Especial de Al gato y al ratón.

Enojo y Desquite

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Hoy se cumplen 6 años desde que ese ser vampírico me volvió a encontrar y decidió esta vez ya no salir de mi vida.

Tuvimos 3 hijos; el primero se llama Bill y ya tiene 11 años, el segundo se llama Drake y tiene 5 años y la más pequeña que se llama Sofía y solo tiene 3 años.

Mis tres hijos y yo seguimos viviendo con el vampiro, el cual por fin me dijo su nombre hace unos días.

Se llama Valentine (valantai) y tiene 200 años, aun dentro de la raza de los vampiros a él se le considera sangre joven; es decir vampiro joven.

Desde hace unos días el a estado actuando extraño; sí, más extraño de lo normal.

El salió hace una semana atrás me dijo que tenía que arreglar unos asuntos y que después regresaba y que no se me ocurriera hacer estupideces.

Yo no tuve el valor para intentar huir o hacer algo en su contra, después de todo hace poco más de 2 años y medio, poco después de que nuestra Sofía naciera el me obligó a casarme por las leyes vampíricas o al menos eso me dijo, pero yo creo que fue más un ritual amo esclavo.

Por qué yo estaba de rodillas, el se transformó por completo en un vampiro con alas y todo, luego me mordió y unas cadenas rojas aparecieron alrededor de mi cuerpo las cuales me aprisionaron y luego desparecieron.

El me dijo que ya era de su propiedad ante los demás vampiros y que nadie podría tocarme.

También me dijo que aunque intentara huir el podría encontrarme por la marca de mi cuello y por el lazo que nos une aunque yo no entendí mucho al respecto, pero supongo que ese ritual era como una especie de chip rastreador y cadenas restrintoras.

Yo mejor lo espere, cuando la noche del segundo día llego; el regresó y en cuanto lo hizo me obligó a estar con el íntimamente de nuevo, de nuevo fue violento y salvaje, no sabía que le había pasado; allá dónde había ido, que venía tan enojado y fuera de sí.

Los tres días siguientes, Bill tuvo que cuidar de sus hermanos por qué Valentine no me soltaba, me forzaba una y otra vez sin descanso.

Ya el último día; la última noche, él al fin me habló y me dijo; aún sin salir de mi interior.

Fui a ver a mis padres y quieren conocerte y a nuestros hijos también y esperan que para cuando ellos lleguen tu ya estés presentable y ya seas parte del clan y de la familia.

A qué te refieres pregunté.

Quieren que te convierta en vampiro y que después de hacerlo nos casemos como las normas y leyes vampíricas lo mandan.

Yo no quiero ser vampiro, soy humano y no estoy por mi voluntad absoluta contigo.

Crees que no lo sé idiota, y créeme que aún que no quieras y no me quedé de otra que convertirte, lo haré.

Siempre me haz forzado a hacer tu voluntad así que no sería nada nuevo.

Tch.

El salió molesto del cuarto y me dejó ahí todo adolorido y con el cuerpo lleno de marcas; tanto de garras como de mordidas y chupetones.