Veneno de Serpiente

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Harry intentó darse ánimos

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Harry intentó darse ánimos. Ese día las cosas irían mejor que ayer y tendría una merecida noche de sueño. Él se forzó a sonreír, obligándose a tener mejor actitud. La policía no iba a encontrarlo ¿Qué iban a hacer? ¿Llevarlo a un orfanato? Solo si podían atraparlo y Harry se negaba a que eso pasara. Él respiró hondo y volvió a concentrarse en su pequeño botín. Él trabajó con su cuchillo para abrir las ostras y atrapar cada perla. Le gustaba cuando una sola acción implicaba doble satisfacción. Material de trabajo y comida. Harry se palmeó el estómago. Por culpa de esa trabajadora social, él no había podido comer. En ese momento, Harry estaba muy dispuesto a comer lo que fuese.

Una figura tapó el sol de la mañana y Harry frunció el ceño. Su oído había estado pendiente de cualquier movimiento atrás de él, hacia la ciudad ¿De dónde había salido esta persona?

— ¿Harry Potter?

Él miró al chico frente a la playa. Muy posiblemente de su edad. Entre 17 o 20 años. Harry reparó el desconocido estaba empapado. Así que debió salir del mar ¿Qué hacía un surfista o buceador tan temprano en la mañana metiéndose a un mar poco interesante como ese? Harry entrecerró los ojos. Sin sus lentes, él no veía bien. Otra cosa que había perdido el día anterior mientras huía.

— ¿Podrías moverte? Estás tapando el sol y no puedo verte. —Harry preguntó frustrado.

El chico pareció sorprendido. Harry contuvo su sonrisa al notar que las manos del desconocido estuvieron a punto de ir a sus caderas. Como si fuese a regañarlo. Pero respiró hondo y se susurró algo. Debió ser algo mu convincente, porque se arrodilló frente a Harry.

— ¿Mejor?

Harry sintió su rostro calentarse. El desconocido era hermoso. Piel pálida, cabello platinado y ojos grises. Era la luna, la espuma de mar y las perlas más hermosas que Harry había visto. Todas combinadas en una sola persona. Y olía a mar. Harry luchó por alejar su vista de los pálidos labios del chico y bajó la mirada para apreciarlo mejor. Sus hombros eran afilados. Todo en él lo era. Harry pensó en una lanza perfectamente diseñada. Y solo llevaba unos shorts muy cortos color esmeralda. Así que Harry tuvo que hacer la tarea titánica de no mirar las largas piernas frente a él.

— ¿Y bien?

Harry levantó el rostro y miró al chico a los ojos.

— ¿Qué?

¿Acaso quería que le dijera lo hermoso que era? ¿Diez sobre diez? ¿Qué le dijera que Harry consideraba que su mañana había incrementado un 200% con solo mirarlo?

El desconocido frunció el ceño.

...Harry pensó que tenía pómulos muy afilados. Casi sobrehumanos.

— ¿Eres Harry Potter?

¡Oh!

— ¡Si! —Harry se sonrojó y bajó su voz— Si, lo soy. —Luego enmarcó una ceja, recordándose que vivía en un mundo poco amigable con, bueno, él— ¿Quién eres?

Veneno de Serpiente «Harry Potter» [Drarry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora