Una Chica Pequeña Con Grandes Pensamientos

La historia de un amor

- Permite me acompañarte hasta el último de mis días,
Hasta el fin de los tiempos,
Hasta que me canse de volar,
Permite me ser parte de ti a pesar de ser diferentes.-

Ángeles y demonios, arcángeles y reyes, todos en una guerra de años, se alza el caso en la ciudad de plata y en el inframundo, los dos superiores luchando por ganar el poder de todo con los ángeles y demonio, cada uno del lado de su rey luchando por defender lo. Cada uno posee talentos, dones y armas que corresponden al puesto que tienen tanto demonios como ángeles.

Entre toda la batalla de entre los ángeles la más pequeña se destaca por su puntería con arco y flecha, es la líder de su grupo y muy valiente lucha con todas sus fuerzas. Entre los demonios tenemos a uno con dones especiales que nadie los conoce más que su rey, el se destaca por ser el más valiente, siendo el más joven es muy ágil con la espada y es muy rápido para un ataque.

En un movimiento el demonio puede degollar a tantos como su espada alcance, sin mirar atrás el gana las batallas y no da paso en falso sin pensar bien. El ángel tiene buenos reflejos y se dice que su puntería es intachable, te alcanza con la flecha del kilómetros y sin ser detectada, sabe esconderse bien entre las nubes. Su talento sanar a los demás.

En un momento rápido, el demonio y el ángel se encuentran y el ángel no lo duda y lo empieza a atacar con las flechas, el demonio las esquiva sin ningún problema y las derriba con su espada, busca pelear más no herirla, ella encambio busca derribarlo.

Ambos se esconden esperando embocar el uno al otro pero en vez de eso otro demonio se acerca y corta al ángel con su espada, rápidamente ella empieza a caer desmayada brotando sangre de su espalda, el demonio que esperaba por ella la vio y fue por ella a rescatarla de una injusta muerte.

Avanzo a atraparla minutos antes de tocar la tierra de los humanos, la sostuvo y bajo con ella en brazos hasta un claro de luz en el bosque, guardo sus alas y la llevó en brazos hasta la orilla de un río donde le limpia la herida. Ese es su don, el don de poseer un corazón, de conocer la piedad y el amor.