Tres.

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Acababa de llegar a la ciudad de Konoha por cuestión de negocios. El vuelo de Japón hacía su destino había sido un verdadero dolor de cabeza. Y es que al parecer nadie sabía realizar su trabajo si no se encontraba él alrededor. Esa era la razón por la que no pudo volar antes y reunirse con un nuevo socio que pedía su ayuda. Al principio pensó en rechazar el proyecto, ya tenía suficiente con lo que dejaba en Japón. Pero el hombre en cuestión pedía con desespero que fuese el quien trabajara con el proyecto en cuestión.

Entonces después de casi dos semanas, y de dejar a Shikamaru Nara a cargo de la oficina. Voló hacia aquella pequeña ciudad.

Cuando aterrizó. Visualizó a uno de sus colegas que lo acompañarían en su estadía en Konoha. Le había pedido que se adelantara para poder tener una idea de que tanto trabajo tenían que realizar. Lo que deseaba era terminarlo lo más pronto posible y regresar a casa. El joven de 26 años no era de los que les gustaba mucho la idea de estar lejos de su ambiente.

Tomó sus maletas del área encargada y caminó donde una cabellera oscura lo estaba esperando impacientemente.

"Vaya que se retrasó tu vuelo, ¿eh?". Dijo el moreno en forma de saludo.

"Ni me lo digas. Tengo mucho sueño y dolor de cabeza. Necesito descansar".

Su acompañante lo vio con algo de burla en su rostro, algo que hacía cuando había serios problemas.

"Hermano. Te aconsejo que compres residencia aquí. He estado checando el proyecto de restauración que se nos pidió y es un dolor en el trasero. No nos iremos tan rápido como deseamos".

El rubio lo miró con cara de se susto. Realmente no creía que fuese tan malo cuando se lo plantearon en su oficina.

"¿Ya hablaste con el que nos contacto?"

"Si. Es un chico algo estirado, pero trabajaremos sin problema".

Ambos salieron del aeropuerto y se dirigieron hacia el auto que su amigo rentó días antes. Acomodaron las maletas del recién llegado y fueron al hotel que tenía reservado.

*

Solo se permitió descansar unas horas, ya que tenía que ir donde a su futuro socio y revisar el mismo la situación en donde se encontraban. Naruto Uzumaki era una persona muy dedicada a su trabajo. En palabras de otras personas, era una persona muy perfeccionista. No dejaba que las distracciones lo ocuparan de sus metas. Es por eso que a su corta edad acababa de terminar la maestra en gestión de negocios, y deseaba el próximo año empezar el doctorado.

Las oficinas a las que se presentó eran de muy buen gusto. Realmente elegantes y de categoría para su sorpresa. Así que intuyo que la persona a cargo realmente sabía a que se dedicaba realmente. Su amigo y el se dirigieron a la recepción. Donde una rubia muy guapa los acompañó a donde el CEO.

Los recibió un hombre mayor de un buen aspecto junto con el chico que mencionó Sasuke cuando llegó. Así que la primera impresión había salido bien. Naruto los saludó de forma cortés. El más joven se presentó como Neji Hyuga. El más grande era Hiashi Hyuga, que en realidad era su sobrino.

Hiashi se disculpó a media reunión y se retiró del lugar, dejando a los tres a media explicación. Neji se acomodó su corbata a modo de nerviosismo y continuó.

"Espero y lo disculpen. Últimamente se ha encontrado algo enfermo, pronto se recuperará y estará con nosotros al cien por ciento".

"No te preocupes. Podemos avanzar sin el por el momento. Esperemos y se encuentre bien". Naruto tomó unos archivos del lugar de Hiashi y comenzó a hojearlos.

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