Kento y Satoru se separaron hace tres años por un suceso que destrozó el vínculo que existía entre ellos, pero por más que lo intenten no pueden dejarse ir y siguen viéndose a escondidas, aún cuando saben que eso solo los dañará más.
Kento sabe que...
¡Hola! Aquí les dejó el segundo capítulo de ésta locura jeje.
Leí todos sus comentarios y debo decir que no podía dejar de reírme con algunas de sus ocurrencias, mientras que otras me dejaban así de 'son muy observadores'. Me divertí leyéndoles y la verdad es que lo aprecio muchísimo. <3
Fuera de los comentarios, alguien me hizo una pregunta y pensé que era buena idea responderla. Me preguntaron si porque Kento era el omega/pasivo en ésta historia era que le había cambiado la personalidad y que si por eso lloraba mucho. Jajajaj, no, amixes. No sé si pude dejarlo claro sin tener que decirlo, pero Kento lleva una vida muy difícil desde que se separó de Satoru, y por lo tanto desarrolló depresión y ansiedad. Él no se ha dado cuenta y no va a terapia, obviamente, por lo que ni él entiende porqué reacciona tan mal a algunas cosas, y los que hemos sufrido de ésas enfermedades sabemos muy bien que no eres tú cuando las tienes. Literal te vuelves una cáscara de la persona que solías ser, y eso quería plasmarlo en la historia. Su cambio de personalidad no es solo porque sí jajajaj
Si alguien tenía dudas similares, espero habérselas resuelto.
aquí les dejo la canción de hoy.
-
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
10 de Julio, 2000.
Kento conoció a Satoru durante su primer año de preparatoria, cuando él acababa de cumplir 15 años.
En aquel entonces Kento era más arisco y serio, más propenso a la violencia física que hoy en día. No socializaba si podía evitarlo y evadía a todos los alfas que se le acercasen, razón por la cual su madre decía que nunca se iba a casar.
Pero era la culpa de las hormonas, claro está, que en aquel entonces causaban un desorden en su cuerpo en desarrollo y ni él mismo se soportaba a veces.
Conoció a Satoru y a su mejor amigo, Suguru, durante el receso.
Ésa mañana Kento se encontraba sentado con Yuu en las áreas verdes, almorzando tranquilamente y disfrutando de un bonito día, cuando de la nada un balón de baloncesto irrumpió su plática y mandó a volar el bento que su madre había preparado con tanto esmero para él.
Recuerda claramente la furia que recorrió su cuerpo al quedarse sin almuerzo, y ver los esfuerzos de su madre en el suelo.
Cinco segundos después un par de alfas se acercaron a él y a Yuu, luciendo sonrisas grandes y nada avergonzadas. Aún recuerda el deseo que sintió de levantarse y asestarles una bofetada a cada uno.
