This Boulevard

01

-Es un idiota.

-Tan cariñoso como siempre Inupi~

-Cállate.

Y ahí se veía, el inicio de una pequeña discusión entre Seishu y Hajime, quienes se encontraban de regreso después de una reunión con los Black Dragons, por alguna razón, Hajime disfrutaba acompañar a Seishu a su departamento, eso era algo que realmente lo asustaba, llevaban 3 años así y Seishu aun no se acostumbraba.

Y algo que, no era tan nuevo, pero simplemente le ponía los pelos de punta.

Koko últimamente era más cariñoso.

Kokonoi Hajime, la mente fría de los Black Dragons, el conocido por tener una estúpida obsesión por el dinero, el millonario más joven, ese mismo chico abrazaba y besaba la mejilla de Seishu Inui, el tipo que podía romperte la cara por aburrimiento.

-Hajime jódete. —Dijo un molesto Seishu por el repentino acercamiento de el de mirada felina.

-Solo es un pequeño abrazo Inupi~ —Seishu con todo y pena pero lo alejó con una leve patada en el estomago, odiaba los abrazos, eso era obvio, pero los abrazos de Hajime eran su kryptonita, ya que, Hajime no era una persona que solía dar tanto cariño, simplemente le daba ese cariño al dinero.

Seishu lo llego a comparar con Don Cangrejo muchas veces, dándose cuenta de que, si ese crustáceo existiera, el y Koko se llevarían estúpidamente bien.

El mayormente se comparaba con Arenia o Patricio, ya que decía que era inteligente como ella y relajado como el, pero la vez que se le ocurrió decirle a Hajime este le dijo que sin duda era Calamardo, un amargo sin control, sin duda ese día ambos acabaron con un ojo morado.
                 
Después de una larga caminata llena de charlas irrelevantes llegaron al departamento de Seishu-Lugar que Hajime también reclamaba como propio- Subieron por el ascensor y llegaron, al entrar estaba todo en su lugar, las pantunflas de ambos, los cepillos de dientes, hasta había un vaso de cada uno de los personajes de Bob esponja, obviamente el de don cangrejo era de Koko, el de Inupi era de Bob Esponja, literalmente tenía una lista de razones por las que era un buen personaje, pero nunca admitiría eso en voz alta ni aunque koko le pagara.

Ambos se pusiron ropa mas cómoda, tomaron, Koko café más amargo que el mismo, y Seishu chocolate caliente, para después ambos ver la televisión.

Todo iba relativamente normal, pero de repente, Koko paso su mano por la cintura de Inupi, atrayendolo más a él, mientras que con su otra mano seguía sosteniendo su taza y su atención esbata en el programa.

¿Porque hizo eso?

El corazón de Seishu dió un vuelco, mentiría si dijera que no sentía nada más que amistad por Koko, últimamente se sentía atraído por su amigo de la infancia, soñaba con abrazarlo mientras este daba ligeras caricias a su espalda, soñaba con besarlo de una manera tan tierna que hasta a él le daba algo de asco.

Pero no podía.

Así que se sintió ligeramente sorprendido por ese extraño acercamiento, ¿Koko se sentía como el? Vaya suerte.

Seishu no era idiota, así que pretendía aprovechar esa oportunidad de cariño, y recargo su cabeza en el hombre de Hajime, oliendo esa fragancia que tanto adoraba, su perfume tan costoso, no se dió cuenta cuando se quedó dormido, con ese dulce olor acompañando sus sueños.
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Al día siguiente Seishu se levantó en su cama, con la pijama y bien envuelto con las cobijas, además, de un rico olor a que había desayuno en su casa, bajo las escaleras y justo como lo creyó, Hajime estaba haciendo el desayuno.

-¿Mamá? —Dijo con un tono adormilado mientras se sentaba en la mesa.

-Ojalá. —Dijo Hajime divertido, amaba la forma como se veía, le recordaba a Akane aquel día que intento besarla.

-¿Te acaban de dar una gran suma de dinero o por fin caiste en la locura? —Talló sus iris azules con cero gentileza.

-Ashh, ya no se puede ser amable en estos días.—Dijo fingiendo tristeza, después, sirvió en ambos platos el desayuno, constaba de hotcakes con nieve, la combinación favorita de Seishu, al igual que, en sus tazas, puso sus bebidas y las llevo a la mesa.

Seishu al ver eso se quedó anonadado, abrió y cerró la boca tres veces. —Kokonoi Hajime, ¿Estás bien? —Dijo con auténtica preocupación.

-Inui Seishu, estoy completamente bien. —Dijo despreocupado y llevándose un bocado a la boca.

Seishu sin mucha confianza se llevó su bocado a la boca deleitándose con aquel sabor.

La desconfianza de Seishu es porque, antes, Hace se burlaba de sus extremadamente dulces gustos, y ahora, ese mismo chico, le había preparado ese alimento y hasta lo estaba comiendo con el, definitivamente algo andaba mal.

Seishu trato de pasar por alto aquello que le parecía tan extraño y disfruto de su comida.

Para cuándo acabo Hajime ya estaba lavando su plato, Seishu llevo el suyo y Hajime lo lavo, Equis, Seishu le volvió a restar importancia.

Rápidamente llegó el momento de que el menor de los Kokonoi tuviera que trabajar, así que, después de pasar la mañana con Seishu tenía que irse.

-Ya me voy Inupi, iré a hacer dinero~ —Comento con un tono dulce, viendo al de iris azules rodar los ojos.

-Si, haz dinero, haber si te puedes comprar un cerebro...—Comento de manera sarcástica acercandose al azabache para cerrar la puerta.

Aunque Hajime tenía otros planes.

Al estar lo suficientemente cerca tomo las mejillas del Inui y plantó un beso en la comisura de sus labios, echo eso me guiño el ojo y huyó.

Seishu tardo unos minutos en entender todo.

¿Hajime le había dado un beso/semibeso?

¿!Hajime siquiera pensó en besarlo¡?

!Mierda¡ Seishu sabía que Koko era espontáneo y no sabía el significado de espacio personal, pero el hecho de llegar a besar cerca de su boca es algo grande hasta para el.

El de iris azules algo anonadado cerró la puerta y recargo su espalda en esta.

Koko realmente le gustaba, así que no evito pensar en que su sentimiento era correspondido, porque, al hacer eso, pensaba solo en el, ¿Verdad?

Martha no puedo. 🕴️

No sé que quiero para esta historia, simplemente me dejare llevar y haré lo que mis dos neuronas me digan, gracias. 🥶💖