sucks dicks | sproier.

I

—¿Te gusta no es así? niño bonito, —acariciaba con malicia aquellos mechones de color cacao sutil y que caían en ciertos lados de su rostro, inclinado y con su polla alrededor de sus labios rosados, una cámara sería muy buena en estos momentos, los recuerdos de su mente no serán suficientes para recordar—tener mi pija en esa boca sucia tuya.

Solamente le dió asentir con los ojos llorosos, esperando que fuera suficiente de respuesta.

Sonriendo con avaricia, dedicándose totalmente en darle lo que le gustaba, para el contrario era un honor tener este tipo de situación.

¿Cómo había comenzado tal acto delicioso y el como se conocieron? Era inolvidable y podría decirse que fue un poco regular.

Conocerse en una aplicación de citas era algo ya generalizado por la sociedad en estás fechas, pero lo que si podría decirse era que encontrabas esa chispa en ese mismo momento, al conocerse sintió una explosión recorriendo cada fibra de su cuerpo.

Su alias; Spreen. Alguien que vivía en Argentina y él que estaba en México, muchos kilómetros que lo separaban, pero nada es imposible, ahora se conocían en persona.

Era increíble la persona que era él, en persona era alguien inalcanzable, vaya definición de hombre perfecto, ¿Puede declarar que quedó flechado con tal solo verlo una vez? Sí, la respuesta era un sí rotundo.

Desde ese entonces decidieron hablar y sin duda el coqueteo comenzaba cómo tal entre ambos, sus nervios le ganaban cuando Spreen se dedicaba en darle indirectas muy directas, su boca simplemente no respondía, pero ahora mismo estaba ocupado con algo.

Sus hebras suaves eran entrelazadas entre los dedos del azabache.

—¿Debería acaso tomarte una foto?, Subirla a Twitter sería perfecto, pero no me gusta compartir. —murmura, dando caricias en su cabeza como un lindo cachorro perdido.

Los sonidos ahogados eran opacados con el clásico, «Die For You - The Weeknd», un ambiente solo para ellos dos, las luces tenues en un color rojizo.

Separando sus labios de su polla, decidiendo darse un respiro y relamer sus labios ante la escencia de aquel varón.—Cabrón, te voy a tener que cobrar por esas fotos, solo las puedes ver tú.

—Sí, sos mío después de todo, Roier. —la mano posada en su cabello decidida a jalar para que siguiera con la actividad anterior—deberías seguir con lo que estabas anteriormente, nene, ¿O acaso quieres qué te de un castigo?

Un placer recorriendo de cabeza a pies, un pensamiento de lo que podría hacer o recibir, ¿Premio o castigo? No lo sabe, pero es una bendición.

—Eres un hijo de puta, papi—, sonriendo, posaba sus labios en la punta de la polla, saboreando el sutil sabor del azabache, dedicándose a chuparla como si fuera un lindo pelón, pelón rico.

Sacando jadeos de Spreen con frecuencia, era un buen chupador de pijas, tendría que dejarle eso claro, ¿Podría hacerlo ahora? Sacarle una sonrisa al mexicano era algo que le gustaba, también ponerlo nervioso eran sus momentos favoritos, pero esto era un escalón diferente, era más especial.

Agradecerle a Carrera por estar aquí era lo que más podía hacer, y vaya boludez era lo que estaban haciendo, jugando bromas a la gente y sin sentido alguno, pero ver el perfil de aquel joven le pareció lo mejor que pudo hacer esa hora, ya que estuvo rompiendo las bolas a las demás personas con sus tonterías.

Un gutural gemido salió de sus labios al momento que Roier procedió a tomarse de manera seria su chupada, bajando hasta el fondo y el sonido de las arcadas de el mismo era lo suficiente para hacerlo sentir un pico en su abdomen, apretando con más fuerza su cabello y obligándolo a que siguiera subiendo para bajar con la misma intensidad.

Sus estocadas eran continuas, los sonidos de Roier eran amortiguados y Spreen dedicaba a respirar con impaciencia y con el corazón por mil.

Vaya mierda, agradecía tener a este chico de rodillas, al ritmo que seguía solo le quedaba un punto para que explotará en el placer, siguiendo con los candentes movimientos de su boca y lengua fueron suficientes para hacerlo terminar.

Ahogando un gemido por ambos, escuchando el tragar de Roier de su semilla, quería tomarle una jodida foto en estos momentos.

—Ahora me debes una mamada—, sonriendo de lado el chico mexicano, orgulloso de su trabajo. Sin esperarse el acercamiento de su pareja sexual, sellando sus labios en un beso intenso, probando la escencia de su acto, Spreen dedicando a saborear su propio sabor junto el de Roier y delineado los labios contrarios, separándose a tan solo unos centímetros de su rostro.

—Una mamada es muy poco a lo quiero hacer, lindo chupa pijas.

—"Santa mierda"—, y eso apenas era el comienzo.

[n/a] antes que nada debo aclarar que está es una shipp de cubitos, nada más y es todo, nada que ver fuera de eso, así que no se lo tomen de manera tan directa, pido perdón por por el oo'c, trataré que sea lo menos posible, además que soy mexicana y que trato de fluir en los modismos argentinos.

pido perdón al que sea tan corto, quiero darle una extendida a este ff de manera tranquila.

contenido de errores ortográficos y de redacción, también que las actualizaciones serán lentas a excepción de que tenga muchísima creatividad.

uso de minúsculas en las notas, descripción y título a excepción de la narración.

contenido sexual/implícito, se requiere discreción.