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Carl:
—Oye cielo, llevas todo el día con el libro, ¿quieres que te ayude?— le pregunté, despegando mi vista del teléfono.
Carl estaba sentado en la silla de su escritorio, analizando cada palabra que el enunciado del problema de tecnología dictaba.
Tras unos minutos de silencio, contestó.
—Porfa—
Agarré una de las sillas libres y me senté.
—Dime, ¿en qué quieres que te ayude?— pregunté, mirando al chico de ojos verdes.
—Este problema de tecnología no lo entiendo— contestó frustrado, agarrándose del pelo —llevo con él casi veinte minutos y no me sale.
—Déjame ver— acerqué el libro hacia mi y leí el problema. Yo había hecho de estos en mi anterior clase así que lo entendí rápido.
—¡Yo hice de estos en clase, mira!— exclamé. Cogí un bolígrafo y un papel para escribir.
Él se acercó a mí mientras yo le explicaba. Un rato después, ya lo pilló.
—¡Vale, vale! Ya lo entiendo— dijo —muchas gracias.
—No es nada— respondí sonriendo.
Se acercó a mí y me dió un beso rápido en la mejilla.
—Cómo recompensa— dijo, sonriendo inocentemente.
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Michael:
El castaño de ojos azules siempre tuvo problemas con el tema de los estudios ya que se distraía en clase y no atendía mucho, pero cada vez que se ponía a estudiar en casa se esforzaba.
Aún sabiendo que todas esas horas de estudio más tarde serían tiradas a la basura.
Ahora, Michael estaba sentado en su escritorio leyendo sus apuntes de biología, con el ceño frundido y una cara de pocos amigos.
"Diosito, no entiendo nada. Ayúdame" pensó el joven.
En ese mismo instante, él se sintió cómo si de verdad Dios le hubiera escuchado ya que su madre le había gritado desde la cocina que alguien vino a visitarlo.
Bajó corriendo las escaleras, sabiendo a la perfección de quién se trataba. Al abrirle, se lanzó a sus brazos oliendo su característico perfume a flores que él adoraba y conocía.
—Hey, ¿qué pasa?— preguntó la femenina, devolviéndole el abrazo.
—Ayúdame a estudiar— le rogó el ojiazul.
—Ah, ¿eso? ¡Claro!—
Subieron arriba agarrados de la mano, claro sin olvidarse de saludar a Elizabeth, Chris y a la señora Afton.
Tras repasar el tema juntos, estudiar y explicarle todo, conseguió pillarlo.
—¡Muchas gracias!— le dijo el chico a su novia.
—No es nada. Me gusta estudiar y pasar el rato contigo— contestó sonriéndole.
Michael sintió cómo se sonrojaban levemente sus mejillas ante su pequeña declaración.
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Perdón por la tardanza, en este se me fue la creatividad durante bastante tiempo :(
