♡⃕ 𝐔𝐖𝐔┊𝙍𝙖𝙙𝙞𝙤𝙙𝙪𝙨𝙩

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Alastor tomó asiento en uno de los sillones  de la lujosa habitación del hotel. Las luces tenues y el terciopelo oscuro que adornaba los muebles daba el toque en el escenario. El demonio radio mantuvo su sonrisa tranquila y bebió de una copa de vino sin poder apartar la vista del precioso cuerpo de su Angel frente a él, lucía una lencería roja que apretaba con firmeza sus muslos y caderas y resaltaba su busto grande y esponjoso.

Solían salir de vez en cuando y se veían seguido para tener encuentros sexuales y también para pasar tiempo juntos, la confianza fue aumentando y ahora ambos estaban obsesionadas el uno con el otro y se complementaban mutuamente. Pero aquella ocasión era especial. Si bien Alastor se había fijado en el actor porno por su personalidad, también por su físico andrógino, era precioso y femenino, Angel Dust desafiaba cualquier cosa que el demonio radio llegó a posar su atención, y en todo el cuerpo de la araña había algo en específico con lo que estaba más que encantado, su busto. Aquella pelusa esponjosa y suave y que siempre resaltaba, con el tiempo descubrió que se trataban de dos pechos grandes y demasiado sensibles. 

Era su parte favorita y podía tocarlos y apreciarlos por toda la eternidad sin dejar de pensar que eran increíbles. Alastor no era precisamente el caballero decente que se mostraba siempre ante todos, si era educado y elegante en público en la cama era vulgar, dominante y agresivo, y como cualquier persona él también tenía fantasías, y una de ellas involucraba los pechos de su Angel.

Con un simple ademán le indicó que se acercara, Angel caminó con una sonrisa confiada en sus labios, se sentó en el regazo de ese demonio tan dominante y dejó que recorriera cada parte de su cuerpo con sus manos grandes. Las filosas garras acariciaron sus caderas, delinearon sus clavículas y amasaron sus muslos y pequeña cintura, soltó un suave suspiro al momento que el aliento caliente del venado chocó contra la sensible piel de su cuello y cerró sus ojos disfrutando de los besos en sus hombros y cuello.

Alastor continuó acariciando y disfrutando de cada parte expuesta y sensible su Angel, le gustaba tocarlo porque su cuerpo era muy suave y erógeno, cada parte estaba cubierta por suave pelaje blanco, era adictivo al tacto. Subió su mano para capturar con cuidado su rostro, hizo que lo mirara a los ojos y lo acercó para comenzar una ronda de besos salvajes y violentos, mordió sus tiernos labios y los hizo sangrar, introdujo su lengua hasta lo más profundo y disfrutó de los gemidos y jadeos que la araña soltaba. 

—Te seré sincero, Al, no creía que fueras el tipo de pervertido obsesionado con las tetas.

Comentó sonriente la araña al mismo tiempo que se deslizaba del sillón hasta el suelo alfombrado. Alastor largó una risa sincera y observó la forma en que aquellas delgados manos comenzaban a desabrochar los botones de su pantalón. 

Angel mantuvo su sonrisa tranquila incluso cuando sacó de ese bóxer una verga de casi 30 cm, gruesa, erecta y palpitante. La primera vez que la vio se sintió virgen de nuevo con solo verla, pero ahora estaba acostumbrado ante su increíble tamaño. Entonces comenzó.