Una Carta Para Mí Mismo

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¿Recuerdas...?

¿Acaso... lo recuerdas?

Al ver tu rostro se que sí... pero, aun con ello no sabes que hacer me supongo...

Recuerdas cada momento..., recuerdas como eras..., recuerdas como reírte, recuerdas como hacer reír a la gente, recuerdas como hacerte feliz.

Pero...

¿Qué es lo que te detiene...?

¿Tus problemas? ¿Perdiste a alguien? ¿El trabajo? ¿Tu vida privada?

Dicen que cada persona lidia con sus problemas de manera diferente, que algunas personas sienten más que otras, por ello es que existen estas palabras.

"No sabes por lo que estoy pasando"

Obviamente..., nadie sabe ni sabrá por lo que pasas sí es que no hablas...

Pero tú no puedes...

Te has acostumbrado tanto a retenerte, a ocultar lo que verdaderamente sientes, desviando la atención de los demás para que no presten atención a tus expresiones, a tus sobre pensamientos negativos.

Quedarse callado.

Sabes, yo recuerdo la primera vez en donde te quedaste callado. Pensando que tus problemas son simplemente pequeñeces a comparación por la de tus padres, por la de tus amigos, por todos...

Eso es triste... ¿Sabías?

Por supuesto que lo sabes, pero aun con ello lo soportaste. Soportaste hasta que lo descubrieron por boca de otras personas y cuando te preguntaron, simplemente no hablaste.

¿Sabías que tu vida no es solo tuya?

Cada vez que te veo en el espejo se que lo sabes, pero tus actos reflejan lo contrario.

Preocupando a los demás porque sienten que no les tienes confianza.

Pero siempre les mientes...

Una sonrisa que simplemente es falsa. Siempre a sido falsa...

Y llego ese momento...

El momento en donde comenzaste a ver el mundo muy... Cruel. Tan cruel que querías escapar.

Escapar... ¿Para que?

¿Acaso no te lo dieron todo?

Comida, amor, atención, un techo, un lugar al cual podías llamar casa... Y aun con ello no pudiste entenderlo.

Nunca lo has podido entender...

No has podido entender lo que para otros a sido fácil...

¿Por qué me felicitan? ¿Por qué se preocupan por mí? ¿Por qué...?

Yo sé la respuesta

Te odias a ti mismo.

Piensas que un simple comentario positivo acerca de ti no te lo mereces, que nada de lo que tienes lo mereces verdaderamente. Tu vida, tus recuerdos.., tu ser...

Descuida... yo tampoco lo comprendo.

No comprendo muchas cosas al igual que tú...

Solo se que te odias...

Odias no poder ser igual que los demás, odias no poder hablar no normalidad, odias parecer alguien aburrido, odias estos pensamientos que te hacen actuar estúpidamente lo que provoca que te alejes de las personas que amas.

Nadie sabe lidiar con sus propios demonios.

Y tú eres tu propio demonio...

Eso es lo que piensas... piensas que tu mismo estas destruyendo tu vida.

Odias tanto a este demonio que quieres que se aleje de todos los que amas, odias como actúa indiferente por fuera, odias que lo feliciten, odias que no sepa amar cuando es el momento.

Odias a este demonio que simplemente lo quieres ver muerto...

Solo...

Repelió a la gente que te importaba..., repelió a la persona que comenzabas a amar..., repelió tu propio cumpleaños..., repelió cada regalo que pudo aceptar y que no lo hizo...

¿Sí que lo odias no...?

Si... que te odias...

Y aun con ello... no tienes la cobardía de acabar contigo mismo.

Porque amas a tu familia.

La amas tanto que no puedes acabar con este demonio con tus propias manos... y es porque sabes que ellos llorarían a pesar de saber como haz sido.

No muchos con los que acaban con su propio demonio se preocupan por su familia.

Aguantar esto sin decirle a nadie...

Es una estupidez.

Eres estúpido... Y eres feliz con ello.

Aquella felicidad que solo se sostiene con un hilo.

El hilo de la estupidez.

Me alegro... de que aun no hayas perdido la fe en ti mismo...

¿Sabes...?

Yo e llorado más veces de las que me gustaría admitir.

Llorar por que perdí algo, llore por perder a alguien, llore por mis mascotas, llore con cada golpe que me dieron mis padres, llore cuando no me podía expresar...

Llore... tanto que simplemente no recuerdo cuantas veces fueron...

No esta mal llorar.

Porque al final, tu serás el que necesite liberarse, el que necesite desatar esa frustración consigo mismo.

Habla...

Escribe...

Haz señas...

Cualquier cosa estará bien para liberar esos sentimientos guardados con llave.

Gracias por leerme y sabes que puedes contar conmigo cada vez que trates de buscar una respuesta. Me puedes encontrar antes de dormir, después de que te despiertes...

En esos momentos en donde estés solo...

Solo tu...

Una Carta Para Mí MismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora