Day O.
Felix.
Hyunjin se había mostrado realmente excitado por el viaje de nuestra graduación, era eso o el cogollo de marihuana que le vendió Minho tenía algo más, cosa que no nos sorprendería por lo que les había cobrado.
Hablando de Minho, este intentó quitarle el armado a Hyunjin, pero la mano de Seungmin golpeó la suya: —Además de que nos sacas 90 mil wones a cada uno, quieres que te invitemos. Saca otro y corre por tu cuenta, debo ahorrar para sustentar mi siguiente carrera.
Todos reímos y continuamos bebiendo y charlando. Cuando el reloj de la casa de Chan marcó las once y cuarto de la noche, el sobrio dueño de la casa -y conductor designado para el viaje del día siguiente- indicó que todos deberíamos dormir, cual niñero del grupo.
[...]
Nuestros bolsos y mochilas iban tirados por todo el auto, con Hyunjin, Seungmin y Minho cagados por la resaca en la parte trasera de la mini-van.
—Les dije que no debían fumar marihuana, que sólo era beber una cerveza… Pero ahí están— Chan sacudió su cabeza, mirando por el espejo retrovisor el desastre que eran nuestros amigos.
Changbin -el copiloto favorito de Chan, pues este sabía leer mapas-, encendió la música y dejó en evidencia su buen gusto por esta. Todos cantábamos y cada que nos topábamos un bache por la avenida, los tres marihuaneros detrás se quejaban por los golpes.
Que buen sentimiento estar con mis mejores amigos, cantando a todo pulmón y disfrutando del viaje.
En cuanto paramos en una estación de servicio, Hyunjin escuchó su estómago gruñir así que salió despedido de la camioneta hasta dentro del market. Dentro, lo vimos sujetar la mayor cantidad de papas y snacks del estilo que sus brazos le permitían y se dirigió a la caja.
Mientras, el resto lo esperaba dentro del vehículo apagado, muriéndonos de calor para evitar quedarnos sin batería.
—¿Por qué mierda tarda tanto?— Jeongin refunfuñó y bajó de la van, pasándole por encima a todos y dejando una ola de quejas e insultos detrás suyo.
Al rato, salió del local empujando a Hyunjin con sus comidas en bolsas y todos escuchábamos como el menor lo insultaba a cada paso. En cuanto suben detrás, Changbin se atrevió a preguntar el motivo de la tardanza, mientras Chan arrancaba el vehículo.
—El casanova Hwang ataca a la cajera— dijo Jeongin empujando al susodicho con el pié contra una ventana, causando una risa colectiva.
Una canción de Day6 sonó en la radio local del pueblo por donde pasábamos y Seungmin comenzó a cantarla a los gritos. Rápidamente Jisung tomó la cámara del teléfono y comenzó a grabar todo el espectáculo, logrando molestar al cantante.
Day 01.
El viaje se estaba haciendo realmente exhaustivo. Varias veces se había preguntado si faltaba mucho y el chofer respondía que un poco menos.
—Baaang… Chaaan— gritó cual oveja Minho —. Dime, por amor a Dios, que ya llegamos.
Chan asintió, metiéndose por un caminito en medio del bosque oscuro. Inmediatamente todos pegaron su cara a la ventana más cercana para disfrutar del paisaje.
Altos troncos marrones con unas hojas verdes, el suelo húmedo y también amarronado casi cubierto de hojas, con pequeños arroyos y cataratas pequeñas apareciendo por medio las montañas.
—Minho, dime que buscaremos hongos— insistió Jeongin.
—Nada de alucinógenos— dictó Chan, conduciendo con calma para aprovechar las vistas.
Cuando todos nos maravillamos por los preciosos paisajes que otorga el bosque, Chan frenó de golpe y todos caímos hacia adelante uno encima del otro.
—¿Qué mierda? Christopher— renegaba Jisung.
Todos miramos hacia adelante, en donde un ciervo extraño parecía querer enfrentar el vehículo. Sus ojos están rojos, como si estuvieran llenos de sangre a punto de reventar, su cuerpo es gigante, muchísimo más grande que la de un ciervo promedio.
—Pisa el acelerador— gritó Changbin, golpeando el brazo de Chan, quien simulaba arranques hasta que el animal se asustó y saltó por la bajada empinada hasta el lago.
Todos callamos y nos quedamos en shock, buscando alguna respuesta lógica en nuestra cabeza para descifrar qué mierda había sido ese animal que se nos presentó.
—Era un alce— susurra finalmente Jeongin, con la mirada pérdida en el suelo.
Todos giramos a verlo, extrañados. ¿Por qué habría un alce en pleno bosque de Corea? Sin embargo, nadie dijo nada porque hablar del tema hasta nos daba un poquito de miedo, así que decidimos darle la razón al menor de todos.
Changbin miró nuevamente el mapa y dijo que estábamos cerca del camino que sube la montaña para llegar al hospedaje. Chan tira una mirada el mapa y siguió por donde el copiloto indica, entrando por un caminito hasta que nos encontramos con un pequeño puestito al lado de un cartel que indicaba el nombre del lugar: In The Dark. También estaba escrito en lo que logré diferenciar era japonés y estaba decorado con flores de cerezo.
Bajamos, yendo hasta la pequeña construcción en dónde había una ventanilla móvil polarizada y un pequeño timbre. Hyunjin tocó el vidrio con sus nudillos.
—Claro, esperan horas ahí dentro fuera de temporada para que tú vengas— Jeongin lo empujó y tocó el timbre finalmente.
Esperamos un rato sin que ocurra nada. Hasta que de pronto aparece alguien: una chica. Es tan bella.
Tiene unos ojos rasgados y creo que tiene heterocromía porque uno de sus ojos es azúl, como los de un husky. Su cabello es negro, algo despeinado y opaco, su piel pálida y sus labios rojizos, su frente es cubierta por un flequillo acolchado. Viste un pullover negro de cuello alto, con algunas hojas en él, junto a una falda verde oscuro con botas marrones, muy feas por cierto.
Gente de montaña, supongo.
—Hola— dice fríamente, entrando dentro del paraje y sacando unas hojas y un bolígrafo para luego mirarnos atentamente a todos —. ¿Tenían reserva?
—Oh, sí— Chris se apura a pasarle sus datos y a ampliar estos, además de darle los nuestros y pagar la estadía.
Una vez dentro del predio e instalados en las cabañas, Jeongin y yo decidimos ir a buscar la catarata que vimos en el folleto y es ahí dónde la volvemos a ver. Jeongin toma mi muñeca al verla, escondiéndome detrás de un árbol junto a él.
Ayumi, así nos dijo que se llamaba, está en el pequeño lago que forma la catarata, bañándose desnuda. Su cuerpo es muy lindo y sus lunares también, parecían estrellas adornando su piel.
—Oh mierda— suspira Jeongin, mordiéndose el labio.
Seguimos mirando, cuando las hojas crujen a nuestra espalda y alguien nos habla con evidente acento japonés y aspereza en su voz, dando un disparo al cielo espantando muchos animales y a la misma Ayumi: —Malditos citadinos.
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beginning of a xylophobia ᎒ skz
Fanfiction✞ los bosques tienen un verde muy oscuro tan bello, pero este es muy frondoso y húmedo, no parece ser muy lindo como para seguir sus senderos.