Uno.

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La vida es una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar.

Eso era lo que pensaba aquella mujer joven de 25 años, mientras recogía la última foto familiar que adornaba su antigua oficina que había sido suya hace ya tres años. No se encontraba triste después de haber sido despedida de manera injusta, para poder darle el trabajo a la hija de su jefe luego de haber salido de la universidad. Si no que mientras terminaba de guardar pensaba si había valido la pena todo el esfuerzo que había dado por el equipo, desde las horas extras hasta el trabajo hasta altas horas de la noche.

Para que al final haya sido desechada como si se tratase de un triste trapo.

En un principio creyó mejor  gritarle a su ahora antiguo jefe lo imbécil que era. Descargarse de toda la frustración que acumuló aquellos años trabajando para que al final su esfuerzo fuese reconocido. Al final solo suspiró y recogió sus cosas en silencio para marcharse de aquella pequeña empresa de papel para no volver atrás.

*

Ya habían pasado dos días desde que quedó desempleada. Buscaba desde portales de empleo hasta el periódico, pero nada de eso había resultado. La ciudad de Konoha se encontraba con una tasa alta de desempleo en aquel momento. Esa era la única razón por la que le dolía haber sido despedida, su antiguo trabajo de administrativa no era la gran cosa. Apenas ganaba lo suficiente para pagar el alquiler de su departamento, los servicios y comprar víveres.

¿Dónde encontraría un trabajo al igual que el anterior?

No lo sabía con seguridad y eso la estaba matando.

Al final del día después de haber ido a correr como siempre, quedó de verse con su mejor amiga de años. Tenten era la única de su círculo íntimo que conocía la reciente noticia de su despido. En un inicio su amiga reaccionó de forma negativa como ella deseo haberlo hecho, y destrozar el lugar como se lo imaginó. Después de que se tranquiló le dedicó todo el apoyo incondicional que solo una amiga puede dar.

"¡Hinata!" Saludó la chica de cabello castaño a la joven que acababa de entrar a la pequeña cafetería.

Esta al verle le regresó el gestó y caminó hacia la mesa que siempre compartían cada vez que visitaban el lugar.

La pequeña cafetería tenía un suelo de tablones de madera dando un toque clásico, mientras que las paredes estaban pintadas de un verde pistache muy animado. Colgando en estas fotografías de los cafés especiales de la casa. Con el toque final de una que otra planta dándole más vida alrededor.

Se abrazaron como siempre y se sentaron. Tenten había estudiado lo mismo que ella en la universidad, por el simple hecho que la joven nunca descubrió lo que quería ser realmente. Solo deseaba tener herramientas para encontrar un trabajo como todos los demás. Y aprovechó también para estar cerca de Hinata.

"¿Cómo te has sentido estos días" Preguntó inmediatamente la joven.

"No tienes idea. Aún no se lo he dicho a papá. Cuando lo haga va a estrangularme."

Ambas chicas chasquearon ante la idea de un Sr. Hiashi Hyuga haciendo un escándalo por el simple hecho de que su hija fuese despedida de un lugar tan mediocre como ese.

" A lo mejor esta vez no hace un drama tan grande." La castaña mordió su mejilla inferior, ni siquiera ella creía en lo que acababa de decir.

Hiashi Hyuga era un empresario importante de renombre prestigio, Cualquier negocio inferior al suyo no era digno de llamarse como tal, era un nombre orgulloso desde siempre. Y no aceptaba humillaciones aunque fuesen sus hijos.

La Casa de BurlesqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora