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Felix

— Papá — Gruñí y me hundí más en las cobijas — ¿Papi? — Si no me movía él se iría — Papá — Canturreo. El niño era persistente — Father — ¿Ahora sabia inglés? — ¿Papá? ¿Papi? — Puse un cojín sobre mi cabeza para intentar bloquear el ruido. El pequeño monstruo me hartaba — ¡PADRE!

— ¡¿QUÉ!? — Le grité finalmente.

— Oh, que bien, estas despierto — Sonrió Jeongin.

— ¿Pero qué? pequeño... — Lo agarré por la cintura y lo inmovilice en la cama antes de hacerle cosquillas sin piedad. Sus desesperados ruegos fueron a dar como en oídos sordos. Lo soltaría eventualmente, pero ese era su merecido por despertarme.

El timbre sonó.

Causando que me congelara y le cubriera la boca a Jeongin con mi mano. Me puse un dedo en mis labios para hacerle saber que estuviera silencio. Cuando asintió, eché un vistazo por la ventana. No había autos enfrente, lo que significaba una sola cosa.

Vecinos.

Conocía a algunas personas en el vecindario, ninguno de ellos son los que me interesara pasar más tiempo del necesario.

— Jeongin — susurré — Vístete. Vamos a salir a escondidas.

En la casa de al lado, a nuestra derecha, vivían Vernon y Alexa. Lucían como toda pareja americana al principio, pero mi insana necesidad de salvar personas me hizo aprender lo contrario.

Al escuchar los gritos desesperados de Alexa mi instinto protector se encendió pero...

¿Cómo se suponía que iba a saber que a Alexa le gustaba rudo?

Afortunadamente Vernon me explicó y lo entendí , así que no presentó cargos cuando lo aporreé con el bate de béisbol de Jeongin. En vez de eso me invito a unirme a ellos. Desde entonces no he sido capaz de mirarlos a la cara.

Directamente cruzando la calle, estaba Mina. En el corto tiempo que llevaba viviendo aquí, había estado con más hombres en su casa de los que yo conocía.

Está bien, eso era una pequeña exageración, pero definitivamente se beneficiara mucho si pusiera puerta giratoria.

Ella me consiguió algunos canales gratis, así que supongo que no estuvo tan mal.

Me vestí lo más rápido posible, poniéndome unas bermudas y una playera sin mangas de los Avengers. El misterioso vecino se había dado por vencido con el timbre y estaba tocando la puerta con alegres golpecitos. Me senté para ponerme los zapatos cuando Jeongin vino. Sonrió cuando vio mi playera. Mi madre solía regañarme y llamarme inmaduro por mis gustos pero a Jeongin le parecía adorable.

— ¿Listo para irnos? — Le pregunté, tomando mi mochila "También de los Avengers"

Asintió — Use la cámara espía. Es el señor Wang. — Ah, Jackson y Mark Wang vivían bajando la calle con su perfecta hija Karina. Mark era el rey del chisme en el vecindario. Sabía que si abría la puerta estaría atrapado por horas escuchando historias exageradas sobre los asuntos de todos. Acababa de despertar. No podía manejar eso.

Jeongin y yo nos arrastramos por la casa y salimos por la puerta trasera. Nos agachamos y corrimos por el césped de atrás hasta llegar a la valla que separaba mi jardín del de los vecinos. Mire a Jeongin mientras escalaba la valla. Gracias al cielo, no era muy alto para él, así que fue capaz de saltar por sí mismo al suelo. Rápidamente escale la valla para cruzar y me deje caer a su lado, aterrizando sobre la verde y suave hierba.

— ¿Ahora debería agregar "Entrada ilegal" a su registro?

Salté y me di la vuelta. El oficial de Constructora Seo estaba en el patio trasero vistiendo solamente tenis y short de gimnasia, con una botella de agua en la mano.

Lee Felix: Secuestrador  ♡ ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora