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uno

JENNIE

"Lisa", murmuro emocionada, poniendo mi mano en su muslo mientras conduce hacia nuestra nueva casa que nos han comprado nuestros padres. Por fin podremos vivir juntas.

"¿Qué estás haciendo? Quita tu mano de encima". Su voz me toma desprevenida.

"Lo siento", tartamudeo, sin saber qué hacer mientras retiro la mano, mirándo su muslo.

"No tienes que pedir perdón. Pero no vuelvas a tocarme así". Su mirada se fija en la carretera sin siquiera mirarme. Tengo que admitir que me duele que mi mujer se comporte así, pero me lo quito de encima, ya que quizá esté agotada por nuestra boda.

Sonrío al pensar en el tiempo que llevo esperando que llegue este día para formar una familia con alguien de quien estoy enamorada desde que ambas éramos jóvenes. Aunque sé que nunca se ha fijado en mí, mi corazón ya ha tomado la decisión de que siempre le pertenecerá.

Llegamos a nuestra casa y miro a mi alrededor con asombro. Es tan hermosa que no puedo creer lo que ven mis ojos. Este lugar se ve tan bien para la pequeña familia ya que tiene una maravillosa cocina para que yo cocine y un enorme comedor para que veamos películas el fin de semana. Estoy tan enamorada de este lugar hasta que Lisa me mira con asco en los ojos, y siento que he hecho algo malo.

"Tanto quieres una esposa, ¿eh? Por eso acabas de volver de Nueva Zelanda, pero te has casado al instante". Se sienta en el sofá, con la cabeza sobre las manos, con un aspecto tan elegante e intimidante.

"U-umm", tartamudeo avergonzada. Sé que tengo demasiadas ganas de casarme, pero mi madre insistió en ello porque dijo que ya tengo veintitrés años, y Lisa es dos años mayor que yo, así que quieren que formemos una familia lo más rápido posible.

"¿No quieres?" pregunto de mala gana.

"¿Tengo cara de querer, eh?". Ella suspira: "No quiero. Tengo un negocio del que ocuparme y una vida que disfrutar". Lo dice como si no pudiera disfrutar de su vida conmigo en absoluto. Como estoy tan equivocada al pensar que me quiere tanto como yo a ella la vez, me besó en el altar y delante de mucha gente. Es tan cariñosa, y desesperada. Tal vez, lo interpreté de manera equivocada. Ella no me ama en absoluto.

"Puedes seguir haciendo tus negocios, y disfrutar de tu vida. No voy a mantenerte para mí todo el tiempo. Después de todo, yo también quiero trabajar". Me siento en el sofá frente al suyo, mordiéndome el labio inferior con nerviosismo.

"Bien por ti", murmura.

"Tal vez, podría ayudarte en el trabajo. Tu negocio no es una broma. Es muy grande y necesita mucho trabajo, así que puedo..."

"¿Te escuchas a ti misma? No es una broma, así que estoy seguro de que no necesito una broma en mi negocio". Me sonríe como si pensara que no sé lo que ha insinuado.

"¡No soy una broma! Tengo un título. También tengo dos años de prácticas cuando estaba en la universidad. Puedes confiar en mí". Sonrío, presumiendo de mi logro. Tal vez, la haga sentirse orgullosa de tenerme como esposa. Haré todo lo posible para hacerla feliz.

"No me importa. No confío en ti. ¿Cómo puedo confiar en ti si eres la razón por la que tengo que meterme en ese ridículo matrimonio cuando ni siquiera tengo intención de hacerlo? Ni siquiera me preguntas si te quiero, o si te amo, y sin embargo aceptas fácilmente casarte conmigo".

Sus palabras se clavan en lo más profundo de mi corazón antes de que tenga agallas para responder: "¿Te parece ridículo? Lo siento si te hace sentir así, pero de todos modos no te estoy obligando. Puedes negarte".

Intento calmarme, ya que no quiero una pelea con ella cuando acabamos de convertirnos en esposos hace unas horas.

Se ríe secamente: "Quieres que niegue. Que me convierta en una mala hija para mis padres mientras tú eres una buena, que sí acepta lo que le digan cuando sólo trata de lograr algo-"

"¿Lograr? ¿Qué?" La interrumpí, sintiéndome más confundida por sus pensamientos hacia mí.

"No lo sé. Pareces satisfecha. Todo el mundo parece satisfecho cuando consigue algo que quiere". Ella cierra los ojos ligeramente antes de volverse hacia mí con su mirada inescrutable.

Cuando las palabras salen de su boca, de repente sé que sigue siendo la chica que he conocido. No se ha fijado en mí desde el principio, y sé que nunca lo hará. Si le hubiera preguntado primero antes de aceptar, no estaría herida ahora.

De todos modos, el matrimonio está hecho. Haré lo posible para que se enamore de mí como yo de ella. Difícilmente. Nunca la olvido desde que salí de este país, y ahora que estoy con ella, la haré mía de todo corazón.

"Lisa, vamos a dormir. No quiero que nos peleemos, especialmente hoy". Le digo suavemente mientras se levanta y se va a nuestro dormitorio sin decir nada.

Me voy a duchar y al volver veo a Lisa durmiendo en nuestra cama. Sus rasgos son tan hermosos. Sus grandes ojos. Su seriedad me encanta desde el primer día que mi madre me trajo a su casa. La que deseo está frente a mí en este momento.

Me deslizo junto a ella, abrazándola por detrás. Sé que me apartaría si se despertara, así que cierro los ojos inmediatamente, tratando de dormirme lo más rápido posible.

Espero que el sueño que siempre tengo se haga realidad. El día en que se enamore de mí como yo de ella. Mi esposa.