THE LIST || YoonMin🔞

✧ Capítulo único.

✧

— Buenas noches. Frente a las oficinas del Grupo Jangga, por favor. — Dijo Yoongi apenas subió al taxi. El conductor, un hombre de mediana edad el cual llevaba un barbijo y lentes de montura negra, asintió en respuesta.

El pelinegro casi agradeció que el hombre no le respondiera ni intentará entablar una incómoda conversación con él, había tenido un día duro en el hospital y estaba más que agotado. Dirigir la Unidad de Cuidados Intensivos era todo un reto, ser el jefe solo duplicaba su trabajo y ponía más peso sobre sus hombros del que hubiera deseado, peso y también tiempo.

Yoongi ya no podía recordar la última vez que durmió en casa o siquiera tomó una ducha ahí. Siendo jefe y con la llegada de los nuevos residentes, el pelinegro ahora prácticamente vivía en el hospital solo para cerciorarse que los mocosos hicieran bien su trabajo. Después de todo, si cometían un error, sería su culpa, no la de ellos. Esos chicos eran unos patitos a los que primero tenía que guiar para que luego estos pudieran valerse por sí mismos. Por ende, cualquier butaca disponible en el complejo se había vuelto su cama y las duchas frías y rápidas sus mejores amigas.

Ah. Y su mano derecha su mejor aliada para aliviar el estrés y mantener a raya su libido. Ella y las fotografías calientes que su dulce novio le enviaba en sus ratos libres.

Yoongi sonrió mientras se giraba y miraba por la ventana las abarrotadas calles de Seúl. El pelinegro había conocido a Park Jimin en una cena con sus amigos. Su primer encuentro había sido un desastre que ninguno de los dos planeó, pero del que sin duda ninguno de los dos se arrepentía. Yoongi había bebido unas copas de más, sin embargo, estaba completamente lúcido en el momento en que un plato de sopa caliente cayó sobre él, mas específicamente sobre su entrepierna. Yoongi se había levantado de golpe para enfrentar al hijo de puta que se hubo atrevido a realizar tal acción cuando lo vio.

Labios abultados en forma de corazón, mofletes sonrojados y una mirada color ámbar completamente feroz.

— Eso va a cortesía de la casa. Y escuche, si no le gusta la comida, le sugiero se largue de aquí y deje de arruinar el ambiente, imbécil. — Eso fue lo primero que el hermoso chico dijo.

Yoongi no lograba entender nada de lo que estaba pasando. Sí, había bebido más de lo debido, pero definitivamente no habia molestado a nadie. No que él recordará.

— ¡Omo! ¡Lo siento, lo siento! — Un chico un poco más alto que el que había vertido la sopa sobre Yoongi se acercó rápidamente a ellos —. ¡Jimin hyung, discúlpate, rápido! Este cliente no es quien estaba realizando disturbios... Es ese punk de allá — señaló el chico al extremo opuesto del restaurante, su cara distorsionada por una mueca preocupada a la vez que le pasaba un pedazo de tela a Yoongi para que este pudiera limpiar sus jeans.

Los ojos de Jimin se habían abierto de par en par cuando la comprensión llegó a su cerebro. Se había equivocado de persona y un inocente había sido castigado sin motivo bajo sus manos. Sin embargo, a Yoongi no podría importarle menos el hecho de que ese bonito chef hubiera arruinado sus jeans favoritos, por eso cuando Jimin se disculpó sinceramente con él, Yoongi accedió con una condición.

— Aceptaré tus disculpas si sales conmigo.

Y el resto era historia. Él y Jimin hicieron click desde su primera cita y luego de cumplir cuatro años de relación, se habían mudado juntos, eso había sido dos meses atrás. El propósito de mudarse juntos fue porque ambos se sentían listos para dar ese paso y también para pasar más tiempo juntos, pues ahora que Yoongi ya no era más un estudiante sino un verdadero doctor, su agenda estaría menos llena. Era su recompensa.