En la habitación de una casa se podría apreciar una cama donde se veían dos siluetas acostadas juntas una sobre la otra estás personas eran Sukuna y Chloé que luego de una noche de acción salvaje quedaron dormidos uno encima del otro.
Mientras la paz gobernaba la habitación una de las dos personas empezaba a despertar está persona era Sukuna que con un relajado movimiento abrió los ojos para mirar a su pecho y encontrar a una Chloé dormida con una sonrisa boba en la cara.
El todavía no podía creer lo rápido que aprendía sobre la energía maldita el lo asoció a qué debido a el era el que la entrenaba daba grandes avances, ella entrenaba tanto que ya podía reforzar sus extremidades con energía maldita y eso era algo de que enorgullecer, claro todavía le faltaba mucho para que pudiera ser llamada hechicera pero podría acabar fácilmente con varias personas comunes de París.
Una cosa más que cambio fue su actitud claro que todavía era egocéntrica pero se hizo más salvaje y sádica producto de estar con Sukuna tanto tiempo después de todo era una maldición con forma humana pero su aura seguía siendo la misma y eso afectaba un poco la cordura de Chloé, cosa que también le dijo era que era una maldición cosa que ella tomo bien al estar medio loca, todo esto en solo dos días.
Con movimientos suaves Sukuna fue despertando a Chloé que al momento de despertar vio los cuatro ojos de Sukuna que la estaban viendo, ella solo se acurrucó en su pecho tratando de volver a dormir.
"Debes de levantarte"
"No quiero"
Se quejo mientras se presionaba contra el.
"Tienes escuela y hoy debes de ir con tu padre"
Dijo para apartar a Chloé a un lado y levantarse mostrando que ambos estaban desnudos.
"Mi padre puede esperar y la escuela puede ser ignorada no entiendo por qué quieres que este ahí tu puedes enseñarme todo lo que sea necesario aprender"
"Ya te lo dije quiero que mantengas vigilada a Marinette y Adrien para saber sus movimientos, ya te puedes mover con sigilo así que no será un problema"
"Bien *coqueta* pero quiero ser recompensada"
"No te preocupes puedes venir cuando quieras por tu recompensa después de todo eres mía"
Dijo con voz áspera mientras se acercaba y la agarraba de la barbilla para darle un beso.
"Y no me importa lo que diga nadie más tu eres mía y punto"
Hablo mientras Chloé se sonrojaba por lo dicho de su maestro.
"Ahora vamos a bañarnos que tienes que estar lista"
"*temblorosa* Si maestro"
{ Algún tiempo más tarde }
Se podría ver un auto Ferrari conduciendo a máxima velocidad mientras pasaba por las calles de París como si no le importara molestar a nadie, en este auto venían Chloé y Sukuna que después de un sexo mañanero en la ducha y un desayuno salieron a dar un paseo por la ciudad.
Chloé vestía un hermoso vestido dorado que dejaba una pierna al expuesto junto a unos tacones a juego con unas arracadas de oro y llevaba el pelo suelto
Mientras Sukuna llevaba su ropa al estilo Peaky Blinders pero sin la boina y unos zapatos de vestir negro.
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