Holi, soy Isabel

Hola me llamo Isabel, tengo 17 años, estudio en la UNAM, estudio la carrera de química y me gusta armar cubos Rubik. Llevo 5 años armando cubos Rubik's y actualmente soy la mejor en 3x3, con tiempos de 5, 6 o 7 segundos; a lo largo de mi carrera tanto de estudiante como de speedcuber he recibido comentarios bastante peculiares, me han dicho comentarios feos sólo porque soy mujer o también desmeritan mis logros y me dicen que tengo buenas calificaciones porque soy una fácil con los profesores, o que tuve suerte y que nunca más lo volveré a lograr. Estoy cansada de los malos tratos hacia mi persona sólo por ser mujer, quiero tener mis buenas notas sin recibir comentarios hirientes o ser la mejor en algo sin que me estén diciendo a cada rato comentarios machistas.

La persona que más me ha dolido que me diga algo es mi padre, cuando nací él nunca me quiso a tal punto que siempre tuvo un trato distante conmigo; esto fue porque él quería un niño para dejarle su herencia. Recuerdo que una noche estaba estudiando para mi examen de admisión a la prepa y llegó mi padre, es de las pocas veces que me ha dirigido la palabra y me dijo "para qué estás estudiando si no lograrás nada en tu vida" esas palabras me destrozaron, en su momento me dejaron sin ánimos durante meses pero mi mamá tuvo una plática conmigo y me hizo ver lo capaz que puedo llegar a ser. 

Durante 5 años he armado cubos Rubik y hace unos meses logré demostrar el nivel que tengo, hace 3 meses asistí a un torneo de la WCA (World Cube Association), que es una organización que se encarga de legalizar torneos de cubos y esta lleva el registro de los récords mundiales, continentales y de cada país. El torneo se llamó Quetzal Cubing y fue en Veracruz, logré hacer un promedio de 7.20 en la categoría de 3x3 colocándome en el primer lugar de México y obteniendo el top 100 a nivel mundial. Un mes después recibí el correo para ver si me habían aceptado en la carrera, después de una larga espera leí que fui aceptada en la carrera que quería en el plantel que elegí.

A lo largo de estos meses aprendí a responderle a las personas que me hacían comentarios machistas, que desmeritaban mis logros o que simplemente me decían cosas feas por ser mujer, aprendí a oírlos y no a escucharlos, ahora sus comentarios me dan igual porque estoy logrando las cosas que me he propuesto y además no le tengo que demostrar nada a nadie, sólo a mí me tengo que demostrar lo que soy capaz de hacer.