El encuentro

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Debería de quedarme a la clase extra de ayer, pero eso implicaría no ir al callejón, así que me voy de nuevo de la escuela, esta vez creo que nadie me ve o eso creía. 

Ayer entre al cuarto de Papá, tiene una caja donde guarda cosas de mamá y ahí es donde encontré la capa que ahora me voy a poner, tiene una marca parece un elemento: 

Ayer entre al cuarto de Papá, tiene una caja donde guarda cosas de mamá y ahí es donde encontré la capa que ahora me voy a poner, tiene una marca parece un elemento: 

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El de ella era fuego, por lo tanto, el mío también. 

Llega el mismo chico y hace lo mismo que ayer solo que esta vez observo mejor y consigo ver que toca la puerta tres veces, espero uno minutos y hago lo mismo, me quito el suéter, me pongo la capa, subo las escaleras, uno, dos y en el tercer piso toco la puerta tres veces, trato de taparme la cara con la misma capa, espero a que me abran.

Me abre la misma persona, paso:

-Número?

Maldita sea me pregunta un número, no sé qué contestar y empiezo a ponerme nerviosa.

-Dime tu número. 

Esta vez me lo dice con voz alta. 

El chico de mi escuela se percata de la situación y me hace una seña con la mano, hace un tres. 

-Tres. Respondo.

- Pasa y para la próxima que te tardes en contestar le hablare a la Madre Chalcedon.

El chico me habla y me guía a una tipo sala a solas. 

- Que haces aquí y que quieres?

No contesto.

- Sabes en el problema que te pudiste haber metido? pusiste tu vida en riesgo. 

- Gracias por ayudarme.

- De nada, en la salida hablamos.

Regreso a la entrada, hay mucha gente, todos con capa y símbolos diferentes, pero ninguno anormal todos: fuego, agua, aire y tierra. 

Cada uno haciendo cosas diferentes, logro ver que a lo lejos hay una puerta.

Cada uno haciendo cosas diferentes, logro ver que a lo lejos hay una puerta

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Camino hacia ella, pero una persona me detiene.

- Haz tus deberes. 

¿Mis deberes? que se supone que haga aquí. 

Termina el tiempo, suena un timbre y todos se van. 

Espero a fuera al chico, pero no lo consigo ver, por lo que me voy a mi casa. 


Ember Blavatsky: En busca de la verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora