Minuto 91:45, dos minutos en el agregado, centro al área, se desmarca Lionel de la defensa, no hay fuera de lugar, en ese momento entendió que para esto se había esforzado tanto, sus arduos entrenamientos y horas invertidas en el deporte que ama, contacta el balón con la cabeza y…
Desde pequeño siempre ha tenido un gran amor por el futbol, como casi cualquier joven mexicano, pero no lo ha visto como más que un pasatiempo, Lionel Gonzales tiene 17 años, nació en Querétaro, y vive únicamente con su madre.
Un día como todos, se dirige hacia la preparatoria, pese a su desinterés entiende que es su obligación, lo único que lo mantiene interesado son los recesos, en los cuales se dispone a jugar futbol con sus compañeros, día tras día repite su rutina, hasta que, durante un receso, el entrenador Miguel del equipo de futbol de su preparatoria lo observa jugando, lo llama a la mitad del partido, - ¿No has pensado en unirte al equipo? -. Le comenta el entrenador, a lo que Lionel responde, -lo pensaré-.
Lionel sabía que tiene obligaciones extraescolares, las cuales involucran tiempo, al igual que formar parte del equipo de futbol, pero no puede evitar pensar en lo que sería formar parte de este, por lo que comienza su dilema interno.
Los días transcurren y no se anima a tomar una decisión, por más que le guste el futbol, sabe que su casa es su prioridad, como nunca conoció a su padre y su madre no le quiere hablar de él, ella sale cada día a trabajar, saliendo adelante por ella y su hijo día a día, mientras que el se ha adaptado a realizar las tareas del hogar, preparar sus comidas y si se le presenta la oportunidad, conseguir un dinero extra para apoyar a su madre, su vida nunca ha sido sencilla, pero tampoco la más complicada y eso es lo que lo impulsa a salir adelante a el y a su familia.
Le comenta a su madre sobre la propuesta de entrenador, -Tu haz lo que te haga feliz hijo, pero no descuides tu resto responsabilidades, si eres capaz de prometérmelo yo te apoyare en lo que sea que hagas-. Le respondió, a lo que Lionel no pudo evitar sentirse feliz, una sonrisa se dibujo en su rostro y con una voz sollozante le dijo -Gracias mamá, lo he decidido-.
El día siguiente se dirige a la oficina del entrenador del equipo en cuanto puede, lo mira sentado, reclinándose en su chillante silla, -Así que al fin te dignas a aparecer- le comenta el entrenador con un tono burlesco a lo que Leo le responde -Ya lo he decidido, si usted me lo permite sería de mi agrado unirme al equipo-comento Lio, a lo que el entrenador contesta –Estas dentro chico-, con un sentimiento de felicidad Lio se retira de la oficina.
Llegaba su primer día de entrenamiento, tras acabar las clases conoce a su equipo, de los cuales ya conoce a la mayoría, para su sorpresa la mayoría eran los chicos con los que jugaba durante los recesos, le dan una agradable acogida y se disponen a entrenar, al inicio era un poco pesado para él, Leo tenía una condición decente, pero el entrenador les pedía una alta exigencia a todos sus jugadores, -No te quedes atrás chico, o ¿acaso es mucho para ti?- gritaba el entrenador burlándose de que Lio casi siempre se quedaba atrás, a gran exigencia física dejo a Lio agotado, por lo que no pudo jugar el partido de práctica entre ellos bajo órdenes del entrenador.
Se fue un poco molesto hacia su casa, como se encontraba cerca de ella, se dirigió caminando como de costumbre, durante el trayecto múltiples pensamientos invadían su mente, ¿acaso esto será demasiado para mí?, ¿seré suficiente para el equipo?, ¿valdrá la pena sacrificar mi tiempo y energías en esto?, entre otros pensamientos negativos, pero el sabía que esto no sería fácil, al igual que toda su vida existiría apoyo, y se enfrentaría a la adversidad, a superarse a si mismo una tras otra vez, esto le devolvió la inspiración, aunque al llegar a su hogar, tomó una no planeada siesta de 3 horas.
Al llegar su madre, y ver la casa hecha un desastre y a su hijo dormido profundamente en la sala con el uniforme de futbol, lo levanta y le pregunta, - ¿Qué pasó hijo? -, el desconcertado y aún adormilado le responde con total sinceridad responde -No lo sé-, su madre al hacerse a la idea del cansancio de su hijo, le permite dormir y ella organiza la casa.
