Kento y Satoru se separaron hace tres años por un suceso que destrozó el vínculo que existía entre ellos, pero por más que lo intenten no pueden dejarse ir y siguen viéndose a escondidas, aún cuando saben que eso solo los dañará más.
Kento sabe que...
holiiii, ésta es mi primera vez publicando un fic por acá, así que veamos qué tal nos va. éste AU me vino gracias a un meme, y el drama me inspiró a terminar éste capítulo en cuestión de un par de horas, jeje. ¡espero les guste!
Éste capítulo tiene una canción, que es la que inspiró el nombre de la historia.
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12 de diciembre, 2021.
Con un gruñido ronco, el alfa que se movía frenéticamente entre sus muslos, se detiene y se deja caer sobre Kento, quién lo siente temblar mientras su clímax se apodera de él y lo llena con su semilla.
Él mismo deja salir un diminuto gemido, sintiéndose algo molesto por lo mucho que disfruta el sentirlo acabar en su interior.
El tiempo ha pasado, pero la química entre ellos sigue intacta, el deseo mutuo y la necesidad de tocarse y ser uno no desaparece, y eso lo ha llevado más de una vez a disfrutar unas copas de más. Satoru Gojo está tan dentro de él todavía, tanto metafórica como literalmente, que Kento no sabe cómo sacarlo de su vida.
El divorcio finalizó hace poco más de dos años, y llevan aún más tiempo separados, pero aún cuando ya no lleva su marca Kento no sabe cómo acabar ésta relación.
Cada que Satoru viene a buscar a los niños terminan en la cama... o escondidos en uno de los baños, intentando ser silenciosos si los cachorros están despiertos.
Y él sabe que no es sano. No acabaron en los mejores términos, y hubo demasiadas lágrimas derramadas dentro y fuera de la corte. Intercambiaron palabras demasiado fuertes y ofensivas, se gritaron hasta perder la voz... y aún así, años después de aquellos sucesos, Kento aún le permite meterse en su cama y entre sus piernas.
Yuu no tiene ni la menor idea, y esto es algo que Kento insiste en mantener en secreto, pues sabe qué diría su mejor amigo si supiera la verdad.
Es algo que lo avergüenza.
—¿Te gustó?, — escucha preguntar al alfa, quién insiste en hacer aquella estúpida pregunta cada vez que Kento lo deja follarlo.
Pone los ojos en blanco, y apoya sus manos sobre el pecho de Satoru, que parece estar muy cómodo recostado sobre él, invadiendo su espacio personal más tiempo del necesario.
Ya debería saber las reglas: una vez que ambos obtienen un orgasmo, que ponga su distancia.
—He tenido mejores, — responde de manera cortante mientras lo empuja, forzándolo a salir de su interior.
Hace una pequeña mueca por la molestia, que disimula al darse la vuelta y tomar lo primero que encuentra para limpiar el desorden entre sus muslos, sintiéndose un poco asqueroso ya que el acto finalizó.
