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Personaje: Bakugo Katsuki

Serie/película/anime/libro: Boku no hero academia.

Sinopsis: Enemigos a amantes jaja-

creo que convertí esto en un angst, originalmente estaba haciendo esto fluff.

Bakugou te odiaba, odiaba la idea de tu existencia. Te odiaba porque pensaba en ti como su mayor amenaza para convertirse en el héroe número uno. Seguro que estaban Midoriya, Todoroki y el resto de la clase, pero él no los veía como una amenaza tan grande como a ti y no sabía por qué. Odiaba saber que le importaba tanto si lo vencerías para ser el número uno, pero lo que más lo enojó fue el hecho de que no parecías sentirte así. Parecías estar bien hablando con él, como si fuera un compañero de clase más, ni nada más ni nada menos. Así que continuó con su día ajeno a sus sentimientos reales hacia ti.

Estaba sentado en su asiento medio asombrado escuchando a Kirishima y Denki hablar sobre lo que sea que estuvieran hablando. Aizawa estaba durmiendo como siempre, pero luego te vio levantarte y caminar hacia él. Incorporándose por completo desde su posición encorvada, se limpió las manos ahora ligeramente sudorosas en los pantalones. Sintiendo que su corazón se acelera, ¿para qué? Él no te tenía miedo, diablos, ¿por qué iba a tenerlo? Sabía que podía vencerte.. o eso es lo que pensaba al menos. Finalmente, te paraste frente a él, sin saberlo, poniéndolo más nervioso.

— ¿Qué quieres, maldito extra?

— ¿Podemos hablar afuera, Bakugou?

Suspiró y se levantó rápidamente solo para agarrar tu mano y salir corriendo del salón de clases en el que estaban.

— ¿Para qué fue eso, Bakugou?

El nombrado gruñó, moviéndose para poner algo de su peso en la pared.

— Para sacarnos de ahí más rápido, para que podamos dejar de hablar cuánto antes, ¿ahora, qué quieres?

— ¿Por qué me evitas?

Bakugou se sonrojó al pensar que notaste su extraño comportamiento a tu alrededor. Mirando al suelo para que no pudieras ver su cara sonrojada. No podía dejar de pensar en tu mano agarrando con fuerza su muñeca manteniéndolo en su lugar. Quedándote callado mientras seguías mirando al suelo, te quedaste sin palabras, por decir lo menos. La normalmente ruidosa y explosiva rubia estaba callada y sonrojada. Se veía hermoso así, el tinte rosado en sus mejillas contrastaba perfectamente con su tono de piel claro.

Por fin con un poco más de confianza, te devolvió la mirada. Mirándose el uno al otro por un minuto, rápidamente murmuró algo en voz baja.

— ¿Puedes repetir eso, Bakugou?

Empezó a hablar de nuevo, esta vez más fuerte que antes.

— ¡Dije que no es asunto tuyo, extra!

La ronquera en su voz se hizo muy evidente. Lo miraste antes de soltar su muñeca y comenzaste a alejarte en silencio de donde estaba parado.

— ¡Espera! ¡¿Adónde vas?!

Dándote la vuelta para echarle un último vistazo respondiste.

— Me voy, no me voy a sentar aquí a jugar contigo si algo no te molesta. Ven a buscarme cuando estés listo para no ser una perra o hablar conmigo.

Mientras observaba tu forma en retirada caminar por el pasillo, solo entonces se dio cuenta de por qué te odiaba tanto.

Fue porque te necesitaba.

Él te necesitaba en su vida.
Él acariciaba lentamente la pared mientras se deslizaba hacia abajo. Una lágrima abandonando silenciosamente su ojo.