Capitulo uno Desastre

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(diecisiete de diciembre, dos de la madrugada )

Calma y serenidad, era una mezcla de emociones lo que transmitían esa hermosa noche con la resplandeciente luna llena iluminando todo el continente Asiático. Un suave viento soplaba en dirección al sureste, moviendo con su travesía las ramas sin hojas de ese bosque cubierto de blanco. Ni siquiera el ruido y alboroto que podrían causar los animales nocturno podría perturbar la tranquilidad que traía esta hermosa noche en vísperas navideñas, ¿Entonces como es que todo estaba tan jodido? Su rostro reflejaba una expresión del terror más puro, sus hombros se cayeron, y sus piernas temblaban hasta no poder sostenerse y caer al suelo, ¿Que mierda pasó? No podía entenderlo sus ojos le permitían ver su piso de madera, inundado en un enorme y espeso charco de color rojo, sus hermanos estaban en medio de esa laguna, alimentándola y haciéndola cada vez más grande, metió sus manos en aquel líquido rojo, babándolas en su esencia, llevando una pequeña muestra hasta su nariz, donde olfato con miedo, miedo y negación tras no querer aceptar la realidad de que lo que tenia era a su familia muerta en un charco de sangre. El pánico y el dolor se apoderó su cuerpo al no saber cómo actuar ante tal situación, su ser sólo pudo reaccionar dejando fluir el agua por sus ojos, en un llanto apagado por encontrar destruida a su difunta familia. De las sobras de su casa se hizo presente una figura humanoide, alrededor de un metro y sesenta de altura, el cual se posó delante suyo exponiéndose a la luz de la luna, dejando ver su ser, un hombre con piel extremadamente blanca, y unos singulares y agresivos ojos de color rojo, los cuales alertaron sus instintos, gritándole que se alejase, pero su cuerpo ya estaba rendido, solo pudo voltear hacia arriba, abriendo la boca sin poder pronunciar o siquiera balbucear un sonido, solo las lágrimas que fluían por sus ojos eran el único rastro que mostraba que el seguía viviendo. Aquel hombre que se paró delante de él, se agachó hasta su altura, apoyándose sobre su rodilla izquierda sin miedo a manchar de rojo su pantalón, pasó así tomarlo por la barbilla, y hacerlo rotar su cuello suavemente hasta la derecha

👑🩸Si~ Sin duda aún los recuerdo

Fueron las palabras de esa personas palabras tras presenciar unos pendientes que colgaban de sus orejas, unos que habían pasado por generaciones en su familia, un tesoro que llevó su abuelo, su padre y ahora el. Una tradición que estaba apunto de romperse, pues sintió como un inmenso dolor proveniente de su cuello, con duda agachó su mirada, observando como el dedo anular del esa persona había perforado sus amígdalas, retirando su dedo manchado de rojo, solo para limpiarlo con su lengua y retirarse del que durante toda su corta vida llamó hogar. Sin tener más fuerza mental ni física cayó al suelo, justo mezclándose con la sangre de sus difuntos familiares, manchando su rostro de un intenso rojo, mientras poco a poco su mirada se iba haciendo cada vez más borrosa, solo teniendo una duda en mente. ¿Como es que habían llegado a este atroz acontecimiento?

(diecisiete de diciembre, once de la mañana)

Calma y serenidad, eran las continuas emociones que transmitían después del atroz asesinato que se llevó a cabo durante la madrugada, un escena atroz y cruel era la que mostraba esa casa arras de la montaña, la sangre del piso había alcanzado la blanca nieve del exterior, teniéndola de un vivo color rojizo, que irónicamente provenían de la muerte de una madre que cuidaba a sus hijos. Esta escena habría devastado a cualquiera, niños, adultos, guerreros, incluso a los demonios, el panel de una hembra que murió protegiendo a sus crías, que tristemente padecieron el mismo destino que su progenitora era algo que por más preparado que estes después de verla no podías evitar sentir horror, a la par que un nudo en tu garganta el cual te impedía hablar, ¿Pero que pasaría si esta mujer se trataba de tu propia madre? ¿Que pasaría si los niños que estaban masacrados en un charco de su propia sangre se trataban de tus hermanos? ¿Que pasaría si solo a unos pocos días de navidad te enteras que tu familia por completo había muerto? Sin duda tu razón sería nublada por el dolor punzante que sentirías en tu pecho tras presenciar como todo tu mundo se fue en una noche, tu miedo, agonía, y tristeza, se apoderarían de tu cuerpo, solo para envolverlo y no dejarte ir, para muchos esto sería la peor pesadilla que un ser humano podría experimentar. Pero para Nezuko Kamado, esa fina línea que separaba la realidad de un sueño fue brutalmente destrozada, viviendo en uña y carne esta tenebrosa pesadilla, presenciando con sus propios ojos como los cuerpo inertes de su familia yacían sobre el suelo del que era su hogar, ¿Como había pasado esto? Solo se había ausentado una noche ¿Que fue lo qué pasó? No lo podía entender, había salido el día anterior a vender carbón al pueblo que tenía bajando la colina de su casa, donde le llegó la noche y le ofrecieron pasar la noche con un amigo de la familia

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⏰ Última actualización: May 01, 2022 ⏰

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El demonio de pendientes rojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora