Capítulo 1: El viaje

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Mi nombre es Giorgia Avellino, aunque mi familia me llama Gio. No es que no me guste mi nombre completo, pero parece de una señora, y precisamente no soy una señora; tengo 21 años.

Mi madre me puso ese nombre por una actora, y mi padre murió hace muchos años. Poco tiempo después, mi madre se enfermó, y nos tuvimos que mudar donde nuestra abuela vivía, un poco lejos de nuestra casa. Aunque fue difícil alejarme de mis amigos, me adapté rápido a los cambios.

Mi madre, Cintia Avellino de Guissepe, fue diagnosticada con la enfermedad de Crohn hace 5 años. Desde que nos enteramos, mi hermana y yo la hemos cuidado y ayudado en su tratamiento. Ahora estoy en mi habitación pensando en una propuesta que mi madre me hizo.

-Cintia: Hija querida, ¿puedes viajar para ayudarme a pagar la operación? Tengo algunos euros guardados. Podrías ir a Toscana a trabajar aquí en Valle de Osta y encontrarás oportunidades para lograr tus sueños. Además, habla con tu tía Paularina; ella podría acogerte un tiempo. ¿Qué te parece la idea?

-Giorgia: Pues, mamá, no lo he pensado bien. ¿Es muy rápido, no?

-Cintia: Pero lo harías para ayudarme, a tu hermana y a ti —me decía mirándome con una mirada fija y triste. No quería dejarla, pero si no voy, no podría quedarme aquí.

-Giorgia: Tienes razón. Estaré alistándome para poder viajar. Todo sea por nuestra pequeña familia—le dije con una sonrisa un poco triste y me regresé a mi habitación.

Esto me parece muy rápido, pero ella tiene muchas razones para que pueda viajar, y tiene razón. No me quedaré aquí en Valle de Osta a que pase mi vida de otra manera. Mi hermana menor, Gabriella Avellino, tiene 17 años. Me preocupa que se quede con mi madre, pero no tengo nada que perder. Ella es un poco irresponsable, pero yo creo que puede. No seremos ricos, pero tampoco llegamos a estar pobres, ya que mi abuela, que en paz descanse, nos dejó su pequeña fortuna, y con eso hemos sobrevivido.

Bueno, en este instante estoy buscando en mi laptop cuándo sale un vuelo de Valle de Osta a Toscana para mañana, y alguien tocó la puerta.

-Gabriella: Soy Gabriella, ¿puedo pasar?

-Giorgia: Sí, claro, pasa.

-Gabriella: ¿Qué tal, hermana? Me enteré que mamá ya te dijo que vayas a Toscana.

-Giorgia: Sí, bueno, ando investigando cuándo hay vuelos para ir. Aunque las voy a extrañar mucho a las dos.

-Gabriella: Nosotras igual. Ven.—,se acercó y me dio un abrazo.

-Giorgia: Por favor, cuida a mamá y cuídate tú también. Estaré llamándoles cuando llegue a la casa de la tía Paularina.

-Gabriella: ¿Cómo será ella, no? Me da mucha curiosidad. Nunca la hemos visto, y no conocemos mucho sobre nuestra familia.—dijo sentándose sobre mi cama; al lado estaba mi armario y encima de la cama, mi maleta.

-Giorgia: Será raro convivir con ella, pero apenas consiga un trabajo, me voy de su casa y me alquilo un departamento.

-Gabriella: Sí, pero trata de conocerla. ¿Y qué tal si es muy buena? Además, sé que tiene una gran tienda allá en Toscana.—dijo mirándome y sonrió.

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⏰ Última actualización: Jan 23 ⏰

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