ce n'est plus comme avant

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Ten mantenía sus dedos entrelazados esperando que su amado aterrizara en el país, finalmente podría volver a verlo después de casi tres meses donde solo los mensajes y llamadas eran su medio de contacto. El menor había llegado casi una hora antes por la ansiedad que le generaba toda la situación ¿todo será como antes?

Cuando el teléfono del tailandés vibró supo que era hora, se levantó de la incomoda silla del aeropuerto y se acercó a la puerta de viajes extranjeros esperando ver unos pelos oscuros que lograron ser observados un par de minutos después, el chico llevaba un traje de negro, una camisa blanca y una corbata con un pincho de una flor, la que él le regaló en su aniversario número tres. Ten se acercó a el mayor con una sonrisa mientras lo saludaba con la mano, esperó que saliera de todo ese tumulto de gente cuando el mayor le sonrío y lo abrazo fuertemente, al fin.

El resto del día fue lleno de actividades familiares donde Taeyong visitó a cada familiar que podría tener en la ciudad. A Ten no le molestaba para nada que él compartiera con su familia, era parte de ella también, pero en momentos como estos donde la espera del mayor se hizo eterna solo quería estar a solas con él, preguntarle cómo le fue en el viaje, darse cariño mutuo; cualquier cosa que demostrara que eran una pareja que se extrañaba.

- Debes estar orgulloso de mi hijo, trabaja casi todo el tiempo haciendo negocios importantes.- La madre de su novio lo miraba con cariño, sabía que sus palabras eran sin una doble intención pero de todos modos lo hacía sentir mal, amaba a su novio y estaba orgulloso de sus logros pero anhelaba con el alma que dejara de trabajar tanto ya que apenas y se podían ver una semana al mes si tenían suerte. Ten le sonrió y la cena siguió como nada, todo perfecto, como siempre.



- Lamento si mi madre te hizo sentir incomodo, sabes que te quiere mucho.- Cuando llegaron a casa Ten fue directo a la cocina a lavar los platos que le habían quedado de la mañana mientras Taeyong había aprovechado para ir detrás de él y abrazarlo por la espalda.

-Lo sé, lo sé.- Susurró mientras seguía con lo suyo.

Así eran sus rutinas, Taeyong desaparecía de uno a tres meses, si tenía suerte, luego llegaba e iba donde su familia a dejarle uno que otro regalo para luego regresar a casa mientras Ten empezaba a sentir un vacío dentro de sí que fue creciendo en cada despedida, en cada regreso, en cada momento. La relación que llevan empezó cuando se conocieron en la empresa donde el menor hacía su practica y el mayor trabaja como suplente, ninguno de los tenía un cargo de peso por lo que aprovechaban cada tiempo libre para verse a escondidas en los baños o fuera del edificio corporativo, todo era maravilloso. Aunque Ten sabía que una relación no siempre iba a ser llena de felicidad no espero que la rutina estuviera matando ese gran amor que algún día tuvo y sintió. Dos meses después de su último encuentro Ten había tomado una decisión, empacó todas sus cosas y las llevó al apartamento de su mejor amigo mientras este le preguntaba mil veces la misma pregunta "¿estás seguro?" a lo que él solo respondía que era lo mejor; Había quitado todas las fotos que tenían juntos y las dejó en una caja amarilla en lo más profundo de ese pequeño closet en su nueva habitación, su ropa la había empacado con el corazón en la mano mientras trataba de no llorar y recordarse que debía ser fuerte. 

Había dejado de responderle a Taeyong casi un mes antes que anunciara que estaría en el país en un par de días más, el menor solo pudo responder "que tengas un buen viaje". Esa mañana fue tortuosa, llevaba en el aeropuerto casi una hora y media esperando que su pareja llegara, ansioso o esperanzado a que le diera una última señal, una que le dijera que todo iba a cambiar; pero no fue así, cuando llegó su móvil vibró y a los minutos  lo vio salir, un saludo rutinario y un camino al auto donde Taeyong le preguntaba porqué no le había contestado hasta ayer, sí debía regalarle un móvil nuevo o había estado muy ocupado a lo que el menor no contestó nada hasta que ambos llegaron a la calle donde viven los padres del coreano.

- Debemos terminar.- Lo dijo, finalmente lo dijo. Sus manos temblaban mientras su mirada no se apartaba del asfalto que se lograba ver en las calles de la ciudad. Taeyong frenó casi al instante para luego reaccionar por el claxon de el auto que estaba detrás de ellos, corrió el coche a una esquina para estacionarlo momentáneamente. 

- ¿Por qué me estás diciendo esto ahora? Es una broma ¿verdad?- El de traje lo miraba esperando buscar una respuesta que no llegaba a su cabeza. Ten mantenía sus labios apretados en un hilo hasta que el contario tocó su hombro.- Las cosas han cambiado, lo entiendo, no creas que no lo hago pero... pero creo que estamos en etapas diferentes... creo que tienes otras prioridades donde yo no soy una de ellas, por el poco amor propio que tengo debería entender que antes de ti estoy yo y ya no quiero sentirme que no soy tu pareja, parecemos amigos que se ven una vez al mes, comen juntos, viven juntos, follan y luego se dejan de ver otro mes más si es que les da la gana; pero no, no puedo soportarlo más. Intenté aguantar todo lo pude, entendí que eras el orgullo de tu familia, entendí que tenías la necesidad de verlos, entendí que tu trabajo es importante pero nunca pude entender por qué me sentía así cada vez que sabía que vendrías, que estaríamos en otra casa en vez de por lo menos el primer día tenerte solo para mi y joder, sé que eso suena egoísta pero lo quería con tanta fuerza que cuando te lo dije y me dijes que lo debías hacer porque eran importantes para ti... eso me hizo trizas por dentro.- En medio de su discurso Ten se rompió por fin, sus lagrimas ganaron la batalla y caían sin parar mientras las palabras salían de su boca con cierto temblor.- ¿acaso yo no era importante para ti?

Taeyong solo se mantuvo en silencio durante todo momentos mientras trataba de darse cuenta de los mil y un errores que había cometido sin darse cuenta, sin querer. Cuando el coreano quiso responder y decirle que no era así, que nada de lo que su mente decía era verdad; Ten sacó unas llaves de su chaqueta, las apretó unos segundos y lo miró por primera vez en todo el día, en un mes. - Ya saqué todas mis cosas de la casa, limpié y dejé la ropa limpia.- esto último lo dijo casi con ironía, más que su pareja era el criado.

- No hay nada que pueda decir para que logres cambiar de opinión ¿no? -Murmuró el mayor cuando Ten desbloqueó la puerta y dejaba las llaves en un lugar del auto donde no se cayeran. 

- No, no por ahora.- Ten abrió la puerta del auto mientras se bajaba e intentaba limpiarse las lagrimas secas y las que seguían cayendo. Cerró la puerta y con una seguridad que no sabe de donde salió le sonrió mientras le decía que tuviera una buena cena familiar, se daba media vuelta y se iba perdiéndose entre la calle que tantas veces tuvo que pasar en un coche negro y un chico a su lado. 

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⏰ Última actualización: Apr 28, 2022 ⏰

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