3 días en el paraíso [LuciferxJesús]

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Los planes de Dios son maravillosos, nadie nunca logrará saber lo que el piensa o incluso las verdades que el sabe y no comparte ni siquiera a su hijo o a sus creaciones, hay cosas que prefiere guardarse, que prefiere solo observar y ver como sucede, porque sabe que es necesario, porque lo sabe todo. 

Jesús fue enviado al mundo para ser crucificado, Jesús su hijo, una parte de el, su único y preciado hijo, aquel que puede estar solo a su lado, nadie más tiene ese derecho, lo cuidaría y amaría mucho, porque era parte de el, pero incluso el no lo sabia todo, ¿De verdad entonces era tan cercano? No lo sabremos, porque no somos como ellos, somos meros humanos que jamás entenderemos más allá de nosotros. Pero tengo algo que contar y eso si lo puedo narrar, cosas que nadie entiende, cosas que nadie sabe o incluso lo imagina, ¿Es la verdad? Oh, quien sabe, queda a tu imaginación, yo solo soy una pequeña emisaria que te invita y tu decides al final.  

...

El bajó al mundo, como humano, dejando atrás todo aquello divino, incluso esa vida eterna, el moriría, sería traicionado, lo amarían pero lo dejarían solo, el lo sabia, sabia cada cosa que venia, pero no podía hacer nada para cambiarlo, porque era SU destino. 

Entonces un día, mientras estaba en oración por 40 días, sin comer, cansado, era humano después de todo, pero se supone que debía cumplir todo lo que su padre decía, en esa soledad, él apareció. No su padre, no, aquel antiguo arcángel, el más hermoso de todo el cielo, el más cercano a Dios antes de su caída al infierno: Luzbel, ese era su antiguo nombre, pero ahora tenia uno nuevo, o bueno, de hecho varios. 

—No llevas bien estos días, ¿O si, hijo de Dios? — Preguntó mientras sonreía. 

—Apártate de mi, Satanás. — Dijo para entonces mirar a otro lado, no se dejaría llevar por sus palabras, sabia que era sabio y le gustaba tentar, debía mantenerse en el camino que su padre le propuso. 

Lucifer observaba bien a aquel humano, a quien, a pesar de su disfraz de carne, seguía pudiendo ver más allá que los simples ojos de los humanos, sabia que era el hijo de Dios, sabia que era poderoso, y sabia que estaba realmente pasando muy mal esos días, un humano común debía comer bien, ¿Cómo podría hacer algo por el? Nadie acepta la ayuda de un demonio, tendría que hacerlo entrar en razón. 

—Si tienes hambre, deberías ordenarle a esta piedra que se haga pan. Eres el hijo de Dios, ¿Cierto? 

—Está dicho en las sagradas escrituras que no solo de pan vive el hombre. 

Claro, un digno hijo de Dios, tan terco, ni siquiera se dignaba a verle, solo reconocía que estaba allí pero no le prestaba atención, no le miraba. Quizás, necesitaba mayor motivación, quizás necesitaba algo más, pero no deseaba que tuviera tal final, porque si, incluso Lucifer sabia del plan de Dios. Agarró de la mano a Jesús y le hizo aparecer a su lado en la torre más alta, se podía ver casi todo. 

—Te daré todo, tierras, autoridad, dominio, solo debes aceptar. Se me ha dado esta autoridad, y te la puedo conceder a ti, no tienes que hacer lo que tu padre desea para ti. 

—Solo vivo para mi padre. No necesito nada de esto. 

Satanás volvió a sentirse que iba a perder, entonces señaló hacia adelante con la mano libre. 

—Está escrito que, Dios, tu amado padre, enviará a sus ángeles para que te protejan y te cuiden. ¡Salta! Vamos a ver si es verdad. 

—Está también escrito que no hay que probar a Dios. 

Lucifer nunca se había sentido tan impotente, no era justo, todos sus intentos fueron en vano, no pudo hacer más que rendirse, decidió volver a su reino, a su mundo. Sí, la verdad Lucifer tenía que ser testigo de todo lo que sucedía y, era de las únicas personas que conocía de los planes de Dios, por eso es que no estaba en el cielo, ¿Habría huido de esos planes? ¿De ese destino? A veces, es mejor no saber algunas cosas, y al menos Dios aprendió que no debía de compartir sus planes con todos, era mejor que solo el supiera todo, porque nadie más podría entender.