Casada con mi jefe (Segunda temporada)

Capitulo 5

Narra Jimin

Estaba en la habitación completamente a solas, había ido a dejar a Suni con mi madre, para que no notara mi estado tan detestable.

Lo único que veían mis ojos era la poca luz que entraba a la habitación, pero aun así podía identificar el vaso de coñac el cual se encontraba al lado mío.

- No sabía que habías empezado con ese habito - escuché su voz, pero no me atreví a mirarla

- Es solo un trago - dije débilmente

Me sentía apenado, nunca me había comportado de una forma tan inmadura y es que desde que nos casamos siento más celos de lo normal.

- Déja eso a un lado - escuché sus tacones acercándose lentamente a mí, me gusta el sonido de ellos mientras camina, era un sonido agradable - dame eso - se colocó de cuclillas junto a mí y la mire

Le entregue el vaso sin protestar y ella se levantó levemente, no quería que se alejara nuevamente de mí, la tome por el tobillo y me miro

- Lo siento - dije levemente y vi como sus ojos aun no bajaban la severidad con la que me estaba mirando

- Descuida, voy a ir a dejar esto a la cocina y vuelvo - asentí y observé como salió de la habitación

Intente levantarme del suelo, ya que allí estaba sentado, realmente es un lugar bastante cómodo, aunque parezca completamente lo contrario. Tiene la temperatura adecuada para que te refresques, pero no como para morirte de frío.

Coloque firmemente mi mano derecha en el suelo para utilizarla de soporte y la mano izquierda la puse en la cama para poder impulsarme e hice el esfuerzo para poder levantarme, pero algo salió mal, mi cuerpo no se levantaba, era como si no tuviera control del mismo.

Suspiré frustrado, lo intenté de nuevo con un poco más de fuerza y funcionó, pero hubo un problema, mi cuerpo se tambaleaba cual aguja de un metrónomo y sentí que el suelo daba vueltas.

Sentía todo más grande, como si poco a poco me hiciera más pequeño y fue en ese momento que mi cuerpo callo abruptamente en la cama, bajé mi mirada y puse las manos en las rodillas y moví un poco la cabeza.

- Toma esto - mire y tenía extendida un vaso de agua o al menos eso creo

Agarre el vaso con cuidado y tome del mismo, en ese momento descubrí y confirme mis sospechas, era agua, el frío liquido bajaba por mi garganta dándome una sensación de alivio increíble.

- No puedes estar haciendo este tipo de cosas y menos en la casa - dirigí mi mirada hacia ella - tenemos una hija, ella no tiene que ver ese comportamiento de tu parte

- Lo dice la que se fue de casa sin avisar, ni despedirse - la mire molesto - además Suni esta con mi madre, ella no me vio así

- Cometí un error al irme de esa forma, pero no puedes empezar a solucionar tus problemas con alcohol, tú nunca has sido así

- ¿Qué quieres que haga cuando mi esposa no aparece? Y peor aún, no puede decir que esta desaparecida porque te fuiste completamente enojada conmigo y no habían pasado 24 horas

- Mañana yo voy a recoger a Suni - se levantó de la cama y tomo el vaso que tenía en la mano

- ¿A dónde vas? - la mire confundido

- Quiero estar sola - salió de la habitación

Deje que mi torso se callera en la cama y mire al techo, y mi mente solo podía pensar que todo era culpa del Romeo de pacotilla ese, Hyun-no sé qué, es tan irritante con su mirada coqueta que le manda directamente a mi esposa.

Es como si se la comiera con la mirada, lo peor es que ella no se da cuenta de las malvadas intenciones para poder separarnos que tiene ese hombre.

Al día siguiente

Cerré todas las persianas de mi oficina dejando que muy poca luz entrara, tenía un dolor detestable de cabeza

¿Esto es estar con resaca?

Pues es horrible, no entiendo cómo hay empleados míos que soportan venir así casi todos los días y es que es fácil identificar a uno de ellos, son señales muy claras, están desorientados e irritables, también muy cansados y no trabajan con la eficacia de siempre.

Ocultaba mis ojeras con lente de sol, la verdad tapaba bastante y lo mejor es que se veían increíbles, escuche mi teléfono sonar y lo tome, sin muchos ánimos conteste

- Soy Park Jimin ¿En qué le puedo ayudar?

- Que formal - reconocí inmediatamente esa irritable voz y me puse nervioso

- ¿Qué quieres? - dije irritado, no tenía ánimos, ni tiempo para soportar a esta loca

- Tú y yo tenemos algo pendiente

- No tenemos nada pendiente - dije estresado

- Tú sabes que me debes algo - todo mi cuerpo se tensó en ese momento

- No sé a qué te refieres

- Solo recuerda el rio Han - termino la llamada

Mi corazón se aceleró, pensé que esto ya estaba en el pasado, eso nunca debió ocurrir, mire la puerta de mi oficina y suspire preocupado, mi esposa no se debe enterar.