4; Fantasmas del pasado. (pt.1)

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Hace 1 año...



Nina y yo nos encontrábamos esperando entre el tumulto de gente que se encontraba en la puerta del aula de música. Algunos hablaban entre ellos, otros al fondo se encontraban ensayando su canción, y otros pocos -como en el caso de mi mejor amiga- simplemente acompañaban a los que se presentaban a la audición. Una parte de mi sentia nervios, pues no solo había muchísima gente, pero tambien el hecho de que era una recién llegada a la escuela no era precisamente de gran ayuda. Apenas llevábamos 4 días de haber empezado las clases en el nuevo instituto, así que no conocía a la gran mayoría de estudiantes. A duras penas reconocía una pequeña cantidad de caras de mi anterior colegio, supuse que algunos habían decidido asistir a otros lugares tras la fusión del nuestro con el Trinity Rose. Apenas se podía escuchar una sola palabra con tanto bullicio de fondo, por lo que la pelirroja y yo nos comunicábamos por mensajes de texto aun cuando estábamos una al lado de la otra.


Chat entre "Nini😵‍💫🤍 y C.Sullivan"

Nini😵‍💫🤍: pues no tengo ni idea la verdad, al igual y
 ha sido siempre así, no sé y tampoco me importa lol     (12:00)

Nini😵‍💫🤍: y bueno, estas nerviosa?    (12:00)

C.Sullivan: por la audición?     (12:00)

Nini😵‍💫🤍: ajá       (12:01)

C.Sullivan: bueno, por una parte si, ya
que no conozco a casi nadie    (12:01)

Nini😵‍💫🤍: ya pero me parece haber visto alguien del anterior insti     (12:02)

C.Sullivan: ya, igualmente... pero bueno,
tampoco es que esté TAN nerviosa        (12:03)
C.Sullivan: ya sabes que lo hago por diversión
y porque me gusta mucho       (12:03)

Nini😵‍💫🤍: siii... lo sé, te he escuchado y lo haces genial💕        (12:03)

— visto a las 12:03 —


Después de ese mensaje, miré a los ojos a la pelirroja antes de abrazarla con cariño y una sonrisa plasmada en mi rostro. Justo en ese momento, se abrió la puerta del aula dejando ver a un chico pelirrojo de último curso -el cual era el ayudante del profesor de música- salir por esta para llamar la atención de la gran mayoría que nos encontrábamos en el lugar, haciendo que el volumen del bullicio bajara. Todas las miradas estaban puestas en él, expectantes.

— Pronto empezaremos a dejar pasar a los alumnos que se presentan a la audición. Por el momento hagan el menor ruido posible para no molestar a los que están teniendo clases, por favor. Y para los participantes, hagan una cola en este lado de la pared en orden del número que se les ha asignado. Los que no vayan a participar, quédense al otro lado de la cola, ¿si? — acto seguido comenzó a organizarnos a todos. Entre el tumulto de gente moviéndose y nosotras de camino a formar parte de la cola, la presencia de alguien llamó nuestra atención haciendo que nos detuvieramos en seco, chocando levemente con los que se encontraban detrás nuestro.

— ¿Que coño hace ÉL aquí?— fue lo primero que salió de mi boca. Observaba con una mezcla de rabia y miedo al coreano de cabello castaño y reflejos rubios, estar a unos metros de nosotras. Claramente iba a participar en las audiciones, puesto que al igual que yo y el resto de participantes, llevaba un número en su pecho.

Jeon se encontraba distraído hablando con una chica, la cual no dejaba de reír exageradamente, hasta pasados unos segundos en que el chico de ojos rasgados notó nuestras miradas en él, borrando de inmediato aquella sonrisa de su rostro. Nostras torpemente, y para nada disimuladas, dejamos de mirar.

Me di la vuelta mirando a la rusa y dándole la espalda a esos dos.

— Nina, vámonos de aquí. Por favor. — dije en voz baja pero con tono firme para que pudiera escucharme, mientras cerraba mis ojos con fuerza, como si de esa manera el nudo que se estaba formando en mi garganta se fuese a deshacer. — Por favor, por favor. Ya no quiero hacerlo, te lo pido, sacame de aqui.

— Ey, Chanel. Ey... — dijo intentando atraer mi atención hacia ella. Agarró firmemente con ambas manos mi rostro, casi obligándome a mirarla.— Todo va a ir bien, cariño. Ya hemos hablado de esto. Poco tiene que importarte que él esté aquí, y mucho menos debes dejar de vivir por él. Porque eso es exactamente lo que su ego necesita. — negué con mi cabeza ante las palabras de mi mejor amiga. No tenía nada de ganas de ver a Jungkook después de todo lo ocurrido. — No es justo Chani, él está más fresco que una rosa, viviendo su vida de Don Juan, mientras que tu aun lloras. ¡Te esta dejando mal delante de todos! Piensa en la humillación por la que te ha hecho pasar, en cómo se rió en tu cara sin importarle tus sentimientos. No dejes que gane esta vez. Sal a cantar y demuestrale lo poco que te importa su blancucho y flaco culo. — no pude evitar soltar una pequeña risita ante su último comentario. Conmovida por sus palabras, todos los sentimientos que había estado experimentando durante todo este tiempo vinieron de golpe a mi, contagiándome con una valentía y energía capaz de vencer todos mis miedos.

— Joder que si tienes razón.— respondí antes de volver a abrazarla.— Gracias, en momentos como estos, sé que hice bien al hablarte aquel primer día de clase que te vi.— esta vez las dos sonreímos con complicidad. Tomé una profunda respiración, compuse mi mal postura -levantando notablemente mi pecho- y con un intento de orgullo me disponía a dirigirme a la cola, pero la mano de Nina me detuvo.

