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No fue demasiada la reflexión que tenía que hacer para ejecutar un plan, empaquetando sus objetos, entre ellos, pastelillos caseros, una botella con agua, una navaja automática y sus viejos binoculares, acoplo su mochila en su espalda, asegurando su bate con clavos en esta, estaba algo desgastado, pero El oxidoso desgaste era debido a que lo llevaba empuñando Por casi un año ya que, era su arma definitiva, la más confiable, pero el sabía que toda confianza, por más segura que fuera, se rompería con un simple descuido, por esto mismo acostumbraba a llevar un plan b, una pistola m1911 silenciada, está la había conseguido en una peligrosa incursión hacia las entrañas de Minnesota, hacía casi ya dos años, en dónde casi pierde la vida por tropezar con una pequeña roca mientras escapaba de corredores agresivos.
Asegurandose de que todas sus pertenencias estuvieran en su mochila, bajo con cautelosa agilidad mediante un ascensor improvisado que había fabricado el mismo para facilitar su ascenso y deceso de su plataforma improvisada. Tocando el suelo, se aproximo a la salida de la iglesia, asegurandose de que la rústica puerta no lo delatase con sus viejas bisagras.

Abriéndose camino por las calles que alguna vez fueron cemento, siendo dominadas por unas hermosas y caóticas erosiones de salvaje naturaleza, habran pasado cuatro años, pero se sentían décadas, demostrando que la flora era más fuerte sin ser oprimidas por la intervención humana. Oliver había pasado por ahí varias veces, pero aun se impresionaba con la distopíca escena que estaba dejaba su entorno, intento no envobarse con esta imagen, manteniendo su objetivo principal, eliminar a la peste que molestaba la tranquilidad de su lugar seguro.

pero, había algo en su entorno que lograba expulsarlo de su febril y obsesiva concentración, algo tan insignificante pero precioso a la vez
Deteniendo por un segundo su paso, se congelo en su posición para apreciar su escenario, miraba con extraña melancolía la joven naturaleza, marchitandose debido a la cruel e injusta —pero también sabia— madre naturaleza, por alguna extraña razón, se sentía como una joven hoja dorada de retoño que se caía al suelo enfrente suyo, reflexióno por un segundo su situación actual con una hoja, tan joven, tan vivida, pero envejecida aceleradamente por culpa del ciclo de la vida.
Observaba como se desprendían de ese joven tallo las hojas, bailando acorde a su inclinación, teniendo como compañero el viento que guiaba sus pasos, un acto tan simple, pudo  desconectar a Oliver por un segundo, pero ese segundo, fue el momento más precioso que consiguió vivir durante cuatro años.

-Mierda Oliver, vuelve a tí, como logras desconcentrar tu mente con semejante estupidez- se dijo a si mismo.

-que esta mal conmigo, estoy en medio de una situación- abofeteandose sin remedio.

Recupero su compostura y se dirigió al grupo que irrumpia su paz, sin antes despedirse con un ligero gesto de inclinación con la cabeza al joven árbol, quien respondió dejando caer una última hoja, en señal de reverencia.

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⏰ Última actualización: May 04, 2022 ⏰

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Domesticando a un LickerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora