🍊 04 ━ A veces no todo sale a la primera

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YoonGi llevaba más de treinta minutos esperando a que Jeon JungKook apareciera, habían quedado el día de ayer que se encontrarían en su casa exactamente a las cinco de la mañana y ya eran las cinco con treinta minutos.

A Min se le marcaba la vena en la sien, que mocoso más impuntual.

Sus preciadas mandarinas estaban esperando ser devoradas por el gran Min YoonGi, estos retrasos lo estresaban un montón.

El solo pensar en aquella jugosa, anaranjada y preciosa mandarina...

No, él tenía que irse ya para Busan

—Lo siento pero no puedo esperar más — dijo para si mismo mientras tomaba sus maletas.

Bajó a la cochera donde se encontraba su auto o bueno uno de los cinco autos que tiene, esta vez llevaría una camioneta ya que con los sacos de mandarina que va a traer debe tener espacio.

Al estar en el interior de su auto lo prendió pero antes de comenzar a manejar se colocó unos lentes de sol porque manejar con estilo era primordial.

Solo había avanzado quizás un poco cuando vio a un chico muy conocido caminar por la acera

Era JungKook.

Paró justo enfrente del chico, bajó la ventana del auto para hablarle al chico que al darse cuenta que era YoonGi hizo un gran puchero.

—¡Hyung! No puedo creer que ibas a irte sin mi — expresó decepcionado.

—¡Dijimos una hora específica! mírate viniendo casi treinta y cinco minutos después.

—Me surgieron inconvenientes, tuve que ir a la casa de mi madre, me desvele y me quedé dormido — habló arrepentido.

El mayor le creía, de igual manera no estaba enojado con él si no con su impuntualidad, le abrió la puerta del copiloto para que entrará.

—Entra.

JungKook sin esperar se montó en la camioneta Hyundai y así YoonGi retomó su camino por ahora iba hacia el aeropuerto ya que la forma más rápida es tomando un avión

—¿Recuerdas la dirección de la granjita verdad? — Pregunta JungKook acomodando su cabeza en el asiento.

—Claro que si.

En su mente solo iba la idea de que muy pronto disgustaría de miles de esas mandarinas.

JiMin salió de su hogar cuando la luz del sol hizo presencia, sus gallos cantaban con armonía y para él no había nada mejor

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JiMin salió de su hogar cuando la luz del sol hizo presencia, sus gallos cantaban con armonía y para él no había nada mejor.

Muy bien, hora de alimentar a sus animalitos.

En su carreta cargó al diversa comida que les daría, con esto se puso en marcha directo a los establos

—¡Buenos días tesoritos! — saludó con alegría.

Mandarinas ✿ yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora