¡Se te olvido empacarme!

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Hola, como verán vengo tarde pero seguro xD, bueno ahora procedo a dar mis excusas... digo explicaciones, perdón pero se me lengua la traba, (ya se que eso no fue nada gracioso pero no sabía cómo empezar) en fin, aaaaaah no sé qué decir solo que lo acabo de escribir y es que no había tenido tiempo, pido perdón por el atraso, en fin les doy contexto el reto trataba de crear una historia utilizando como genero central a la ficción histórica, con un mínimo de trecientas palabras, así que pues aquí les dejo lo que me salió, la historia se ubica entre finales de 1929 y principios de 1931 durante la gran depresión en Inglaterra, y pues solo puedo decir que por la falta de tiempo en mi semana si fue algo estresante escribirlo todo al último, ya ni siquiera revise bien, ahí me dicen si está muy mal el relato o si es pasable, tambien les advierto que lo mío no son las cartas xD


Pasos apurados retumban por las pavimentadas calles de Londres, la gente parece volar por llegar a casa, mientras tanto Harry solo arrastra los pies con la cabeza gacha, sabe que cuando llegue a casa nadie estará para recibirlo, no habrá comida en la mesa ni la cálida sonrisa de cierta persona le recibiría en la entrada. De mala gana se aproxima a la entrada y en un movimiento torpe termina por tirar las llaves al suelo, si él no se hubiera ido del departamento seguramente ya habría abierto la puerta y se habría burlado de sus manos de mantequilla, con la mirada perdida trato de abrir con tres llaves distintas hasta que acertó y logro entrar, el lugar no se sentía igual sin él, se sentía vacío, triste, se sentía justamente como se sentía el ahora que solo podía observarle en fotos, hace dos semanas había encontrado la casa semivacía no había ningún rastro de que viviera más de una persona ahí y lo único que probaba la falta del otro era una carta sellada sobre la mesa, que hasta el momento continuaba ahí, la primera vez que la vio y la tomo entre sus manos la soltó tan rápido al percatarse de las palabras lo siento que adornaban el sobre, sabía lo que significaba, lo esperaba desde hace meses y la carta solo era la cubetada de agua helada que lo regresaba a la realidad, el no volvería y lo peor era que sabía que pasaría, pero no sabía que se rendiría tan pronto, el miedo al rechazo siempre había sido un tercero en su relación, las burlas de sus compañeros de trabajo y las vecinas que no paraban de juzgarlos tan solo incrementaban la inseguridad en él, sabía que algún día se iría y también sabía que no sería muy tarde, tan solo había creído creer que el te amo si duraba para siempre, al menos el creía que cuando amabas algo no lo dejabas ir tan fácilmente, no te rendías cuando parecía que no iba bien, no ignorabas el problema, lo tratabas, y entonces sentado frente a la carta y con lágrimas en los ojos se preguntó que mierda estaba haciendo, él lo amaba, lo amaba como nunca lo había hecho antes, cada que le miraba sentía las mariposas revolotear en su estómago, habían sido años de relación, si lo quería tanto entonces ¿por qué lo dejaba ir? ¿por qué lo daba todo por perdido?

Se levantó de la mesa y comenzó a caminar en círculos con la carta en mano, releyendo una y otra vez la disculpa del sobre, tenía miedo, ¿y si ya se había ido? ¿y si realmente lo había perdido? ¿y si había algo más?.. quizás era solo que el ya no le gustaba, o se habría hartado de estar con él, tal vez había sido demasiado rutinario o pudo creer que el ya no lo amaba, porque no era así él lo amaba, lo hacía demasiado, solo tenía miedo de abrir la carta y encontrarse con que Draco ya no lo hacía.

Sus manos temblaban y el nerviosismo no le ayudaba mucho, cuando rompió el sobre y saco la carta algunas lágrimas traicioneras corrieron por sus mejillas, no la había leído, seguía doblada entre sus manos, pero su mente comenzaba a formular una y mil razones por las cuales el rubio simplemente se había hartado de él, porque quizás era él y no las circunstancias, paso su antebrazo por sus ojos limpiando cualquier rastro de llanto y revoloteando algunos rebeldes mechones en el proceso, su cabello había crecido bastante, los risos tapaban su frente y él no se molestaba por apartarlos, al ojigris le gustaba enredar sus dedos entre su cabello, quizás ese era el motivo por el cual se negaba a cortarlo, extrañaba su tacto y su risa cuando le decía que se dejaba crecer el cabello solo para tapar la cicatriz de su frente, dejo caer su peso al suelo sentándose en la entrada de la cocina, subió sus pies hasta su pecho y escondió su rostro entre ellos, extrañaba que le engañara por hacer eso y luego se tirara a su lado enredado sus dedos en su negra cabellera mientras le decía que todo estaría bien, ¿Por qué nadie le decía que todo estaría bien ahora? Es que acaso no lo estaría, debería resignarse y aprender a vivir sin él ¿es que acaso podría vivir sin él? ¿debería dejar de esconderse y averiguar qué era eso que decía la carta?, quizás no fuera tan tarde para recuperarlo, quizás todavía lo amaba tanto como lo amaba el, sus manos no paraban de temblar y las ganas de llorar le inundaban completamente, la ansiedad parecía carcomerle, no quería abrirla pero debía hacerlo, tomo una gran bocanada de aire y desdoblo la hoja, su estómago comenzó a hacer ruidos y ni siquiera podía saber si era por el hambre o por estar leyendo la carta que tanto había evitado.

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⏰ Última actualización: May 18, 2022 ⏰

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