Planes

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El bullicio de los jóvenes alentando a sus equipos favoritos; adornaba el temprano ambiente de un sábado común.

-Pásale a Jaeguer -gritaba Connie-.O ¿A caso quieres que perdamos?-preguntó.

-Ni loco, este punto lo hago yo -dijo Jean- , y fue directo a encestar la pelota, que para su suerte acertó, dando el punto final.

-¿Y ahora que? -río Jean.

El juego había terminado y el equipo de Jean había ganado con un ajustado puntaje, tanto él y Connie se dirigían a buscar a su amigo, quien no se sabe dónde diablos se metió luego del juego.

-Veo que al fin aprendiste a jugar -se acercó a Jean, un chico de cabello castaño desordenado en una coleta, con una botella en las manos- tomá, no quiero verte morir deshidratado.

-Eren -hasta que te apareces -dijo Connie jalando su brazo-. Oye, ¿no hay agua para mí? -imitó un tono triste.

-Solo quedaba uno y el más propenso a qué se desmaye es Jean, así que lo siento -dijo Eren.

-No me lo recuerdes -mofó molesto Jean.

-¿Donde estabas metido? -preguntó Jean-, pensaba vender tu ropa, se ve costosa...-dijo con ironía.

-De seguro estaba con sus admiradoras-codeo Connie a Eren.

-No es de importancia -dijo Eren-. Vamonos

-Por favor vamonos -corrigió Jean.

-Como sea -dijo Connie.

El trío de amigos se dirigían a la casa de Eren, puesto que era la más cercana.
Jean y Connie se conocían desde la secundaria mientras que Eren se integró a ellos hace algunos meses, aún con poco tiempo de conocerlos, la amistad es muy buena, entre ellos.

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La puerta se abrío y dando paso al departamento de Eren, no era quizás uno grande, pero acogedor, se tenía lo justo y necesario. Y más si solo vivía una persona.

-Pasen -dejo su mochila a un lado.

-Solo si tienes bebidas -dijo Jean parado en la puerta.

-Ay viejo, solo entra y ya -arrastró a su amigo al departamento.

-Ten, ¿Tanto quieres beber, no basta la botella que te dí? -preguntó mientras servía las bebidas.

-De verdad solo tienes agua -dijo Jean sentándose en el sofá, mientras observaba las bebidas.

-Es lo que hay.

-No puedes consumir alcohol, a Mikasa no le va a gustar que llegues en mal estado, no eres bueno bebiendo -dijo Connie tomando asiento-. A partir de ahora solo dale agua, Eren.

«Ese nombre», pensó

-¿Es tu novia? -preguntó mientras se recostaba en la pared.

-Más que eso, es mi esposa -respondió Jean.

-¿¡Qué!?, ¿Porque carajos no me lo contaste? -cuestionó sorprendido.

-Cállate, en ese entonces no te conocía, y eso es mejor. -dijo el más alto.

-Es cierto, y me alegro -apoyó Connie-, sin duda en ese tiempo te veías mucho peor de cómo estás ahora -señaló a Jean- Mírate viejo, al menos ahora estás aceptable.

Solo des-conocidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora