Génesis

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Otro día más pasa delante mis ojos, sin tanto ánimo me vuelvo a encontrar sentada en mi banco estando rodeada de mis compañeros de clase que causan mucho ruido, esto puede llegar a ser molesto pero no es nada a lo que no esté acostumbrada.

Veo mi libreta y como no tengo nada que hacer decidí hacer varios garabatos por el aburrimiento, empiezo a mover el lápiz sin tener ritmo ni alguna idea de lo que hago.

Pasan los minutos y me doy cuenta de que sin querer termino dibujando el rostro de una chica a la cual conocí hace unas semanas, me quedé con varias preguntas después de ese encuentro.

Tal vez eso puede sonar como algo obsesivo y por ende que esté loca pero... ¡No cualquiera se me acerca de esa manera!.

Ese lunes era un día nublado, el aire fresco cada vez ganaba más fuerza y golpeaba las ventanas, el cielo se encontraba de un color grisáceo por la proximidad de la lluvia. 

Anna se encontraba impaciente en un cuarto esperando a que su presentación empiece, ella estaba muy nerviosa de tocar en un escenario. En su cabeza se repetía una y otra vez la idea de equivocarse y terminar siendo la burla de los asistentes.

Después de estar pensando mucho por unos minutos, una voz la saca de sus pensamientos.

—Te veo muy seria ¿Estás nerviosa?.

Anna voltea hacia todos lados hasta que se encuentra una joven que la mira con emoción.

—... ¿Me hablas a mí?.

—¿No es obvio? Eres la única que está aquí aparte de mi.

—Ah, ¿Pero qué haces aquí?.

La desconocida se le acerca y con su mano izquierda toca el hombro de Anna.

—Primero responde lo que te pregunte al principio, es algo grosero desviar el tema.

—Supongo que sí estoy nerviosa, pero es lo normal cuando estas apunto de tocar frente de varias personas.

Ella le suelta el hombro y se le acerca más, de tal manera que termina invadiendo el espacio personal.

—Tranquila, apenas son como 5 personas que están afuera, no es como si a muchas personas les interese escuchar el violín.— Con tranquilidad le sonríe pero su rostro cambia cuando termina analizando lo que le dijo —Digo, no es como si yo dijera que es aburrido sino que simplemente la gente se ocupa haciendo otras cosas.

—Entiendo...— Su voz suena algo apagada y su animo luce decaído.

—Disculpa por soltar ese comentario no quise sonar descortés, pienso que es admirable la disciplina que tienes para tocar un instrumento tan difícil como lo es el violín.

El rostro de Anna cambia a un tono carmesí por el comentario anterior, sin saber que responder  limita a cambiar de dirección su mirada hacia otro lado.

—Que lind... lindos broches tienes, son iguales a los que tengo puestos.

—Es cierto, no lo había notado antes.

La desconocida le regala una gran sonrisa para después dirigirse a la puerta.

—Ya me tengo que retirar porque pronto empiezan las presentaciones, te deseo mucha suerte, Anna.

Con eso mencionado finalmente se retira de la habitación sin esperar respuesta alguna.

«¿Cómo es que sabe mi nombre? ¿Lo habra visto en la lista de participaciones?... Siendo sincera no creo que importe»

Anna sale de sus pensamientos y se vuelve a centrar en el presente

«Es mejor que no le dé tantas vueltas al asunto»

Agarro mi libreta y la guardo en mi mochila, para después seguir con la tarea en mi libro de matemáticas, al cabo de un tiempo la maestra entra al aula para dar un aviso.

Sin mucho interés escucho lo que dice pero sin dirigir mi mirada hacia ella.

—Buenos días jóvenes, esto ya es algo que había mencionado pero aprovecho la oportunidad para repetirlo, el día de hoy se incorpora una nueva estudiante al salón, es importante que la integren y la ayuden a integrarse en las clases.

Antes de que la maestra pueda emitir algún sonido la puerta se abre y unos pasos se escuchan.

—¿Cómo estan compañeros? ¿Ya comieron?

El salón entero e incluso la maestra se quedan en silencio.

—Oh cierto, tengo que presentarme. Mi nombre es Elia Lennox, tengo 16 años y desde hoy seré su compañera.

Anna mira a la nueva estudiante y se percata que es la misma chica que la del recital.

«¡Ella es la chica que ví el otro día!»

—Elia, ya puedes escoger tu l...

Sin esperar al fin de la indicación Elia se dirige al asiento libre que casualmente se encuentra al lado de Anna. La maestra en silencio comienza a pensar lo mucho que acaba de ser ignorada por la nueva estudiante.

—¡Que sorpresa! Vamos a ser compañeras desde ahora.

—Espero poder llevarnos bien...

«Algo me dice que ella se va a llevar la poca paz que me quedaba»

La joven que jugaba a ser DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora