Por más increíble que suene jamás había visto el programa de Ellen DeGeneres, pero los ruegos de Kelly terminaron haciendo que aceptara ir aunque no quería. "No vale la pena que se desperdicie la entrada si tú la puedes usar" decía mi amiga. Supongo que tenía razón. Esa noche me arreglé y me esmeré en el maquillaje. Al fin y al cabo el programa era televisado. Sólo esperaba que la cámara no me capturara estornudando o con un ojo chueco. Mentalmente me repetí mil veces que si eso pasaba, tendría que llegar a casa y matar a Kelly.
Cuando se acercaba la hora salí para el estudio de TV donde era el programa. Llegué, mostré mi entrada y me dejaron pasar. Mientras caminaba entre la multitud de gente que también asistía al show, leí detenidamente mi pase y abrí los ojos con sorpresa cuando me di cuenta de que mi puesto estaba en la primera fila. Sí, ya mi mente empezaba a idear mil formas de asesinar a mi amiga.
Me senté en mi asiento e intenté calmar mis nervios pero era como si me gritaran que algo malo iba a pasar. "Tranquila" me dije. Es sólo una hora y luego me iré de aquí. Con ese pensamiento me quedé un poco más tranquila.
La multitud empezó a agitarse y aplaudir y comprendí que Ellen estaba en el lugar pero yo no la veía. Giré mi cabeza hacia la derecha y la vi entrando muy alegre y con una gran sonrisa en el rostro.
Lo cierto que es la estaba pasando muy bien; me dolía la quijada de reírme ya que Ellen era demasiado ocurrente. Cuando al fin anunciaron que el próximo invitado sería el último sentí una pequeña pero fugaz puntada de desilusión. Después de todo se me habían quitado las ganas de irme. Ellen se levantó y anunció al último invitado de la noche, Chris Evans.
Quedé en shock cuando oí esas palabras. De repente algo hizo clic en mi cabeza. Empecé a dudar de la repentina enfermedad de Kelly. Ella sabía de mi amor platónico super obsesivo con Chris. Varias veces había estado a punto de ir a alguna premier o algún lugar donde sabía que estaría pero siempre terminaba echándome para atrás de puros nervios. Estuve demasiado tentada a levantarme y salir corriendo, sin embargo eso sólo haría que todos se fijaran en mí.
Respiré profundo y miré en todas direcciones, no quería ver el pasillo por el que sabía que Chris entraría en cuestión de segundos. Bajé la vista a mi entrada cuando la silueta alta y elegante de un hombre apareció en dicho pasillo. Entonces algo llamó mi atención alejándome por un momento de mi estado nervioso. En mi pase había algo escrito que no lograba entender, decía "EP" en rojo y tenía un ganchito al lado. Fruncí el ceño en señal de confusión y de repente el clamor del público me devolvió a la realidad. Evans estaba abrazando a Ellen y luego tomó asiento en la otra butaca. Me permití mirarlo con atrevimiento y no pude evitar sonrojarme. Su cabello estaba largo y lo llevaba engominado, su abundante barba le daba un aire de chico malo que me hacía estremecer. Estaba vestido con pantalones de vestir negros y una camisa blanca sin corbata, los 3 últimos botones de ésta estaban sin abrochar dejando ver un poco de piel y el comienzo de un tatuaje. Sabía que Chris tenía varios tatuajes, pero ese del pecho era mi favorito, cuando se asomaba así por sus camisas era como si te invitara a verlo, o a tocarlo...
Sentí arder mis mejillas y miré angustiada a mi alrededor pero nadie parecía haberse percatado. Lógico genia, todos estaban pendiente del dios griego que estaba sentado al lado de Ellen.
La entrevista iba normal, Chris reía haciéndome reír también y de repente me sentí afortunada de poder verlo en persona y ser testigo de esa hermosa sonrisa. Probablemente sería una experiencia que jamás volvería a vivir así que me relajé. Pero la calma no duró mucho. Ellen empezó de un momento a otro a hablarle al público, me tomó unos segundos darme cuenta de qué estaba pasando. Al parecer existía una entrada premiada y el premio a recibir era tocar los abdominales de Chris.
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Esa noche (One shot)
Short StoryCuando mi amiga Kelly cayó enferma la noche en que iría al famoso programa de Ellen DeGeneres y me regaló su entrada, pensé que sería una horrible experiencia. Pero no fue así.