro, ayudar a un extraño, abrirme con el, preocuparme, y ahora... Protegerlo... Soy patético, siempre lo he sido.

"No tienes que protegerme para siempre Edgar"

Quién quiera que haya sido... No pude ayudarlo, y hasta ahora, no he sido más que un estorbo... Así que aunque sea por una vez... QUIERO PROTEGER A ALGUIEN!–Mi golpe impacto en la cara del guarda, el cual solo respondió con una cara confundida– Eso... Eso fue... MUY ESTÚPIDO JAJAJA– Era obvio que mi golpe no le haría nada... Y ahora estoy aquí, frente a mi muerte.

Alma... No se si eres alguien muy idiota, o alguien con muchas bolas...!– Soltó a Samuel del cuello y poco a poco se levantaba, su apariencia era atemorizante estando de rodillas, pero una vez se puso de pie... Esto era... La expresión máxima del miedo– JAJAJA, quizá.... Lo que soy, es un simple idiota con muchas bolas... Las mismas... QUE TE FALTAN A TI IMBECIL! –Mi sonrisa era obvio que era falsa, por dentro estaba muerto de miedo, pero tenia que proteger a ese chico, si soy incapaz de protegerlo, no seré capaz de proteger a Sam.

Hace mucho tiempo escuche a Través de las paredes de la celda algo que le sorprendió. Un prisionero que pudo hacerle frente y darle una paliza a un guardia, al principio no lo podía creer... Lo último que se supo de ese prisionero fueron sus últimas palabras

"En ese momento, no tenía ni el más mínimo deseo de morir, y de alguna manera, me sentí capaz... De hacer todo"

Eres alguien con muchas agallas para retar a la que puede ser tu propia muerte– Dijo mientras su musculatura iba en aumento– Sabes... Me tomo mucho tiempo, pero creo que lo averigüe y no pienso morir aquí!– Mi corazón latía a mío por hora, en mi se mantenía el deseo de sobrevivir, al mismo tiempo que sentía energía recorriendo mi cuerpo– Ya estuvo bueno de juegos humano, me encargaré de darte un sueño eterno.

–Tan rápido como cerré mis ojos su puño estaba rozando mi piel– MUERETE DE UNA VEZ ENTROMETIDO!
–Ese golpe me hizo atravesar 3 paredes y estrellarme con el equipo de lavado, mis oídos zumbaban, pero mi cuerpo estaba en perfecto estado– Muy bien... Ahg- dejame... Tomar un respiro antes.
–A mí costado se asomaba un crozo de acero, quizá de los equipos que rompi– Eso fue fuerte... Ahora me toca a mi– Dije mientras tomaba la pieza y respiraba profundamente.

Sin duda... Con eso debe estar muerto– Dijo el guardia–
Ed... Gar
VEN ESTÚPIDAS ALMAS! ESO ES LO QUE LES PUEDE PASAR SI SIGUEN RETANONOS, USTEDES SOLO SON NUESTRA COM-

De alguna manera el guardia salió volando fuera del cuarto, y entre todo el polvo se asomaba una figura esbelta– Ah... Lo siento, acaso interrumpí tu discurso? –Dijo Edgar mientras se levantaba– ESTO ES UNA PELEA ASÍ QUE NO BAJES LA GUARDIA IMBECIL!

Como es posible...? Con ese golpe debiste morir– El guardia estaba confundido limpiandose el polvo mientras se ponía de pie–  Ah...? No se, solo no tengo ganas de que un monstruo me mate hoy– Exclamó Edgar con una sonrisa.

Así que prepárate, por que si le llegar a tocar un pelo a este chico... Tu vida habrá acabado

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