— Espera, espera. Quítate esta cosa.— dijo mientras trataba de sacarme la camiseta de franela. Me negué aferrandome a esta. — No te vas a morir si muestras un poco de piel, chica. Hazle ver que no eres la misma de antes.

— Nina, solo han pasado 4 meses desde la pelea. Por supuesto que sigo siendo la misma de antes. — lloriqueé haciendo una mueca.

— Ya lo sé tonta, pero él no tiene porque saber eso.— sentenció, terminando por convencerme.

Nina cogió la camiseta, dejándome solo con la blusa blanca sin mangas que llevaba debajo de esta. Me sentía expuesta e incómoda, pues no estaba acostumbrada a vestir mostrando piel. Apenas podía llevar shorts o faldas cortas sin sentirme desnuda.

— Y ponte esto, a ver si logramos que se te marquen esas curvas.— mandó, sacando el cinturón negro que llevaba puesto y tendiéndomelo. Rodé los ojos y entre refunfuños hice lo que mi mejor amiga me decía. Una vez lista, tomé un par de respiraciones profundas antes de empezar mi camino pasando al lado de Jungkook, tratando de ignorar su mirada lo mejor posible. Al pasar cerca suyo, la tensión e incomodidad se podía cortar, pero con una sierra, de lo obvio que era. Se encontraba callado y la chica junto a él traía una expresión molesta al notar mi presencia.

Me coloqué dos puestos atrás del coreano, lo que significaba que él cantaba antes que yo. Pasado el tiempo, la fila comenzaba a disminuir pues pasaban por grupos de cincuenta estudiantes dentro del aula, puesto que no había espacio suficiente para que se sentaran todos dentro de esta, ya que al parecer éramos casi doscientos estudiantes audicionando para aquella clase optativa. Lo cual según los estudiantes originarios, era algo muy normal en aquella escuela, resultando algo primerizo para nosotros pues en nuestra anterior escuela no habían tales cosas como materias optativas.

Mis nervios y malestar empezaron a crecer en el momento en el que pude ver la puerta del aula. Miré -por décima vez en lo que llevábamos de espera- la etiqueta que se encontraba en mi pecho, el cual mostraba el número 111. Ya se podían alcanzar a escuchar las voces de los demás participantes, estaba muy segura de que no pasaría la prueba pues a mi parecer habían mejores voces que la mía, incluso creía que algunas debían ir a X Factor o programas parecidos a ellos.

Miré a Nina cuando el chico de último curso salió avisando para que la próxima tanda se preparara para entrar (la cual era la mía). Ella me ofreció una sonrisa reconfortante, la cual hizo que mis nervios disminuyeran un poco.

— Okay, de la misma manera que hemos hecho en estas dos últimas tandas, dejen primero salir a este grupo y el próximo podrá entrar. Se sentarán por orden de menor número, empezando desde arriba, terminando en el mayor número sentándose abajo. ¿Entendido? — todos asentimos al mismo tiempo.

— Sé que puedes.— fue lo último que dijo Nina antes verla desaparecer por el marco de la puerta a medida que caminaba al interior del aula. Como dijo aquel chico, tomamos asiento donde nos correspondía. Lo cual significaba que solo dos asientos nos separaban a Jeon y a mi. Hice todo lo posible por no corresponder sus fugaces miradas, manteniendo mi mirada al frente en donde se encontraba el profesor de canto y los actuales miembros del coro como "jurado".

Me sentía intimidada pues recien habia cumplido mis dieciséis años y muchos de ellos eran mayores que yo.

Una vez la clase se llenó y todos nos encontrábamos en nuestras asientos, el profesor se levantó de su silla con una amplia sonrisa dirigiéndose a nosotros.

— Me complace conocer los rostros de los posibles nuevos miembros del coro de este año, estoy conmovido al ver que tantos alumnos desean ser parte de mi materia. Aun incluso si es solo por tener una nota fácil.— unos cuantos reímos por aquel último comentario.— Pero desde ya les aviso que aquellos que vengan con esa intención, de cualquier manera terminarán el año escolar amando esta clase. Y no miento cuando lo digo pues yo mismo he sido testigo, ya que muchos de mis fieles miembros entraron con aquel mismo propósito.— terminó por decir antes de girarse y compartir una sonrisa cómplice con los alumnos que se sentaban junto a él. Y a paso relajado, regresó a su lugar.— Estoy listo. Las mejores de las suertes a todos, no teman en querer sobresalir, dar lo mejor de ustedes y ser diferentes a los demás.

En ese momento una chica, de entre los alumnos del "jurado", dio paso al primer número de la ronda. El alumno que llevaba aquel número, el cual parecía ser afroamericano, se levantó para posicionarse delante de todos. Cuando empezó a cantar no pude evitar abrir mi boca. Que suerte la de ellos que nacen con una voz hermosa.

Y así fueron pasando uno por uno hasta llegar al turno de Jungkook. Como era de esperar, mis manos empezaron a sudar y los latidos de mi corazón se aceleraron. No podía aguantar la idea de que aquel lerdo aún tuviera cierto efecto en mi. Cuando bajó al centro del aula, sus ojos se posaron por unos breves segundos en los míos, por lo que de inmediato miré a otro lado. Solo lograba percibir un poco de su presencia a través del rabillo de mi ojo, así que pude notar cómo asintió con su cabeza a la banda, como señal de que estaba listo. Entonces el piano tocó sus primeras notas y al segundo escuché su voz. Cerré mis ojos con fuerza, pues sabía que aquello sería una tortura para mi.

𝙉𝙞 𝙘𝙤𝙣𝙩𝙞𝙜𝙤, 𝙣𝙞 𝙨𝙞𝙣 𝙩𝙞. | Jeon Jungkook | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora