El Inicio Del Terror

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- "Y en este lugar las autoridades encontraron dos de los seis cuerpos de los campistas que llevaban desaparecidos varias semanas" - Hablo la reportera para luego mostrar la gran laguna, la cámara enfoco a los oficiales que tomaban notas y otros inspeccionaban toda la orilla del camino. - "Aun no se sabe con certeza quien puede ser el culpable; pero lo que se sospecha es que este asesino no saciara su sed de sangre pronto. Soy Amanda Jones con las noticias del día" - Sonrió para luego pasar a la sección de los deportes.

Mire hacia mi izquierda y note como Todd, mi mejor amigo, había traído varias papas fritas, un tazón de palomitas y un par de bebidas.

Todd es bastante alto, tal vez mide uno ochenta y siete o seis. Su cabello es castaño claro con ojos color avellana. Su tez es bronceada, pero sin dejar ese color pálido que lo representa, además de tener un buen cuerpo el cual presume seguido.

- Todo esto es muy turbio ¿No crees? - Hable con mis ojos puestos en la televisión haciendo una extraña mueca.

- Esto es Fleet, ¿Qué esperabas? - Luego dejo las cosas en la pequeña mesa que teníamos enfrente.

- Se supone que Fleet es un pueblo pacifico sabes, sin cosas locas.

- Mira el lado positivo. - Tomo una bebida. - Podemos ser el siguiente "Riverdale".

- Ja ja, muy gracioso. - Comente para luego rodar los ojos.

Subió sus hombros de forma despreocupada.

- No estaría mal. - Se acomodo. - Y tampoco me quejaría si aparecía una "Betty Cooper".

- ¿Lo dices porque te gusta la actriz o porque te gustan las rubias? - Enarque una ceja.

- Cincuenta, cincuenta.

Afirme con la cabeza para poder elegir una película.

///

Había quedado dormida cuando desperté de golpe por que unos sonidos llamaron mi atención. Ya estaba oscuro y Todd dormía plácidamente a mi lado.

- Al carajo, si voy a morir no quiero hacerlo sola. - Susurre para empezar a zarandear a Todd.

Este aun con sus ojos adormilados me miro e iba hablar, pero con mi dedo índice hice una señal para que se mantuviera en silencio. Otro golpe se escuchó, pero esta vez más cerca.

- ¿Qué está pasando? - Esta vez se enderezo.

- No lo sé.... Pero esos golpes me despertaron.

La puerta de mi casa sonó.... alguien había entrado.

- ¿Ahora esto si te parece a "Riverdale"? - Susurro y me miro.

- Supongo, pero nosotros no somos ellos y podemos morir de la forma más tonta en la vida. - Susurre mirando al marco de la puerta, rezando para que nada pasara.

- Iré yo a investigar. - Comento el castaño, asentí, pero este me miro con cara de preocupación. - ¿No me vas a detener?

- ¿Por qué lo haría? Tú mismo te ofreciste.

- Esta bien. - Tomo aire. - Pero si muero, borra mi historial de navegación.

Asentí no muy convencida evitando imaginar las cosas que tendría guardadas.

Todd empezó a caminar lentamente hacia la entrada y yo lo seguía con una almohada como protección. Las luces se encendieron y Todd se giró tomando la almohada que tenía y lanzándola con fuerza.

- ¡La sangre de Cristo tiene poder! - Grito con fuerzas, pero al instante se arrepintió. - Buenas noches Señora Dagger.

- Buenas noches. - Mi madre me miro. - Por lo que veo se estaban divirtiendo.

Todd y yo nos miramos con alivio.

Estuvimos un rato en la cocina, Todd insistió en ayudar en la cena, pues estaba bastante avergonzado por lo ocurrido. Mi madre acepto sin refutar, ella simplemente dijo "Entre más manos ayudando, mejor".

En la hora de la cena todo fue silencioso, por parte de Todd evito hablar, pero podía ver como susurraba lo tonto que fue al gritar "La sangre de Cristo tiene poder", por mi parte no pude evitar pensar si la persona que entro no hubiera sido mi Madre, tal vez yo sería una más de las victimas; mi cuerpo hubiera podido acabar como el de los campistas, simplemente mutilados y sin ningún rastro de las demás partes.

- Espero que se cuiden entre ustedes. - Comento. - las noticias no dejan de dar reportes de personas desaparecidas o cuerpos mutilados. - Nos miró con preocupación. - Ver a esas familias llorando por sus familiares... Simplemente me da escalofríos y sentimiento de tristeza.

- No te preocupes Mamá, nos cuidaremos mucho. - Sonreí tranquilizándola.

- Nadie nos va hacer daño, para eso estoy yo cuidando a Nerea. - Mi madre sonrió negando con la cabeza.

- Si tu idea de protección es lanzar almohadas y dejar que "Cristo" te ayude, entonces prefiero cuidarme sola. - Le lance una servilleta.

Mi madre termino de cenar y se levantó.

- Les recuerdo que mañana hay toque de queda, Nerea por favor llega a casa temprano.

- Lo hare, no te preocupes. - Sonreí.

Mi madre asintió.

- Ustedes lavaran los platos. - Nos señaló.

- No hay problema. - Todd se levantó. - Y perdón por lo ocurrido. - Rasco su nuca.

Mi madre sonrió. - Descansen. - Y la vimos desparecer hacia las escaleras.

Empezamos a recoger los platos de la mesa y colocarlos en el fregadero.

- Nerea.

- Dime. - Respondí mientras limpiaba la mesa.

- Llegaste a pensar... No lo sé, aunque sea un poco... En qué esa persona no hubiera podido ser tu mamá.

Deje de limpiar la mesa y me acerque a Todd quien estaba secando los últimos platos.

- Lo pensé. - Me mantuve en silencio. - Fue como si mi peor pesadilla fuese real. - Trague en seco.

- ¿Cómo van tus pesadillas?

- Estoy en eso. - Hice una mueca y aprete los labios. - A veces los medicamentos no hacen mucho efecto, incluso tuvieron que cambiarlos y solo se pueden conseguir con prescripción.

- Enserio lo siento. - Hubo un gran silencio. - Me tengo que ir, se está haciendo tarde.

- Claro.

Lo acompañe hasta la entrada.

- Escríbeme cuando llegues.

- Lo hare. - Me abrazo para verlo irse.

Cerré muy bien la puerta y subí a mi habitación, me cambie y camine a cerrar las ventanas; esa noche estaba mucho más fría de lo normal. Me senté en mi cama y esperé el mensaje de Todd, cuando me escribió que había llegado bien pude irme a dormir.

Estoy corriendo por un pasillo gritando por ayuda mientras "El" me persigue, oigo sus pasos retumbar por las paredes.

¡Por favor ayúdenme!

Nadie aparece, tropiezo e incluso intento arrastrarme mientras miro hacia atrás desesperada. Pero es muy tarde, el me hace voltear y para cuando intento gritar, el simplemente me corta la garganta.

Despierto gritando, estoy sudando y mi corazón palpita tan rápido que siento que puede salir de mi pecho.

- Cariño. - Mi madre llega corriendo y me abraza. - Mírame, mírame. Aquí estoy, nada fue real.

Me aferro a ella y empiezo a llorar.

- El volvió. - Digo susurrando. - El volvió. 

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⏰ Última actualización: Apr 27, 2022 ⏰

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𝙈𝙐𝙍𝘿𝙀𝙍. © (PAUSADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora