—Wow Bela, has estado de muy buen humor últimamente —dijo Daniela con voz cantarina, acercándose a su hermana mayor. La rubia pone los ojos en blanco ante el comentario, haciendo todo lo posible por concentrarse en la tarea que Madre le asignó—. ¡Ni siquiera te has quejado en dos días!
—¡Sí, ese es un nuevo récord para ti! —agregó Cassandra, quien también está ignorando cualquier tarea. Su sonrisa es demasiado sabia, lo que hace que Bela trague nerviosamente—. Has estado tan alegre desde que regresaste de lo de Lady Beneviento la otra semana.
Bela entrecierra los ojos, contemplando cómo quiere responder. Afortunadamente, Daniela lo hace por ella. —Por favor, como si la extraña dama de las muñecas fuera suficiente para una conversación. —Su corazón da un vuelco por el comentario, pero hace todo lo posible para no mostrarlo ahora—. Muy bien, Bels, ¿cuál de las doncellas te llamó la atención esta vez?
Cassandra pone los ojos en blanco. —No es una criada, Daniela.
—¡Claro que lo es! ¡Bela no ha mantenido su cara tan limpia en mucho tiempo!
Casi se corta la mano con la carne del hombre que ha estado cortando, suspira de frustración y mira a sus hermanas. Ambas, por supuesto, llevan sonrisas de complicidad. —Ustedes dos son intolerables a veces, lo juro. —Ninguna se ofende por esto y, en cambio, se inclinan más cerca de ella—. ¿No tienen tareas que atender?
Daniela pestañea. —Ya me ocuparé más tarde —dice en un tono distante, que se traduce directamente como 'las harás por mí y lo sé'. Bela gime ante la sola idea.
Sabía que no pasaría mucho tiempo hasta que Daniela y Cassandra se dieran cuenta. Incluso con todas sus sutilezas y varios intentos de ocultar las cartas (e incluso escabullirse por la noche para ir de visita, ¡madre definitivamente no necesitaba saber nada de eso!), se dieron cuenta. Tal vez ella no les dio suficiente crédito. Con el otoño entrando en plena temporada, es más difícil para ella irse ahora y las cartas se han vuelto más frecuentes.
Cartas de las que sin duda sus hermanas se enteraron. Cartas firmadas como 'tuya'. Cartas que hacían que su pseudo corazón se acelerara con cada palabra. Cartas que probablemente trajeron a sus hermanas aquí en su morbosa curiosidad.
—Vamos, Bela, eventualmente tendrás que confesarlo. —dice Cassandra mientras se apoya contra el mostrador, con cara de suficiencia. La mayor de repente se sintió como una presa a los ojos de su hermana y no pudo evitar temblar ante la idea.
Daniela se ríe y alcanza un trozo que Bela ya ha cortado, sirviéndose un refrigerio del mediodía. —Solo queremos saber quién tiene la atención de nuestra querida hermana. —Su voz, a pesar de la oración genuina, está mezclada con un trasfondo de sabor. Cómo desea Bela poder cambiar esto.
—No es una criada —murmura en su lugar, concentrándose tan diligentemente en la carne frente a ella. Tiene que apartar la mano de Daniela para que no le dé otro bocado.
Bela no tiene que mirar para saber cuán viciosa es la sonrisa de Cassandra. —¡Así que es Beneviento! —Las dos hermanas menores se ríen antes de que la morena se incline aún más cerca en un intento de forzar el contacto visual.
—¡Yo no dije eso! —Bela grita—. ¡Todo lo que dije fue que no es una criada!
Cassandra levanta una ceja. —Correcto, y el agua moja.
—¡Y es fría!
Ambas se giran para mirar a Daniela y niegan con la cabeza. Despreocupada, la pelirroja se encoge de hombros y busca otro refrigerio que se le niega de inmediato.
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Four Kisses || Beladonna
FanfictionCuatro besos. Cuatro veces que Bela supo que estaba perdidamente enamorada de la escurridiza Lady Beneviento. TRADUCCIÓN. La obra original le pertenece a simpheart en AO3 Imagen de portada: brocoliholy