Terry entró en la habitación que compartía con Candy y sonrió al ser consciente de la hermosa mujer que tenía por novia, y de la cual estaba completamente enamorado.Hace tan solo unos cuantos años, cada vez que caminaba por los pasillos del Colegio, se quedaba embobado viendo como su largo y ondulado cabello se mecía al compás de su caminar, y como su esencia totalmente única e inconfundible dejaba un rastro que lo incitaba a seguirla cada vez que pasaba a su lado.
Él, a pesar de ser bastante añorado entre las féminas del Colegio, nunca prestó mayor atención. De vez en cuando aceptaba salir con alguna de ellas, pero cuando notaba que las cosas comenzaban a escapársele de las manos, de forma totalmente caballerosa y amable, les hacía saber que lo que era capaz de ofrecer se limitaba tan solo a una amistad ya que desde hacía mucho tiempo estaba totalmente enamorado de otra mujer, al escuchar esto todas desistían, ya que era más que obvio que lo que querían de Terry, no era su amistad.
Había intentado en varias ocasiones acercarse a Candice, pero lo único que consiguió fue una tímida sonrisa y el característico, pero tan adorable sonrojo de sus mejillas, el cual logró cautivarlo aún más.
Varias veces tuvo la intención de invitarle un café o un helado, para confesarle lo que sentía por ella, pero siempre el nerviosismo y el miedo al rechazo le jugaban en contra.
Pero una tarde en la que pocos alumnos rondaban los pasillos del Colegio, y cuando se dispuso a marcharse a su casa luego de un largo y agobiante día, sintió un estruendoso sonido proveniente de las escaleras; un sonido que no podía significar otra cosa que alguien había sufrido un accidente.
Corrió alarmado por ayudar a quien fuese que se encontraba en apuros, y tratando de memorizar todo lo que Jack – su hermano doctor -- le había enseñado que debía hacer en caso de emergencia.
Pero en el instante que llegó hasta las escaleras, todos los pasos que había logrado memorizar de las técnicas de resucitación se borraron de su cabeza.
Bajó de dos en dos los peldaños para luego ponerse de rodilla al lado del inconsciente cuerpo de Candice...... su amada Candy.
Con mucho cuidado, luego de cerciorarse que su respiración estaba relativamente normal, la tomó en sus brazos y caminó lo más rápido que pudo rumbo a la enfermería del instituto.
Puesto que tenía ambas manos ocupadas, haciendo equilibrio, elevó un pie, pateó la puerta y gritó para que la enfermera a cargo abriera de una vez y le permitiera entrar. —Cuando esta se abrió, Terry ingresó sin esperar que le cedieran el paso, la enfermera iba a sermonearlo y, a decirle que era un mal educado por entrar de esa forma, pero se contuvo al darse cuenta que la alumna que traía en sus brazos estaba inconsciente.
Terry se puso a un lado de la camilla para no molestar en el actuar de la enfermera, mientras atentamente observaba si Candy respondía ante las atenciones de la profesional; de un par de minutos, que a él le parecieron eternos, Candice abrió los ojos, haciendo que una amplia sonrisa se adueñara del rostro de castaño joven.
Rápidamente, Terry acortó la distancia que los separaba, tomó las manos de la joven entre las suyas, y le preguntó si se sentía bien, si le dolía algo, si necesitaba algo... preguntas que fueron silenciadas por un suave "Estoy bien" de parte de la rubia, seguido de una tenue sonrisa al ver y sentir que sus manos estaban por fin en contacto con las de la persona que se adueñaba de sus pensamientos desde hacía bastante tiempo.
Desde ese día, nunca más se separaron; iniciaron una hermosa amistad. —Pasaban tardes enteras juntos; muchas veces disfrutando de ese exquisito silencio que se forma cuando las palabras salen sobrando porque te sientes tan conectado con la otra persona, que simplemente no son necesarias, gozando única y exclusivamente de la compañía que el otro ofrece.
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POR AMOR A TI
FanfictionOneshot escrito para una actividad del grupo Terryfics. Los personajes de Candy Candy no me pertenecen son de sus creadoras Keilo Mizuki y Yuriko Igarashi.