. Capitulo Nueve .

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Las mañanas siempre han sido sus favoritas

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Las mañanas siempre han sido sus favoritas. Amaba despertarse y salir a hacer el desayuno, oír las risas de sus hijos y el habitual y empalagoso beso de su esposo en su cabello. Los pasos apresurados de su hijo al levantarse tarde y el tarareo de su esposo mientras bebé de su café

Siempre has sido sus favoritas, pero esta no entra en esa clasificación.

Las tostadas quemadas sobre el plato blanco le resultaban nefastas ¿Cuando había sido la última vez que se le había quemado algo? Que pésima era esa mañana.

—¿Podrías dejar de mirar las tostadas con esa expresión?— torció los ojos al oir a su esposo, quien la abrazo fuerte contra su pecho.

—¿Que quieres que haga?—pregunto exasperada, mirándole a los ojos con fiereza.

—Quiero que te calmes.— Minato peino su cabello con delicadeza para dejarle un suave beso en la frente—. Lo encontraremos, él está bien.

Kushina se aferró a su camiseta sintiendose desamparada una vez más. No habían sabido nada de Naruto desde el domingo en la tarde, apenas un día y tanto sin saber de él, y se sentía morir.

—Minato... Si, si le sucede algo... Yo —su voz se quebró al imaginarse lo peor.

Minato se tragó su próximo lamento y la abrazo—. Nada le pasará, Iruka y Kakashi van a encontrarlo ¿De acuerdo?— le acunó el rostro entre sus manos, empapándose las palmas de lagrimas amargas—. No voy a permitir que algo malo le suceda a nuestro hijo, te lo prometo.— le beso dulcemente uniendo sus frentes, necesitándose el uno al otro con ímpetu.

Oyeron ambos la puerta principal cerrarse con un delicado golpe, ambos supieron que Deidara ya se había ido. Kushina abrió los ojos, aún anegados de lágrimas, encontrándose con los preciosos ojos azules de su esposo.

—Crees... —quizo decir, sin saber muy bien como continuar—. ¿Crees que deberíamos intervenir?— pregunto sin dejar de mirarle, queriendo decir mucho y nada. Haciendo entender todo con una simple mirada.

—Es de la felicidad de nuestro hijo a la que interferiremos — dijo él dubitativo. Kushina frunció su ceño

—¿Quieres anteponer la felicidad de uno por sobre la del otro?— pregunto en un susurro, Minato negó dejando de mirarla.

—No sabemos que está pasando. Naruto se fue, pero no podemos asumir que es por el compromiso de Sasuke y Deidara.

Kushina le dio una mirada significativa—. Se fue justo después de que anunciarán el compromiso. Tu lo habías visto, en sus ojos. Ese amor desbordante.— Minato asintió con pesar, nunca creyó verse en una situación similar.

—Por el momento no podemos hacer nada, tendremos que hablar con los chicos.— Kushina asintió no muy convencida—. Todo esto va a solucionarse, no te preocupes.

—Espero tengas razón en esto.

—¿Cuando me he equivocado?— Kushina sonrió divertida por la pregunta, elevando una de sus rojizas cejas—. Mejor no contestes esa pregunta.

Traicionados. | ItaNaru. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora