La caja secreta de los Moon

Mudanzas

- ¡Jonathan! Te dije que hicieras las maletas y empacaras tus cosas y no has hecho nada. 

- Te dije que no me quiero ir. Yo no voy a empacar nada porque yo me quedo. No voy a irme a un pueblo de mierda solo porque tú te hayas divorciado y quieras irte con tu novio. 

- Esto ya lo habíamos hablado. Vienes porque aún no eres mayor de edad y tu  queridísimo padre no quiere hacerse cargo de nada. 

- Dilo bien mamá. No quiere hacerse cargo de mi. 

Mi madre frustrada rodó los ojos y resopló mostrando su indignación. 

- Tienes una hora para coger tus cosas.

- ¡Joder! - grité cabreado. 

Cerré la puerta de la habitación de un portazo. Indignado, cogí las cajas que mi madre había dejado en mi habitación días antes y empecé a guardar en ellas todas las cosas que creía importantes conservar. La verdad es que tiré más cosas de las que me imaginé. 

Mi cuarto nunca fue un ejemplo de orden, más bien de caos. Guardaba cosas innecesarias y luego ni me acordaba de que existían. 

Cuando por fin empaqué y tiré lo que no quería me quedé viendo lo grande que parecía la habitación al estar vacía. Es triste ver como tu casa, tu hogar, donde creas una larga lista de recuerdos queda tan vacía. Cambiar de casa, de ciudad y mudarme a un pueblo donde no conocía a nadie me entristecía. Sé que no será fácil empezar de cero, pero creo que me vendrá bien cambiar de aires, conocer gente nueva. 

Mi padre hace un año le puso los cuernos a mi madre con una mujer que conoció en uno de sus viajes de "negocios". Nos enteramos porque la hermana de mi madre trabaja como azafata de vuelos, y dio la coincidencia de que estaban en el mismo vuelo. Ella los vio y se lo contó a mi madre.

Mi madre ya lo sospechaba desde hacía tiempo, y cuando mi tía se lo confirmó, quiso el divorcio. No lo pidió porque económicamente dependía de mi padre, ya que ella hacía bastante tiempo que la habían despedido por el cierre de la empresa para la que trabajaba. 

Cuando conoció a Carlos, empezó a serle infiel a mi padre. Al parecer, Carlos, le ofreció un puesto en su empresa. Pero había un inconveniente. Él vive en un pueblo muy lejos de la ciudad en la que vivimos. Cuando mi madre firmó el contrato, pidió el divorcio. 

Por ese motivo hoy nos mudamos.