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Calles largas e infinitas...






















Ojos mirando por doquier cada imperfección...

























Besos apasionados entre amantes siendos esperados en casa por sus familias...
































Traficantes o drogadictos en cada esquina...



































Una ciudad creciendo cada vez más veo ante mis ojos a medida que avanzo de camino al trabajo diariamente...odiaba esta ciudad.

Llegué tarde como de costumbre los días son un libro con páginas repetidas, las mismas palabras, acciones, lugares y personas diariamente, "pórtate bien en la escuela", "sé juicioso", "estudia y serás alguien grande", las misma palabras de siempre también, todo para terminar en esta ciudad estancado. De pequeño pensaba que saldría de esta ciudad si me esforzaba, pensaba que podría cambiar mi vida cotidiana y salirme de este bucle infernal, pero, ni las mejores calificaciones me ayudaron a salir de aquí. En fin, otro día de mierda comienza para mí.

-Buenos días, bienvenido a Orange Bird café, ¿cuál es su orden?

Y este era yo diariamente, con una sonrisa amplia en mis labios aparentando estar bien y tomando las órdenes de cada cliente para poder costear la universidad de mierda a la que voy.

A lo lejos vi una silueta sospechosa, por lo que me acerqué a ella mirándole a los ojos.

-¿Necesita algo señor?

Dije con la misma sonrisa simulada de siempre.

El chico solo me miró y se fue."Gente rara" dije para mí mismo y seguí con lo mío, pensé que solo era una casualidad y que el chico simplemente no volvería y dejaría de irrumpir en mi rutina diaria. En eso me equivoqué.

Pasaron los días y el acercarme a él, al igual que el ser ignorado por él, se convirtieron en mi rutina, se convirtió en mi rutina diaria de golpe, siempre a la misma hora 12:50 am, luego de un tiempo ya me estaba cansando de hablarle todo el tiempo y ser ignorado, así que me intenté alejar. Al menos eso quería hacer.

-hey, Mateo, nuevamente está el mismo. chico en la mesa 12, ¿puedes lidiar con él?

-... Jefe, a mí simplemente me ignora, ¿no podría enviar a alguien más?

-Los demás están ocupados, ve rápido

Suspiré y me levanté dirigiéndome a donde estaba el chico cambiando la conversación por fin

-Hey!, ¿ya vas a decir que es lo que quieres ordenar o seguirás ignorando cada puta palabra que digo? - dije al fin impotente al verle mientras sonreía con una sonrisa claramente fingida

El chico se comenzó a reír al escucharme y por fin habló con una voz grave pero calmada y burlona

-Un mesero no debería hablar así a un cliente, ¿quieres un reclamo?

Suspiré mirándolo y me relajé volviendo a fingir la sonrisa

-Si no va a pedir nada, deje de venir, ocupa un asiento que puede ocupar cualquier otra persona más valiosa y con más cerebro

Dije eso y me retiré nuevamente a la cocina escuchando solo una risa pequeña detrás de mí.

Pasaron 2 semanas sin que el chico apareciera, pero, no me importó en ese entonces, ya que no lo conocía. Luego de cumplirse las 3 semanas sin verlo, un día apareció en la cafetería con una sonrisa mientras me llamaba para por fin atenderlo.

-Un frapuccino y galletas de chocolate por favor chico de boca sucia - sonrió mirándome.

-Con gusto señor - dije apretando mis puños aún con una sonrisa forzada para luego ir a la cocina y hacer su pedido.

Luego de un tiempo le llevé su pedido y preguntó:

-¿Cuál es tu nombre?, ¿o debo seguir diciéndote chico de boca sucia?.

-Solo es un cliente, no tengo porque decirle mi nombre.

-Te equivocas, al ser el cliente, debo saber cuál es el nombre de la persona que me atendió, imagínate y me ahogo con algo del café o con las galletas, en caso de que quede vivo, debo decir quiénes me atendieron...Mateo Collins - dijo esto con una sonrisa para luego levantarse y irse dejando propina y el dinero de las cosas intactas sobre la mesa mientras yo quedaba atónito al escucharlo decir mi nombre y apellido.

Traté de olvidar ese tema, pero aunque lograba olvidarlo por algunos segundos, luego llegaban muchas más preguntas sin respuesta, aunque sabía que nunca encontraría esas respuestas...al menos no en ese momento.

Día a día, el chico fue yendo y hablándome, yo simplemente tomaba su pedido fingiendo una sonrisa, le contestaba cortante y luego solo lo ignoraba. Aunque...a veces lo escuchaba inconscientemente.

Poco a poco, su voz fue haciéndose agradable para mí y comencé a contestarle algunas cosas de lo que decía, hasta que un día simplemente tomé asiento al ver que mo habían más clientes en la cafetería y comencé con una conversación entre nosotros.

-¿entonces me dices que estuviste un año en el servicio militar y te dieron de baja porque fingiste estar con una lesión grave qué al final se volvió real por jugar con un perro a las carreras? - dije mirando al mayor frente a mí que por primera vez desde hace mucho tiempo estaba muy callado mirándome mientras asentía como respuesta, por lo que me reí levemente mirándole

-hey, al fin ríes, incluso ya estás hablándome más, pensé qué me odiabas, por lo visto te estoy comenzando a agradar, ¿no gatito?

-lo miré algo desconcertado por el apodo- ¿gatito?

-asintió- los gatos son como tú, les cuesta acostumbrarse a gente nueva y son ariscos al principio, me gusta ese apodo, aunque... prefiero Diente De León-sonrió mirándome a los ojos

-Diente... de... león...-dije recordando por un momento un campo lleno de dientes de leones que ví una vez de pequeño dejando ver una pequeña sonrisa en mis labios- entonces también te llamaré así, Diente De León Mayor o DDLMA, ¿suena bien?

-¿Entonces yo tendría que llamarte DDLME? (Diente De León Menor)

-sí, aunque, suena raro - dije mientrar reía

-Suena único, somos los únicos que conocen el significado... me gusta-el chico sonrió ampliamente mirándome por lo que le dí una sonrisa de vuelta también-

-Bueno, ahora sí, dame tu pedido DDLMA.....

Esa fue la primera conversación entablada... pensaba que hasta ahí llegaría... hasta que sentí mi corazón comenzar a latir... a latir rápidamente... tan rápido que me asustaba...no sabía que era ese sentimiento, no sabía si seguiría creciendo o se estancaría, no sabía que hacer o como frenarlo, solo sabía una cosa, este sentimiento aparecía cada vez que hablaba con aquel chico cuyo nombre me era desconocido aún. Me sentía extraño, pero a la vez feliz...

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⏰ Última actualización: Jun 14, 2022 ⏰

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