Cihuacoatl (señora Diosa de la Tierra) obtuvo en regalo de la madre Tierra, que poco a poco fue desarrollando hasta que creció y tuvo que salvar a su pueblo.
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Una noche del 22 de abril del 2004 en el pueblo de Yoltic, una señora llamada Yetlanetzi que era amada por muchas personas del pueblo estaba lista para dar a luz a un nuevo ser. Cuando dieron las 7 de la noche Yetlanetzi se encontraba en labor de parto, con ayuda de las parteras de su pueblo, al poder ayudarla a sacar a la bebé se dieron cuenta que se encontraba asfixiada por el cordón umbilical, por lo que se encontraba muerta; Yetlanetzi no aceptaba lo que le decían las parteras, su hija no podía estar muerta, así que les pidió que le dejaran a su bebé un rato más en brazos.
Al dar las 9 de la noche Yetlanetzi salió llorando a escondidas de la cabaña donde se encontraba con su bebé en brazos, pidiéndole a los Dioses y la madre Tierra que su hija pudiera vivir.
Entre todas las gotas de lluvia cayó una de color dorada en la cabeza de la bebé, y al instante empezó a respirar y llorar; su mamá felizmente regreso a la cabaña gritando de alegría con su bebé gritando:
-La madre Tierra le ha dado el regalo de la vida a mi bebé, a mi pequeña Cihuacoatl.
Al ir creciendo Cihuacoatl empezó a desarrollar dones con la naturaleza, y a convertirse en una niña amada por el pueblo, muy hermosa por dentro y por fuera. Tenia ojos cafés, grandes y redondos; cabello chino, tez morena clara y de complexión delgada.
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